No te detengas, aprende a levantarte.
Enviado por dulcesantillan19 • 25 de Marzo de 2016 • Biografía • 2.413 Palabras (10 Páginas) • 120 Visitas
No te detengas, aprende a levantarte.
¿Hay algo de lo que realmente te hayas arrepentido? ¿Darías lo que sea por enmendar ese error, que según tú, en serio fue muy grave? ¿Crees que influyo para mal en tu vida, o sólo fue algo pasajero, como un recuerdo amargo y hasta ahí? Bueno, hay situaciones que pasamos a lo largo de nuestra vida y han hecho que al recordarlos nos embargue un sentimiento de tristeza, quizá de felicidad, de enojo o muchísimas cosas más. Voy a contarte una parte de mi vida, que me gusta mucho, pues fue como una gran aventura, algo como lo que siempre había querido vivir, excitante, emocionante y a la vez tan abrumador por los sentimientos que me generó y las emociones por las que pasé. Comencemos…
Mi nombre es Belén, tenía 14 años y era el año 2013, Agosto 06 para ser exactos; mi primer día como alumna en la Preparatoria, sin duda una nueva etapa en mi vida que debería de aprovecharla para bien, o al menos es lo que muchos dicen. Recuerdo con exactitud aquél día. Llegué al salón que me correspondía con mucho entusiasmo, no conocía a los compañeros que ya se encontraban sentados en sus butacas, a excepción de una persona; mi amiga Marisol, con ella conviví en la secundaria, pero fuera de eso, no conocía a alguien más. Me senté en la penúltima fila y en la penúltima butaca de atrás. Transcurría la 1ª clase y tenía ganas de salir a dar un paseo por toda la Preparatoria, pero no quería salir sola. Voltee la mirada hacia un lado del salón, mis ojos se cruzaron con los de una compañera: Lucero. Sonreímos y la costumbre, nos preguntamos el nombre de cada una, nuestra edad y decidimos salir, platicamos de muchas cosas. Esa chica fue muy agradable para mí y supe (quizá por intuición) que ella sería una gran amiga para mí. Aunque mi amiga Marisol y yo hablábamos muy seguido, no convivimos mucho, cada quien busco sus amigos, aun así, había momentos en que íbamos a comer juntas, etc. Retomando el orden, Lucero y yo nos comenzamos a llevar muy bien, me hacía reír mucho, las dos nos gustaba y nos sigue gustando leer, a menudo compartíamos historias de libros que marcaron nuestra vida. En la 1ª semana, conocimos a otra chica llamada Lydia, aunque al principio Lydia no me agradaba del todo, acepte convivir con ellas dos, pues de eso se trata, conocer personas y tal vez al tratarla de conocerla me terminaría gustando como una amiga. En los primeros momentos del semestre, convivíamos con otros 2 chicos: Marcos y Carlos, era muy divertido el ir a comer con ellos y contar chistes, o platicar de nuestras vidas. He de aclarar que yo anhelaba vivir y aprovechar al máximo mi estancia de 3 años en la Preparatoria, pues aunque en la secundaria me fue relativamente bien, a mi parecer no hice muchos amigos y no lo disfrute mucho, pero ésta ocasión tenía que ser diferente, había que dejar huella, y algo relevante en mi es que soy muy enojona y suelo ser grosera cuando me han hecho enojar, por muy leve que sea la situación. Pero también puedo ser muy divertida y amistosa con las personas. Pero bueno, continuemos. De un momento a otro dejamos de estar con Marcos y Carlos, y ya sólo éramos las 3 amigas felices. Un día, salimos después de una clase, fuimos a la cafetería y me percaté que un chico de mi salón iba con nosotras, a decir verdad, él iba platicando con Lydia. Éste chico llamado Daniel ya lo había identificado en el salón de clases, pero tan sólo de verlo, simplemente me enojaba, no me caía bien, aún no lo había tratado pero lo percibía como un chico demasiado presumido, a la vez tan torpe y no quería conocerlo, son de esas personas que a primera vista las aborrecemos. Pero ya iba con nosotras y comenzamos a platicar, de una vez me di cuenta que yo tampoco le agradaba. Pero con el paso de los días, convivimos los 4, nos volvimos inseparables, era muy agradable estar con ellos, me hacían reír mucho. Pero Lydia y yo no encajábamos mucho, me sentía incómoda a veces a su lado, y era porque ella a veces de cierta forma le gustaba hacerme sentir mal y le seguía el juego Daniel, con Marisol era más relajado pero aun así quería conocerlos más y ser muy buenos amigos. Desgraciadamente me di cuenta de algo perturbador, y era que aunque Daniel ya me agradaba, descubrí que sentía una atracción física hacia él: