¿La vida es un juego? ¿Está sonando el despertador? ¿Pero porque está sonando si estoy despierto?

Enrique Bravo Umaña

10AB

Clase de filosofía

02.06.17

¿La vida es un juego?

¿Está sonando el despertador? ¿Pero porque está sonando si estoy despierto?

Fue cuando me di cuenta que en realidad estaba dormido, estiré mi mano en busca del despertador pero solo conseguí un falso esfuerzo ya que la alarma no se encontraba donde siempre la ponía, de hecho no había ninguna alarma, todo era parte del sueño. Me pare de la cama, puse los pies en el suelo que estaba más frio de lo normal. Es curioso porque normalmente la calefacción lo mantiene a la temperatura perfecta para poder andar descalzo por toda la casa, seguro se dañó la calefacción otra vez. Fui a la ducha me bañe y el agua también estaba fría, fue cuando pensé que la luz se había ido. Cuando intente prender la luz del baño para verificar mi hipótesis me di cuenta de que algo andaba mal ya que esta no prendió o que simplemente se me había olvidado pagar la cuenta de la luz. ¿Será posible? Si bien me acuerdo anoche antes de dormirme la había pagado...Pero también había dejado la alarma al lado de mi cama, donde la pongo cada día antes de acostarme. Me volví a preguntar ¿será posible? ¿Es esto posible? solo hay una única razón para explicarlo. ¡Pero no, no creo que sea!

 Cuando me termine de vestir fui en busca de mi celular, que también estaba descargado. Baje al sótano de la casa para ver si había algo que estuviera mal en la caja eléctrica, pero esta estaba bien. Entonces salí de la casa para ver si  un poste de luz se había caído. Al momento de salir, además del cortante frio que estaba haciendo, la calle parecía desierta, ni una sola alma humana la habitaba. El cable que le proporcionaba electricidad a mi casa estaba cortado, con aspecto de un producto de un  acto vandalito. Arregle el cable y de inmediato conecte mi celular para poder ver si era posible lo que estaba pensando.

Después de terminar de comer el desayuno, mi celular ya se había cargado al 100%. Mientras se prendía tenía miedo de que fura posible lo que pensaba y en el monto que la pantalla quedo a mi disposición fui de inmediato al calendario del celular. Este me confirmo mi temor y hasta lo sobrepaso. Había estado durmiendo durante 2 años, lo cual explicaba porqué ya me movía con tanta facilidad alrededor de mi casa. Ya no era obeso, al parecer la grasa de mi cuerpo me salvó de morirme de hambre. Nunca supe como sobreviví a la deshidratación.

Me senté en la silla fría e incómoda del comedor, me quede mirando al piso por tres minutos, tres minutos que fueron más largos que el tiempo que llevaba dormido. Cuando por fin reaccione, levante la mirada y pensé: "en el lapso de 2 años pueden haber pasado muchas cosas y la mejor forma de saber que pudo haber pasado es mirando las noticias en la televisión". Entré al cuarto de la televisión, me senté en el sillón café que tenía una macha de mostaza que un amigo había derramado en el brazo izquierdo de este. Estire la mano para alcanzar el control remoto que estaba en la mesa situada a la derecha del sillón. Después de experimentar lo mismo  que experimente cuando me levante, voltee la mirada hacia la mesa para ver si era que no estaba cubriendo toda el área de la mesa con mi mano, efectivamente no lo había hecho, aunque el control no estuviera sobre la mesa, si estaba el baso en el cual me había tomado una cerveza hace dos años. Me acerque a la televisión y la prendí manualmente. Di media vuelta y cuando me senté en mi sillón café con su marca de mostaza, pareciera que el canal actual no estaba funcionando, entonces me pare para ver si era por falta de señal y en el tiempo que me pare y camine hacia la televisión, la televisión mostro un símbolo el cual parecía como si el logo de PlayStation y Xbox se hubieran fusionado. Al principio me dio riza pero cuando la imagen del símbolo se convirtió en una sala llena de políticos que presumían ser presidentes ya que habían  algunas caras reconocidas. Me paso un escalofrió por todo el cuerpo, desde la cabeza hasta la punta de los dedos de los pies. Tenía un sentimiento de que algo malo había pasado y fue cuando el cretino del presidente de los Estados Unidos de América y al parecer su mejor amigo el presidente de Rusia empezaron a dar un discurso  el cual aparentaba ser un veredicto al cual habían llegado todos los viejos elegantes de esa sala que tenían una cara como si se les hubiera olvidado tomarse sus 80 pastas diarias. Y el veredicto era el siguiente:

Queridos ciudadanos de todos los países o colonias del mundo, hemos llegado a un veredicto, hacia el problema de que las generaciones presentes en el mundo empezaron a quedarse en sus casas en vez de ir al  trabajo durante los últimos dos años, debido a que la vida les parecía muy  aburrida. El veredicto es el siguiente: hemos decidido que ya nadie más tiene por que estar aburrido en el trabajo o en cualquier ocupación posible. Con el nuevo programa que desarrollo Microsoft y Sony solo tendrán que quedarse en su casa y jugar PlayBox todo el tiempo que quieran. Y lo mejor es que recibirán plata por jugar.

Cuando la transmisión se acabó me dio risa, a que tipo de persona se le ocurriría algo así, entonces decidí finalmente ir a donde mis vecinos, los cuales eran muy amigos míos. Nos mudamos al vecindario en la misma fecha y siempre me alentaban para que hiciera ejercicio con ellos, debido a lo obeso que era. Toque en la puerta principal de la casa y con tan solo los golpecillos que le di a la puerta, esta se abrió. Curioso, porque normalmente Santiago (mi vecino) siempre deja la puerta al menos con 3 seguros para mantener a Anna (su esposa) segura. Él siempre ha sido muy sobreprotector con Anna. Me adentre en la casa de Santiago, lo busque por cada rincón posible en el que él estaría. En su gimnasio, en la sala, en la cocina, en su cuarto... Pero me faltaba solo un sitio de la casa por buscarlo. Abrí las puertas del estudio donde Santiago tenía colgada la televisión como si fuera parte de la pared. En el momento que la primera molécula de aire que salió de esa habitación entro a mi nariz, estornude. Olía a una mescla de papas con cerveza, gaseosa y hamburguesa podrida. Además del atroz olor que despedida el interior de la habitación, lo único que se podía ver era la luz de la televisión que se repartía por cada rincón de la habitación y dos siluetas de dos personas obesas sentadas con los ojos clavados en el televisor. Efectivamente el veredicto al que habían llegado todos esos viejos moribundos no era mentira. Anna y Santiago estaban jugando PlayBox.

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