Pensamiento moderno. Filosofia del renacimiento.
Enviado por Bardo Nieto • 16 de Marzo de 2019 • Síntesis • 2.812 Palabras (12 Páginas) • 136 Visitas
CAPITULO I
Durante la época antes del renacimiento se pensaba ideológicamente que todo en el universo tenía un lugar natural, todo iba relacionado a un centro, el mundo sublunar que era llamado al sol, la luna y 5 planetas conocidos en aquella época era regido por la tierra, este como centro del universo, un pensamiento más allá de lo conocido significaba la presencia de Dios, como un ser todo poderoso en cual se fundamentaban todas las cosas. Durante el renacimiento se forma una ruptura de todo ese paradigma, Nicolas de Cusa plantea que el centro no tiene un lugar fijo, sino que existe en cualquier parte, esto desplaza la percepción de Dios como un centro natural de todo. Más tarde nicolas Copernico expone la idea en la cual el centro del universo no es la tierra, sino el sol. Durante el renacentismo se inicia la obra de grandes descubrimientos que dan pruebas tangibles que la tierra es un astro más en el universo, hechos como el descubrimiento del nuevo mundo, el descubrimiento de las costas meridionales de África, dan pruebas fehacientes que el mundo es globo, y no un centro limitado como se pensaba. Este cambio en la geografía propicia la aparición de una burguesía concreta, el comercio marítimo tiene su auge y esto desarrolla varias ciudades del nuevo mundo, en las principales se palpita el cambio, en contraste de las periferias, este cambio rompe el orden donde el hombre por nacimiento debía seguir una línea natural, ahora se piensa que por medio de las virtudes del hombre se puede alcanzar una superación, Nicolas Maquiavelo los denomina como ¨hombres nuevos¨. Estos causan admiración, el ímpetu de superarse inunda las viejas ciudades europeas, no es cosa sencilla, con ello nacen en España los conquistadores.
CAPITULO II
Paradojicamente el nuevo pensamiento brotado se asemeja al pensamiento tradicional, el hombre como un centro de todo puede igualarse al pensamiento del macrocosmo, donde los diferentes astros toman un protagonismo dentro del universo. Este paradigma se revoluciona con la idea que el hombre puede ser todo y a la vez nada, ser lo que se proponga dejando de lado las demás cosas que no pueden cambiarse porque predeterminadamente ya son. Giannozzo Manetti se enfrenta a las ideas tradicionales en la cual el hombre necesita ayuda divina para redimir en la vida, De Dignitate et excellentia hominis (De la dignidad y excelencia del hombre) nos habla sobre esto. Pico Della Mirandola expone un pensamiento parecido al de Mannetti pero más profundo, el expone su idea del hombre, como un ser indefinido, está hecho por Dios para tomar las cosas que ya están predispuestas, las demás cosas están regidas por leyes precisas en contraste al hombre que es un ser sin un límite definido, todas estas ideas las expresa en el texto La oratio de hominis dignitate, que comienza con una fábula expresando estas ideas. Estas ideas no fueron limitadas solo a Pico Della Mirandola, sino también expresada por varios autores de aquella época. El español Luis Vives exponía en una obra teatral que cada hombre se la había asignado un papel en esta vida, Dios ostenta esta facultad, la virtud del hombre correspondía a cumplir plenamente este con la tarea asignada a ese lugar sin pretenderla rebasar. Opuestamente Luis Vives es autor de igual forma de La fábula del hombre, una obra teatral en el cual expone que el hombre es un un personaje al que nadie ha otorgado un papel, lo único que hace es imitar la naturaleza de las otras cosas, por ello mismo puede semejarse a cualquier naturaleza particular, esto hace que el hombre no esté sujeto a una naturaleza particular y pueda tomar la naturaleza de otras cosas, incluyendo Dios que debe realizarse de forma propia.
Todos estos conjuntos de ideas se pueden simplificar en la idea de que el hombre no tiene una esencia determinada, sino que se basa en el hacer en lugar de haber. Consecuentemente la naturaleza del hombre consiste en hacer y transformar la naturaleza, esto nos abre el panorama de la posibilidad. El hombre al no tener un lugar y naturaleza determinada no tiene nada seguro, está sujeto a la inseguridad de la libertad.