me gustaba. No, eso no era para nada bonito, pues se notaba que él le gustaba Lydia, aparte de que ellos se llevaban muy bien, yo sólo era para él una amiga más. Pasamos el semestre y al siguiente aun estábamos los 4 juntos, pero no sé cómo es que Daniel y yo nos comenzamos a llevar muy bien, cada vez que salíamos de la escuela, íbamos al centro de la Ciudad de Toluca, amaba pasar tiempo con él pues me gustaba tanto y con el cariño que iba creciendo entre ambos por el momento que pasábamos en la escuela, fuimos siendo muy buenos amigos, pero había algo que no me gustaba y era que cuando estábamos en la escuela, le hacía más caso a Lydia y yo hablaba más con Lucero, me daban celos pero trataba de evitarlos. Y así como Lydia disfrutaba hacerme sufrir en ocasiones, Daniel también lo hacía y prácticamente lograron hacer de mis primeros 2 semestres en la preparatoria algo triste, algo que no disfrute mucho. Pude parar esa situación, no les tenía miedo, pues cada vez que alguien intentaba ofenderme no lo lograba, pues sabía defenderme, pero no quise reclamarles nada a ellos, pues no pretendía crear un problema entre nosotros, pensaba que se les pasaría. Y me dolía más la situación porque Daniel me gustaba y lo quería y se comportaba así. A finales del 2do semestre ya no aguante y terminé discutiendo con Lydia, pues era con ella el mayor problema, pero hablamos y digamos que quedamos en términos buenos, quisimos comenzar de cero. Con Daniel no le reclamé, pues prefería no hacerlo porque era tanto mi interés en él, me acobardé y no le dije algo. Pasamos a 3er semestre y fue ahí cuando todo cambió. Yo lo pensé mucho en vacaciones y creí que la mejor manera para evitar más problemas era alejarme de ellos y buscar otros amigos, pues aunque Lydia y yo hablamos, ambas sabíamos que no sería lo mismo, con Daniel me iba a servir alejarme de él para que mi atracción hacia él no aumentara y con Lucero todo era bien, pero sabía que no se iba a querer separar de ellos para estar conmigo y claro que no era mi derecho obligarla, así que decidí alejarme. Pero no, lo que yo planeaba hacer se me derrumbó, Resulto ser que Daniel quiso estar conmigo y ya no más con Lucero y Lydia, lo cual me sorprendió, pues podía jurar que ellos si eran inseparables, obviamente no me atreví a decirle que yo quería era alejarme de ellos tres, y así ocurrió, él y yo empezamos a salir juntos, ya no estábamos con ellas y así fue como nos fuimos separando, Lucero- Lydia y Daniel- Belén. Pero nos seguimos hablando los 4, sólo que Daniel y yo contrario a lo que pensé, nos convertimos en los mejores amigos, si discutíamos y esas cosas, pero era más los momentos en que estábamos bien. En 4to semestre pasó algo que no creí que pasaría jamás; Daniel y yo nos besamos, y fueron muchas veces, pero siempre lo consideramos como un juego, bueno, yo no, pues a mí aún me gustaba. En esos 2 años que llevábamos de conocernos, yo cambié mucho, en mi manera de ver las cosas, me vestía diferente, ya sonreía más, él también cambió. Era obvio, íbamos creciendo, yo ya tenía 16 años. Llegué a pensar que cabía una posibilidad de que él y yo fuéramos novios, pero también sabía que no ocurriría, la razón: él era bisexual y se inclinaba más por los hombres. Pero eso no hacía que yo lo quisiera menos, pues yo lo quería y lo quiero en demasía. Sabía también que nunca resultan buenas las relaciones de amigos y pasar a novios. La amistad se pierde. Además yo sabía dentro de mí que yo no le gustaba, aunque nos hubiéramos besado, eso no podía significar necesariamente como una señal de que yo le atrajera de alguna manera. Comenzó cierto tiempo en que discutíamos mucho, yo me ponía celosa si hablaba con alguien que concretamente no me agradaba, y a pesar de que no le reclamaba (pues no tenía el derecho) me comportaba distante, y él al igual se ponía celoso si estaba yo con otro amigo, en especial con un amigo que yo quiero demasiado: Luis. Pero él si se enojaba a tal grado que su comportamiento me dolía y terminaba por frustrarme. Seguimos juntos hasta sexto semestre pero durante ese tiempo discutíamos mucho, seguíamos saliendo juntos a comer, al cine o esas cosas, pero si había momentos en que nos enojábamos y nos heríamos demasiado. Yo nunca olvidé y como tal no superaba lo mal que se había comportado él y Lydia conmigo en los primeros dos semestres, así que a veces hacía cosas que sabía que a él le molestarían o