La muerte: lo que creemos que es y lo que será
Enviado por Andrea Horta • 21 de Abril de 2018 • Ensayo • 1.761 Palabras (8 Páginas) • 143 Visitas
EJE 2: Muerte y trascendencia[pic 1]
TEMA 1: La muerte
ESCUELA PREPARATORIA REGIONAL
DE CASIMIRO CASTILLO, JAL.
La muerte: lo que creemos que fue y lo que será
Alumna: Andrea Lizbeth Horta Enriquez.
Docente encargado: Rodolfo Zamora Estrada
6° B (Turno matutino)
Correo electrónico: alhe5454@gmail.com
Celular: 3321827139
Teléfono de casa: (357) 38 82 050
Abstract.
Albergando la esperanza de que la muerte sea sólo un paseo para cerrar el día, muchas personas nos cegamos en pensar que tarde o temprano llegará lo temido. Señores, ¿acaso la vida no implica riesgos y vivir el momento adecuadamente? Claro que es así, pero entonces ¿por qué nos empeñamos en no verlo? ¿Por qué no nos preguntamos lo que siempre hemos querido saber e indagamos más allá de lo que sólo estamos viendo? No somos seres pensantes para desperdiciar nuestra capacidad de comprensión en largos ratos sentados jugando a planear una vida entera sin lograr comprender lo que sigue de esta.
Entregarnos total o parcialmente al aprovechamiento de nuestra posible única vida no es malo, lo que sí es malo es llegar a creer que no seremos capaces de siquiera imaginarnos otra cosa a excepción de nuestra mera urgencia de poder encontrar una razón para no seguir pensando nada.
INTRODUCCIÓN
Renegociando lo que se pide en cada parte de nuestra vida, no sólo pretendemos que sabemos hacer las cosas de tal manera que todos lo creen, sino que nos engañamos a nosotros mismos de tal forma que incluso creemos ser alguien que no somos; en este tipo de cosas somos realmente buenos, tanto así que ni siquiera nos preocupamos en regularizar lo que más bien se da, nos otorgamos lo que no podemos creer, lo que no observamos, y esa es la realidad vivida actualmente, con el riesgo del saber como lo peor, mientras que la incredulidad e ignorancia nos llevan por delante.
Aclaremos que todos los temas son complicados, mucho más si se va dispuesto a ignorar todo, e incluso podemos decir que nadie está de acuerdo con nadie sobre nada, y eso no quiere decir que nada sea cierto. Minuciosamente, si nosotros probamos pequeños bocados de lo que muchas personas conocen como lecturas filosóficas, nos estaremos llenando de a poco de una implacable certeza de que muchas de las cosas que otras personas veían como ciertas tal vez no lo son.
Para poder deducir preguntas tan simples como ¿qué es lo que hay después de la vida? y ¿qué es lo que nos espera al terminar de vivir aquí?, se necesita valor para confrontarnos y decirnos lo que alguna vez en la vida necesitaremos oír: “la sabiduría propia no sólo es la mejor arma, sino que también nos puede servir en contra propia”, Anónimo (2018). Por eso, si no nos damos el tiempo necesario para permitirnos pensar estas sencillas preguntas, entonces quiere decir que ¿estaremos desesperados porque alguien nos diga algo más de lo que creemos saber, o trataremos de expandir nuestra mente para, de manera sencilla, confiar en los demás?
CONTENIDO.
Cada que alguien habla sobre la vida de alguien ya fallecido, o de alguien que está a punto de dejar este mundo, me centro a mí misma pensando en si lo que estoy escuchando puede ser posible, y en que alguien puede hablar de esa manera de un ser querido, pero ni siquiera me tomo la molestia de preguntar la razón de la plática, y es que, por lo general, la mayoría de nosotros creemos que nuestras vidas sólo se manejan en sentido al desarrollo y el aprovechamiento de esta, mas sin embargo no es así del todo. Claro, últimamente las cosas se están poniendo caóticas con esos asuntos, y aunque sabemos que puede que antes estuviese peor con tantas creencias de diferentes culturas y lo poco que se conocía lo demás, ahora se podría poner en duda incluso nuestras propias existencias y el valor que aportan a la vida en sí con tantos avances políticos y científicos, e inclusive lo que nosotros mantenemos como el sentido de algo que ni siquiera somos capaces de comprender del todo, si es que lo hacemos al menos en una pequeñísima porción.
La racionalización de lo que pensamos, hacemos o vemos, tienen conexión con nuestra vida diaria, es por eso que nos han mantenido con cierto margen de distancia a lo que debemos de corroborar con nuestra mera existencia, como por ejemplo, no sólo podemos decir que el aguacate es verde, sino que también debemos comprobar y asegurar el por qué es que decimos aquello, o en otras palabras, antes de que le hagamos creer a las demás personas lo que pensamos, debemos asegurarnos a nosotros mismos que lo que estamos a punto de decir es tan cierto como que nacimos de nuestra madre, y ya una vez luego de auto convencernos, sería el momento adecuado de que le digamos a las personas que el aguacate es de cierta forma. De cualquier manera, cabe decir que el preguntarnos primero a nosotros mismos sobre nuestros pensamientos, es saber o conocer, si el humano está preparado para tus propias ideas, de lo contrario nos tratarían como inadaptados.
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