Estos pensamientos difieren a la idea del pensamiento moderno: la separación entre dos reinos del ser: el mundo natural, objeto de contemplación y transformación por el hombre, y el humano, que consiste en un conjunto de libertades individuales, destinadas a construir, con su acción, su propio mundo.
CAPITULO III
El hombre al no tener una naturaleza fija, se realiza a si mismo, consecuentemente se engendra un nuevo mundo: el mundo de la cultura, sobrepuesto a la naturaleza. Poggio Bracciolini presenta una concepción del hombre, en esta expresa que el hombre nace opuesto a la naturaleza, explica el significado e importancia de virtus y studium; studium es el conocimiento de la naturaleza para poder dominar sus efectos. Para Leonardo Da Vinci expone una nueva idea acerca de la acción transformadora del hombre, lo representa con dos órganos, el ojo y la mano, el ojo como parte del conocimiento y la mano como herramienta de transformación. Tomasso Campanella nos habla sobre la fragilidad en la cual nace el hombre a diferencia de los demás seres vivos que tienen herramientas predispuestas para sobrellevar la vida. El hombre trasciende su situación natural por estar abierto a posibilidades ilimitadas. Max Weber vera como signo de modernidad el desencanto de las creencias modernas y el uso de la razón.
CAPITULO IV
El hombre difiere de las demás criaturas por tener historia. El historicismo comprende dos ideas: que el hombre es fundamentalmente la historia y que el decurso histórico tiene un sentido. Uno de los impulsos del renacimiento y por ende del pensamiento moderno es la reforma protestante que buscaba desligarse de las distorsiones y corrupción de la iglesia católica. El origen de la moderna ciencia de la historia no está la contemplación desprendida de los ¨hechos tal como acontecieron¨, sino la pasión de liberarnos del velo de la convención establecida. Leonardo Bruni expone que el hecho del restablecimiento de la libertad Florentina y el resurgimiento de esta esta enlazada a la libertad política. De igual forma ve este ejemplo en Roma en su surgimiento, grandeza y decadencia de Roma. Para Maquiavelo los pueblos se moldean en base de su virtú, la historia es el resultado de dos fuerzas, lo que constituye su grandeza es la acción de su virtú que es capaz de doblegar a su arbitrio, en los grandes individuos y en los grandes pueblos, a las fuerzas irracionales.
CAPITULO V
En el renacimiento se inicia un proceso que conducirá, en los siglos posteriores, de la noción del alma como substancia a la noción del alma como sujeto. Para varios pensadores uno de los temas que suscita mayor interés y da lugar a acaloradas y eruditas controversias es el de la naturaleza del alma. Para la fe cristiana el alma es objeto de estudio separado. Para Marsilio Ficino alma y cuerpo dos substancias distintas y separables, la muerte del cuerpo no causa el decaimiento del alma, con ello quiere dar respuesta al problema de la inmortalidad, tomando bases platónicas. Añade que la inmortalidad es derivada de las funciones del alma. En el conocimiento, piensa Ficino, el alma tiene un papel activo. Las imágenes sensibles sólo pueden dar un amontonamiento confuso, pero los ‘fantasmas’ despiertan las nociones innatas. El juicio es resultado de la actividad unificadora del alma y se ajusta a la forma y naturaleza de quien enjuicia no a la del objeto enjuiciado. Pomponazzi difiere de la idea de Ficino, el toma como base las ideas aristotélicas, expone el rechazo a la idea de que el alma se divide, sino que es una unidad. Según Tommasso Campanella habría dos tipos de conocimiento que el domina el ad-ditum (sobreañadido) y el ab-ditum (innato), el primero requiere de una impresión externa para actualizarse, mientras ab-ditum que es producto del entendimiento, va paralelo a la capacidad de reflexión. Charles Bouelles expone que el panorama está formado por cosas con un máximo de sustancia, opuestamente el hombre tiene poca sustancia y mucha libertad y capacidad del conocimiento
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