le dolerían, lo disfrutaba porque sentía que de alguna manera lograba cobrarme cada una de las ofensas hacia mi persona que él me hacía, pero en poco tiempo me arrepentía pues yo lo quiero demasiado, sólo que actuaba como si al hacer esas cosas que a él le molestaban yo no tuviera la más mínima idea. Pero él de igual manera hacía cosas que a mí me lastimaban. De alguna manera los dos nos estábamos destruyendo poco a poco, cumplí los 17 años y esto de la adolescencia se estaba haciendo presente en mí. Cambios emocionales, había ocasiones en que me afectaba mucho y me ponía en un estado deprimente. Tuve mi primer novio en las vacaciones de Navidad, y aunque éste chico llamado Rafael me gustaba, me di cuenta que no al grado de querer estar en una relación con él, terminamos la relación y me sentía bien por no estar comprometida con algo así, prefería pasar los momentos con Daniel. Él supo que me gustaba, se lo aclaré, pero era claro que no iba a pasar algo más, de hecho le dije que no buscaba algo más, sólo que él lo supiera. Pero mi relación con Daniel era muy rara, cualquiera que nos viera pensaría que éramos novios, y como ya había mencionado, nos besábamos, pero después lo dejamos de hacer. En 6to semestre me volvió a pasar algo similar que en 1er semestre con Lydia y Lucero, con otras 2 chicas de mi salón, y al igual que Lydia, una de esas chicas llamada Carmen, sentía que trataba de pasar más tiempo con Daniel y me ponía celosa. Y yo comencé a pasar más tiempo con un chico llamado Adrián, quien era amigo de Daniel y obviamente él se ponía celoso de que yo hablara con su amigo, ya era más mi amigo, pero lo hacía en mi manera de desquitarme porque él estaba con Carmen. Cierto día habíamos previsto que fuéramos al cine, me hizo enojar y sentir mal que preferí no ir, regresé llorando a mi casa (obviamente sin que él me viera), y sólo nos mandamos mensajes diciendo todo lo que nos enojaba, me dijo un par de cosas que supe que eran verdades: “Te quiero, pero espero aprendas a valorar a las personas, y no hablar mal de ellas, que es lo que más me enfurece, date cuenta de lo que haces y espero no te arrepientas o mantente a las consecuencias a causa de tus actitudes”. Me di cuenta que pese a lo que él hacía, yo estaba cometiendo un grave error, pues esa forma de vengarme de él no era correcta, rompí en llanto esa tarde en casa, afortunadamente no había alguien que pudiera escucharme. Decidí que tenía que hacer algo por mí, con eso no estaba logrando ser feliz, porque de alguna manera comencé a hablar mal de Daniel, y de Carmen, diciéndole a mis amigos que ya me estaban hartando, pero tampoco decía lo que yo hacía. Así que por mi bien, decidí callarme las cosas que eran innecesarias decirlas y que no me correspondían. Me costó mucho este proceso, pues yo estaba aturdida con lo que realmente quería para mí. Sólo estaba segura de algo, y era que a pesar de todo, yo no quería perder la amistad con Daniel, pues no iba a encontrar un amigo como él jamás, ni él encontraría alguien como yo, pues en el fondo, sabemos que los dos nos queremos tan fuerte que nada ni nadie nos podría separar, hemos superado muchas cosas y esto no iba a ser la excepción. Él también cambió su actitud conmigo y de cierta forma logramos mejorar nuestra relación de amistad. La vida te da muchas lecciones, lo importante es aprender de ellas y siempre tener el valor de levantarte y seguir. Lo bueno es que con Lucero y Lydia nos seguimos hablando y somos buenas amigas. Algo más, aunque yo sólo había tenido un novio en ese entonces, me había besado con muchos chicos, no sabía que pasaba conmigo, a diferencia de mis amigas, creo que yo era “muy loca” pero todo en su momento y lugar, los estudios para mí son muy importantes, así que supe equilibrarme en lo que quería. Uno va creciendo y se da cuenta de lo que quiere, yo al menos estaba segura de no cometer alguna estupidez, pude haberme besado con muchos chicos, pero no llegar a algo más, se lo quiero y lo que puedo ocasionar. Aún me falta mucho por conocer, sólo quería darte a conocer un poco de mi vida, que a pesar de que es una etapa en la que se sufre mucho por los diversos cambios que sufre el /la adolescente, para mí fue algo increíble. Sigue en tu andar en la vida, disfruta cada momento y siempre ten en cuenta tu bienestar, es realmente lo que importa. Busca tu felicidad.
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