Michel Foucault "Vigilar y castigar"
Enviado por FERRADAS • 26 de Marzo de 2020 • Trabajo • 2.324 Palabras (10 Páginas) • 151 Visitas
RESUMEN
Vigilar y castigar habla sobre la evolución de los métodos de castigo y vigilancia desde la sociedad medieval a la contemporánea: los suplicios, las humillación publica, la prisión, la escuela entre muchas expresiones de poder que se han utilizado para controlar de una forma u otra el comportamiento de una sociedad. Desde esta perspectiva Michel Foucault nos dirige poco a poco a un camino que nos demuestra los procesos que ha tenido la sociedad para castigar y vigilar empezando desde lo material; lo físico (torturas, suplicio, castigos) hasta llegar algo intangible ( psicológico, alma ).
SUPLICIO
(… )…
- EL CUERPO DE LOS CONDENADOS
Las torturas fueron un método de castigo a lo largo de la historia de la humanidad, siendo paralelo al avance y evolución de las diferentes civilizaciones. Obviamente, siempre se ha necesitado corregir las conductas no permitidas y es por ello que aplicar los suplicios al cuerpo fue muy efectivo, aunque muy discutible puesto que si en realidad se pretendía sanear actitudes no se debería poner en riesgo la vida. Verbigracia como bien se sabe, en la edad media la autoridad religiosa era la misma que estaba facultada para castigar en el régimen punitivo. Fuera de las malas acciones, los pecados también eran severamente juzgados. El ejemplo destacable en las primeras páginas del libro donde dichas torturas se ve claramente, en 1757 con el caso de Damiens el cual fue condenado por parricidio. A esta persona se le descuartizo, se le fue desmembrando musculo por musculo y tendón por tendón, lo cual le causo la muerte y posteriormente, sus restos fueron incinerados. Es por ello que a raíz de estos hechos, se hace una reforma a los métodos de castigo, desapareciendo los suplicios. Todo ello concebido por un pensamiento de humanización de las penas.
Como dice Foucalt no sancionan los mismos delitos, no castigan el mismo genero de delincuentes.
El castigo dejo de ser un espectáculo punitivo que buscaba intimidar a la población, atrás quedo su perspectiva casi teatral y dio paso a que lo penitenciario se hiciera mas oculto mas humano. A razón de esto, las practicas punitivas se hacen púdicas, dejando a un lado el asito del cuerpo y procediendo a la restricción de voluntades y derechos. En algunos casos, quitar la existencia sin producir dolor . entonces se crea la guillotina.
Ahora bien, junto con la forma de castigar, también se ha modificado el objeto de castigar, se ha implementado una serie de estudios para dar luz a lo concerniente con la veracidad de la pena. El juez esta facultado para sancionar infracciones utilizando todo un conjunto de juicios apreciativos, diagnósticos, pronósticos normativos, referentes al individuo delincuente. Además, por vez primera en la historia la demencia fue un factor implícito en la ejecución del hecho imputable. Anteriormente esta condición mental era una causal de exclusión de la pena, sin embargo, paso a considerar mas como un correctivo en vez de un suplicio.
Luego, se dio una evolución en el sistema penitenciario, gracias a nuevos planteamientos como considerar el castigo como una función social compleja, adoptar en cuanto a los castigos la perspectiva de la táctica política, situar la tecnología del poder en el principio tanto de la humanización de la penalidad como del conocimiento del hombre y examinar si esta entrada del alma en la escena de la justicia penal, y con ella la inserción en la practica judicial del todo un saber científico, no será el efecto de una transformación en la maneras en que el cuerpo mismo esta investido por las relaciones de poder. Es decir, el castigo abandono el cuerpo y se direcciono hacia el alma y las consecuencias.
Por otro lado, las relaciones de poder orienta quien castiga y el castigado. Es así que el poder siempre esta acompañado del saber, lo que faculta irreprochablemente a los jueces para dirimir en asuntos pertinentes al sistema penitenciario. Cabe decir que quien tiene menos poder será mas fácilmente encasillado en la situación de condenado. Este ultimo logra ser coartado de sus libertades y demás lujos de la vida cotidiana; el alma resulta ser quien en verdad recibe la pena puesto que se le somete a una restricción inmensa, prolongando de mejor manera el sufrimiento.
No obstante, los reos comúnmente no estaban de acuerdo con el método punitivo y carcelario, es por ello que gestaron rebeliones, sobre todo en los últimos años, al nivel de los cuerpos, contra el cuerpo mismo de la prisión, contra el frio, o contra el hacinamiento, también contra los muros.
Lo que estaba en juego era su materialidad en la medida en que es instrumento y vector de poder; era toda esa tecnología de poder sobre el cuerpo, que la tecnología del alma no consigue ni enmascarar ni compensar, por la razón de que no es sino uno de sus instrumentos.
- LA RESONANCIA DE LOS SUPLICIOS.
El suplicio penal no cubre cualquier castigo corporal: es una producción diferenciada de sufrimientos, un ritual organizado por a la marcación de las victimas y la manifestación de poder que castiga, y no la exasperación de una justicia que, olvidándose de sus principios, pierde toda moderación. En los “excesos de los suplicios, se manifiesta toda una económia de poder ( pag. 33).
Además del as penas ya mencionadas, existían también otras mas leves como la satisfacción a la persona ofendida, admonición, censura, prisión por un tiempo determinado, abstención de ir a un lugar especifico y multas o confiscaciones de bienes. Sin embargo se conservaba un cierto vestigio de dolor y la pena en donde el suplico termina por ser, sobre todo, arte cuantitativo del sufrimiento.
Por otro lado, los jueces modernos eran apto para recibir y resolver denuncias penales, con ellas analizaban las pruebas del caso, si bienpodrian ser documentales, también se constituía como objeto de prueba la confesión. Esta confesión, a diferencia de tiempos anteriores, no era impuesta por medio dela tortura puesto que el derecho penal no obedece a un sistema dualista verdadero ofalso sino a un principo de gradacion continua así como de culpabilidad. Es decer son pruebas las que ejecuetan todo el proceso y sin ellas no continua la intervención judicial.
Pero, en el siglo XVIII si existía una tortura judicial, sus castigos se hacían, en primar instancia, que el culpable fuera quien informara su propia condena por medio de carteles fijados a su cuerpo y retractaciones en la iglesia. En segundo lugar, el hecho de someterlo a la vergüenza publica, usualmente provocaba que el sujeto de la pena se sientiera acorralado y cofesara a manera de suplica en su sentencia. En tercers instancia, la ejecución se hacia en un luar en donde se cometido el crimen. Y por ultimo , se prolongaba el sufrimiento del suplicio pues para ellos el juego eterno y ahabia comenzado ( infierno ), y este era la anticipación de las penas del mas allá, puesto que la muerta era segura. Finalmente se trataba de salvar el alma.
...