¿Política de Estado o política de gobierno?

¿Política de Estado o política de gobierno?

Colombia ha sido un país en el que consolidarse en el poder, ejecutivo, legislativo o judicial sea un sinónimo de luchas, violencia, sabotaje, envidia e ingobernabilidad, debido a que su historia política desde sus inicios acaece de ser espinosa, lográndose evidenciar desde su independencia en 1810, esta fervorosa pugna por el poder, por parte de los centralistas y federalistas, luego de los liberales y conservadores, posteriormente por socialistas y capitalistas y más recientemente por “santistas” o “uribistas”, debido a que la política ha tenido que  personalizarse al candidato, ya que una identificación hacia una unidad política sería algo negativo para su campaña puesto que los grupos políticos han perdido legitimidad hacia la sociedad dado por la misma centralización en la lucha por el poder y no por el bienestar del país; entrando en un vaivén de diferentes gobiernos que llegan a legislar o gobernar más hacia los intereses individuales que colectivos, generando un interrumpido progreso del Estado Colombiano en carácter económico, social, justicia y seguridad nacional.

 Wiston Churchill, líder del Reino Unido durante la segunda guerra mundial, expresó "El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones" (VASCO, 2012), exponiendo magistralmente el principal problema de la política colombiana, en donde se anteponen los intereses particulares encima de los del Estado, estableciendo un plan de gobierno que no trasciende administraciones, dejando muchos proyectos inconclusos, presupuestos sin ejecutar, mal ejecutados o en el peor de los casos terminan  en corrupción, contradiciéndose como figuras políticas, hombres de estado que en teoría deben velar por la continuidad del buen gobierno para unos resultados sólidos. (Donato, 1917)

Esta constante reinvención del Estado colombiano en cada gobierno, trastorna los objetivos estratégicos del país, donde actualmente se puede notar con la pérdida de gran parte del territorio marítimo colombiano con el Estado Nicaragüense con litigios ante la Corte Internacional De Justicia, en el que se interpuso en el 2001 ante la administración de Andrés Pastrana Arango, y concluyó negativamente para Colombia en el 2012 cediendo más de 75.000 kilómetros de mar, (País, 2012), por la mínima comunicación entre los gobiernos posteriores cambiando las estrategias y decisiones frente a la defensa de Colombia, perdiendo peso y asertividad en el proceso causando el fatídico resultado.

En el área de seguridad y defensa, cabe resaltar que desde la década de los sesenta Colombia se halla inmersa en un conflicto armado que involucra múltiples actores como las guerrillas, los paramilitares, los narcotraficantes, el gobierno y las fuerzas armadas; lo que ha generado un escenario constante de violencia y confusión en la sociedad, evidenciando la compleja situación de orden público que ha vivido la población colombiana bajo estos diferentes actores al margen de la ley; en donde no es claro personalizar a un solo grupo que se opone al gobierno y mucho menos que se centren  o se identifiquen en  el mismo ideal revolucionario; en la administración de Uribe Vélez, bajo su programa de gobierno “seguridad democrática”, profundamente realista concibiendo el conflicto colombiano como es y no como debería ser; logrando disminuir drásticamente las acciones terroristas por parte de los grupos guerrilleros FARC y ELN, que han tenido un parcial  repudio de la población colombiana, dado a sus accionares terroristas y al mismo tiempo como actores activos en el   narcotráfico, siendo este un factor determinante en la transformación y desarrollo del conflicto armado en Colombia, en donde esta actividad ilegal se mostraba ante ellos como una novedosa y eficiente herramienta para su manutención y financiamiento de maniobras militares en contra de las instituciones del Estado y población civil,   ya que por el mismo rechazo de la sociedad debieron introducirse en zonas rurales difíciles que obstaculizan cualquier otro medio de financiamiento.

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