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La nueva Educación En la Democracia / Ensayo Filosofía


Enviado por   •  3 de Septiembre de 2015  •  Ensayo  •  1.687 Palabras (7 Páginas)  •  186 Visitas

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UNIVERSIDAD ADOLFO IBÁÑEZ

LICENCIATURA EN CIENCIAS SOCIALES

“LA DEMOCRACIA REQUIERE CONOCIMIENTO”

(ENSAYO DE TESIS)

Ingeniería Comercial

Electivo de Filosofía

Sección 06

Profesor Eugenio Yáñez

03 de noviembre de 2008

Luego de la caída de muchos sistemas de gobierno, es hoy en día la democracia quien protagoniza e intenta augurar con optimismo el objetivo del ser humano: la felicidad. ¿Pero qué tipo de felicidad? En relación al presente, con el sistema de mercado capitalista, el materialismo vigente y la importancia que se le da a la libertad, pareciera ser que es la felicidad individual quien reina sobre la comunal. Pero no debemos verlo sólo como algo egoísta, pues para muchos la felicidad individual puede tener directa relación complementaria con la situación de quienes lo rodean. Todo depende de cómo sea capaz de percibir esta persona, de su punto de vista crítico.

Es entonces importante la percepción del pueblo sobre los diferentes ámbitos de la sociedad, una percepción que depende intensamente de cómo fue nutrida. Mayor conocimiento significa lograr una mejor comprensión del medio y por ende una mejor percepción de que es lo mejor o peor. Sería indicio de una sociedad de mayor cultura.

La tesis que defenderé es la idea de que un Estado es más democrático cuando se preocupa por la participación íntegra de sus ciudadanos; que se sientan importantes en las decisiones pero también que éstas decisiones sean hechas por personas informadas correctamente. Es decir, el Estado no debe optar por una libertad absoluta, pues debe regular ciertos parámetros para así permitir una democracia lo más sana posible. Creo que la educación es el ejemplo más claro para demostrar mi proposición. La gente educada encuentra en mayor medida el camino de la verdad y genera una cultura positiva y sana.

Si bien es cierto que la democracia fomenta la libertad de elección del pueblo, como también el poder idear y decidir el transcurso de sus vidas, hay que tener en claro que hay ciertos parámetros donde la libertad debe ser restringida, pues es necesario mantener cierto norte como sociedad. Uno de los aspectos ejemplares es la educación; un Estado democrático debe obligar a la ciudadanía a que acceda a ser educada.

Un individuo no educado no puede ser considerado libre en esencia, pues al no ser instruido será fácilmente manipulado por quienes si lo son. Se sentirá libre, pero no lo será. “Privad a un hombre de instrucción, y de los medios para obtener mayor instrucción, e inevitablemente lo convertiréis en esclavo de los más afortunados.”[1] Si alguien está siendo persuadido, entonces estamos en presencia de un Estado que no está fomentando un estado democrático. Por más que cada voto valga lo mismo, hay uno que está hecho de manera informada y otro que no. Además de que esto sea injusto, es el último votante quien tiende a no considerar las consecuencias posteriores. En relación a esto último, debemos tener presente que una democracia es efectiva en mayor medida cuando la gente realmente conoce por lo que vota, y no por lo que cree.  Lo último se revindica con una sociedad instruida. “El derecho del hombre moderno a la educación se ha transformado fundamental para su libertad, desde el momento en que el dominio de la Naturaleza por la ciencia transformó las fuentes de poder”[2]

Se puede contra argumentar de que no se les puede obligar a los ciudadanos a ser educados si éstos no quieren. Sean instruidos o no, éstos se sentirán libres si hacen los que más les parezca correcto y al poder concretarlo, lograrán ser felices.

Pero el tema de la educación ha trascendido tanto más allá respecto a la discusión de la libertad o no libertad, que ya podríamos considerarla incluso como una obligación que no implica necesariamente la privacidad de libertad., “[…] la privación de educación no es una denegación de libertad. Es una denegación de la facultad de usar de la libertad para fines elevados”[3]

Por otro lado debemos tener en claro que la felicidad que alcanza por sólo votar, sin importar que grado de información haya habido, implica sólo una prosperidad momentánea y superficial. “Una libertad cuyo único argumento consistiera en la posibilidad satisfacer las necesidades no sería una libertad humana, seguiría recluida en el ámbito animal”[4].

Es cierto que los individuos se sentirán satisfechos al poder hacer sentir su palabra y más aún si es electo el candidato que deseaban. En ese momento serán prósperos, por su puesto. Pero la historia no termina ahí. Hay que apuntar a largo plazo para hablar recién de felicidad. El representante debe luego gobernar, y si éste no fue elegido en su mayoría por personas concientes de sus aptitudes, habrán pocas posibilidades de que genere las herramientas suficientes para que su pueblo alcance una mejor situación. Hay que “sacrificar algo de nuestra libertad para adquirir mayor independencia.”[5]

Finalmente, la libertad se entiende por “ausencia de coacción.”[6] Es decir, en un principio el pueblo podría estar restringido en su libertad al verse obligados a ser instruidos, pero luego de haberlo fomentado, es la misma educación quién creará una cultura cívica y social que impondrá sola a la educación como parte natural del ser humano; estando así dejará de ser una coacción.

Otro argumento a favor de mi tesis es que una sociedad es más democrática cuando los votos son informados, pues la democracia funciona en base a este supuesto. “Para que la participación ciudadana sea efectiva requiere ser una intervención lo más informada posible.”[7] Es decir, si no hay suficiente información entonces la democracia no funcionará en todo su potencial, lo que culminará en una sociedad menos democrática.

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