Platon

LARROYO, FRANCISCO, Platón diálogos, Porrúa, México 2003, págs. 301 - 375

Se habla sobre el Demiurgo donde por medio de él se condujo todo lo existente en el universo empezando por construir un cuerpo, un ser supremo que contenga en su interior todos los componentes que son: el fuego la tierra, agua y aire donde después el coloco el alma en el centro y la extendió sobre toda la superficie y cubrió ese cuerpo en ella, más adelante lo puso en movimiento creando así el tiempo formado por los días y las noches, los meses, los años, entonces fueron creados en su interior los seres vivos y los dioses.

Ubico la razón dentro del alma y coloco a ambos en el centro de ese cuerpo, también genero a los astros dando origen al tiempo, los dioses crearon al hombre y a todos los animales a imagen de la Tierra, con el fin de producir un universo perfecto, semejándose a la forma esférica del mundo, depositando allí el alma divina que sería la que gobernaría el resto del cuerpo, otro tipo de alma, el mortal donde ahí se encuentra el placer y el dolor entre los males, fue inserto en la medula, para la alimentación de los hombres fue generado el reino vegetal, donde las especies contienen un alma pero esta está carente de razón y la medula está unida a los órganos sexuales para su procreación generado del deseo de reproducción, también explica la Teoría de la naturaleza de los cuatro elementos de Empédocles, sus cualidades y sus transformaciones asimilándolas a figuras solidas compuestas de triángulos, acerca de esta conformación ultima cada elemento, compuesta de triángulos que combinando sus ángulos dan el nacimiento a cuatro formas muy elementales al fuego le corresponde un tetraedro, a la tierra el cubo, el octaedro equivale al aire y el icosaedro, estos triángulos son las ultimas partículas que uniéndose y volviendo a recombinarse producen disoluciones, licuaciones, solidificaciones, flujo, etc. También los cambios en la formas necesitan la percepción para ser conocidas y ensaya luego conceptos de lo caliente, lo frio, lo suave y lo áspero, lo blando y lo duro, lo placentero y lo doloroso, así como los distintos órganos sensoriales conducen esas sensaciones abriéndose paso hacia la inteligencia y el corazón, para los procesos corporales que son la alimentación, la creación, la respiración , la salud y la enfermedad asimilando estos procesos mentales como el aprendizaje, el olvido, la osadia, el desenfreno, el desgano, influyendo el carácter y la bondad o la maldad, la virtud o el vicio de los hombres.

Estos procesos derivados de un buen o mal estado del cuerpo trasladan finalmente a la ciudad, socializándose, al último se hace una revisión sintética de lo expuesto donde se hablan de estas ideas donde el demiurgo es el que otorga a cada uno la especie mas importante en cada ser como algo divino y con absoluta corrección de aquello que habita en el interior del cuerpo lo eleva hacia la familia celeste desde la tierra como si fuera una planta celestial y no terrestre, porque es de allí donde nació la primera generación del alma, de lo divino y esto lo pone todo en el cuerpo en posición erecta, por necesidad el que se abandona al deseo y la ambición se aplica con mucha intensidad todo esto, engendra las doctrinas mortales y se vuelven lo más mortales posibles, debido a que es esto lo ha ido cultivando, para el que se aplica al aprendizaje y ejercita este aspecto en el, es de toda necesidad que piense en lo inmortal y divino y si en verdad entra en contacto con la verdad que lo logre en tanto posible a la naturaleza humana participar de la inmortalidad, puesto que siempre ha cuidado su parte divina y cuida al dios que habita en el por lo tanto se merece que sea feliz.

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