PONENCIA LA POLITICA TIENE SENTIDO
Enviado por Sofía Morales • 6 de Septiembre de 2018 • Tarea • 2.036 Palabras (9 Páginas) • 108 Visitas
Titulo uno más profundo, por favor.
La democracia es uno de los valores y principios básicos universales e indivisibles de las Naciones Unidas. Se basa en la voluntad libremente expresada por el pueblo y está estrechamente vinculada al imperio de la ley y al ejercicio de los derechos humanos y las libertades fundamentales. Es decir, la democracia es un Estado en el cual participamos para que todos podamos tener voz y voto, no solo a través de las votaciones, también a través de expresar diferentes formas de pensamiento, por ello hay diferentes partidos políticos con diferentes formas de pensar.
La política es, según Aristóteles: La asociación de muchos pueblos, lo cual forma un Estado completo, que llega, si puede decirse así, a bastarse absolutamente a sí mismo, teniendo por origen las necesidades de la vida, y debiendo su subsistencia al hecho de ser éstas satisfechas. (P, 10)
No obstante, la democracia, de una u otra manera con las falencias que pueda llegar a tener, permite que la población tenga canales de expresión, lo cual, genera mayor libertad ante todos los individuos y no individualiza la libertad. Con el fin de aclarar, si la política tiene o no sentido, y su influencia en diferentes problemáticas. Esta investigación, enfáticamente afirma que la pobreza, la exclusión social y el terrorismo son factores determinantes que obligan a que la política tenga sentido. Para demostrar esta afirmación abordaremos los siguientes planteamientos: Primero problemas como el terrorismo, exclusión y pobreza, los cuales afectan diferentes regiones del mundo. Segundo, el Apartheid que padeció Sudáfrica. Tercero, la política eficaz de Noruega.
En palabras de Pavon y Villamayor, la pobreza humana es lo contrario del desarrollo, por cuanto supone la privación de las capacidades que permiten a las personas participar en los beneficios del desarrollo. Además, las desigualdades entre las personas se oponen al desarrollo humano porque contribuyen a la inestabilidad (social y política), pues favorecen la inseguridad y, en última instancia, debilitan las oportunidades de progreso de una sociedad. En este sentido, hoy en día, definir pobreza implica considerar a un significativo número de personas que se encuentran viviendo en circunstancias intolerables, en donde el hambre, las enfermedades y la opresión son parte de su vida diaria.
Otro flagelo que afecta sustancialmente varias regiones del mundo es el terrorismo. Al respecto Brian Jenkins, director del programa sobre terrorismo de la Rand corporation afirma:
El terrorismo se define mejor por la cualidad de sus actos que por la identidad de sus autores o por la naturaleza de sus causas. Todos los actos terroristas son delito. Muchos pueden ser también violaciones de las reglas de la guerra, si ésta existe. Todos implican violencia o amenaza de utilizar la violencia y generalmente se dirigen contra objetivos civiles. Las principales motivaciones de los terroristas son políticas; realizan sus acciones para lograr el máximo de publicidad. Los autores son generalmente miembros de un grupo organizado y, a diferencia de otros delincuentes, casi siempre asumen la autoría de sus actos. Finalmente, un acto terrorista trata de producir consecuencias más allá del daño físico inmediato que causa. (Brian Jenkins.P.3)
Los terroristas, son a menudo los actores armados que desempeñan el papel de la “organización” y “funcionamiento” de sistemas alternativos de seguridad, orden y justicia, dado a los vacíos de gobernanza.
Finalmente otra problemática es la exclusión que en este caso está relacionada con el desempleo, la etnia y la edad. En este sentido, el análisis de la pobreza amplía su perspectiva para dar cabida a otra problemática que padecen varias regiones, la exclusión social, es decir, la segregación que causan unos grupos a otros:
La pobreza, a pesar de ser una constate en muchas situaciones de exclusión, puede tomarse como un factor importante de vulnerabilidad social que, unido a otras dificultades como por ejemplo la mala salud, la sobrecarga doméstica y familiar o el desempleo de la larga duración, puede conducir a las personas hacia una situación de exclusión social de difícil solución. (Subirats et al).
La exclusión social, el terrorismo y la pobreza son flagelos políticos que afectan drásticamente una multitud de naciones aún en el siglo XXI. El hecho de que las naciones padezcan de estas problemáticas, nos invita a reflexionar sobre la eficacia de los sistemas de gobierno, en concreto, nuestra reflexión apunta enfáticamente a indagar sobre la pertinencia del ejercicio de la política. Por tanto, a creer que la política aparentemente no tiene sentido.
Sin embargo, se deben tener en cuenta algunas políticas eficaces, por ejemplo el Apartheid que padeció Sudáfrica, descrito según Héctor Cuadra como el sistema de segregación racial, formando parte este de un claro ejemplo de sistema socio-político de la República Sudafricana, violatorio de todas las normas establecidas por la comunidad internacional, el cual se basaba en la exclusión de los negros, de acuerdo al boletín publicado por las Naciones Unidas, en abril de 1982, bajo el título “Un Crimen contra la Humanidad”, que sintetiza la realidad cotidiana de la población no blanca del África del Sur bajo:
Es así como las diversas razas viven en barrios separados y viajan en buses y trenes diferentes. No pueden frecuentar los mismos lugares, ya se trate de escuelas, iglesias, restaurantes, salas de cine, playas, clubes o campos de deporte. Deben entrar y salir de todas partes por vías diferentes. Sus miembros reciben atención en hospitales separados y son enterrados en cementerios distintos. Incluso en los zoológicos, salas de arte, museos y parques públicos, las horas de apertura son distintas para los no blancos. Numerosos empleos están prohibidos a los no blancos, quienes solo pueden ejercer empleos serviles y mal remunerados. El gobierno sudafricano rechaza toda representación parlamentaria de los no blancos y limita rigurosamente la oposición política. (Amenos, et all. P.11)
Tras más de 40 años del régimen segregacionista que marco a Sudáfrica, en la década de 1990-1991, se vivió un gran cambio político, puesto que tras el ascenso al poder de Frederik Willem de Klerk se abolió el Apartheid. Posteriormente, se redactó una nueva Constitución, y tras las elecciones de 1994 Nelson Mandela llega a la presidencia, convirtiéndose así, en el primer presidente negro de Sudáfrica. Al llegar Mandela al poder, los blancos sentían presión, puesto que este podía manifestar animadversión en su gobierno hacia ellos, de igual modo los negros querían obtener justicia con matices de venganza por los 45 años de represión de su libertad, todo ello por medio de la presidencia de Mandela. Aun así, lo que hizo Mandela fue manifestar: “El deseo de que a la dominación de los blancos sobre los negros, no le siguiera una dominación negra sobre los blancos.” (P.17). Mandela en su gobierno siempre buscó unir e infundir paz entre esta segregación dada en Sudáfrica, entre blancos y negros desde 1944 a 1990.
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