La invención de la definición.
Enviado por Maraquech Hoquee • 2 de Febrero de 2017 • Apuntes • 2.524 Palabras (11 Páginas) • 282 Visitas
SOCRATES. – maestro de moralidad. Sócrates no dejara nada escrito.
tres son aportaciones relevantes:
El postulado de que la virtud es conocimiento: La virtud es conocimiento porque es obediencia a la facultad de razonar, el orden social, por ende, debe de ser racional para que en su seno medre la virtud.
La invención de la definición.
La incorporación de la epistemología al campo de la filosofía social: La teoría social tiene una teoría del conocimiento. El método socrático de llega a conocer en cualquier caso es el dialogo. La verdad en el terreno de lo social no puede salir, según él, sino del incesante dialogo.
PLATON:
Platón fue discípulo de Sócrates. Platón dedico gran parte de sus desvelos a escribir su propia filosofía. Esto lo hizo en forma de diálogos. Los primeros siguen muy de cerca el estilo y el contenido de las conversaciones mantenidas por su maestro y por ello se llaman Diálogos Socráticos.
METODO PLATONICO. Es pertinente dedicar una cierta atención al método usado por Platón en sus investigaciones. Platón deja el puramente verbal para pasar a lo escrito. Estructuración y conexión de los mismos entre sí en forma sistemática, se alcanza mediante la contraposición de ideas expresadas empleado la conversación razonada, la pregunta y la respuesta, la afirmación, la negación y la salvedad.
CARÁCTER GENERAL DE LA REPUBLICA. La Republica o el estado de Platón no es solo su obra social más importante, sino quizá la obra cumbre del autor. Por tanto se trata de un texto imprescindible si se quiere conocer su metafísica su epistemología o su psicología. La Republica dícese que es una utopía, la primera utopía importante. Utopía es todo plan de una sociedad feliz según un conjunto de normas cuya realización práctica es posible. Esto no quiere decir que tales proyectos carezcan de valor.
Los primeros libros de la Republica están dedicados a definir la justicia. La idea central es que si logramos saber que es los justos estaremos en condiciones de saber como debemos organizar nuestra convivencia a satisfacción de todos y de acuerdo con lo que debe ser, no con lo que es.
El hombre aparece aquí como un ser que tiene tres vertientes principales, por no decir partes. Esto elementos son el deseo, la razón y el espíritu. El deseo es aquel elemento que nos lleva al placer y a la satisfacción en virtud de los cuales s apagan el hambre y la sed que le dan su origen. La razón es bien diferente, puse mediante ella el hombre aprende a conocer. El tercer elemento, el espíritu, que suele traducirse por espíritu, esta más o menos entre los dos anteriores y de ambos participa.
ORGANIZACIÓN DEL ESTADO PLATONICO. La más sencilla agrupación humana surge ya del hecho de que el hombre no se basa así mismo.
Esta sencilla observación de Platón significa que por primera vez en la historia del pensamiento social nos hallamos frente a un esquema que va hacer del fenómeno de la división del trabajo su piedra angular. El estado, cree Platón, será imagen y semejanza del alma humana y tendrá, en consecuencia, los mismos elementos que esa tiene.
LA EDUCACION. La única manera de asegurar la persistencia del estado ideal, según Platón, consiste en crear un solido sistema educativo.
La educación platónica se caracteriza por dos cosas, principalmente: primero, es una educación que alcanza a todos los ciudadanos por igual, de modo que no se tiene en cuenta el origen social de ninguno de ellos. La educación lleva para Platón a dos cosas importantísimas, sin las cuales todo su plano podría existir, que son el conocimiento del bien por parte de los capacitados y la creación de filósofos, reyes, aptos para gobernar.
El político es un estudio de la naturaleza de la persona que gobierna dentro del marco de la idea expuesta en la Republica de que el hombre de estado tiene el derecho a gobernar porque solo él sabe a fondo lo que es pertinente en materia política.
El pueblo, quiera o no, debe obedecer, pues el gobernante sabe lo que a la mayoría le conviene, de modo que su consentimiento carece de importancia.
Pero no hay que entender a Platón cual si fuera un abogado incondicional del absolutismo. Su idea del hombre de estado ideal gira en torno al concepto del conocimiento de lo justo, por eso hace en el Político una distinción muy importante entre tiranía y monarquía. Si el soberano actúa conforme a su sabiduría, sus actos serán a la postre bien recibidos por el pueblo, pues le traerán el bien pero actúa conforme a la ignorancia y a la arbitrariedad, no merece ser gobernante.
LAS LEYES. El gran último dialogo de Platón trata un tema del que no se había ocupado especialmente ni en el Político ni en la Republica, el de la ley. Esto se debía en parte al hecho de que la ley, a los ojos por los hombres que la viven en cada momento histórico. El gobernante tiene que tener manos libres para transformar la sociedad, y la ley en el sentido de norma ya establecida, es más bien un impedimento.
ARISTOTELES
En este sentido, el papel de su trabajo de tipo social es sobresaliente, y de ello por dos cosas: primero, porque al integrar la sociedad dentro de un sistema de conocimientos científicos coadyuva a dar a la sociología que había de surgir siglos más tarde un lugar entre las ciencias; segundo, porque inicia el estudio objetivo de los fenómenos humanos abandonando el énfasis en los contenidos de la conciencia individual y poniéndolo en cambio sobre las instituciones, la conducta y las situaciones sociales observables.
La moral es una ciencia de la acción humana y esta se suele realizar ante todo con respecto a otros hombres, es decir, que su dimensión social le viene ya dada de raíz. Así lo reconocía explícitamente Aristóteles al conectar en su tratado Ética a Nicomaco la moral con política, la educación y la legislación.
Lo particular no podía ser separado de lo universal: la particular existía solo en cuanto imitaba o participaba de lo universal. Estudiarlos separadamente era no estudiar nada. Pero el hombre es lo particular y el estado lo universal de que participa; tampoco puede el hombre ser estudiado sin relación sin relación con el todo que le da sentido y existencia.
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