Retorica de la adulacion. La enfermedad del alma

La retórica como adulación es planteada por Sócrates al terminar de refutar a Gorgias y empezar a dialogar con Polo, luego de exponer que la retórica no llega a tener el estatuto teórico de la técnica ni sabe crear enseñanza o conocimiento sino que es una rutina halagadora que, en el mejor de los casos, persuade sin instruir. La primera parte del diálogo entre Polo y Sócrates (466a-481b) es fundamental en tanto que se empieza a definir a la retórica como adulación en tanto que esta actúa teniendo como fin la satisfacción del otro, sin que le importe la verdad y por lo tanto engañando con lo que no es para confundir. Dodds recuerda que la palabra adulación es expresiva de bajeza moral en tanto que actúa sobre el oportunismo de quien habla sobre lo que la gente quiere oír y no de lo que podría mejorarla, aunque le desagrade. Sócrates 464e-465a:…y digo que no es arte la adulación porque no tiene ningún fundamento por el que ofrecer las cosas que ella ofrece ni sabe cual es la naturaleza, de modo que no puede decir la causa de cada una. Yo no llamo arte lo que es irracional. Así la adulación no se ocupa del bien de aquello que es el término de su actividad, sino de su placer, procurando solamente éste y desconociendo lo que es mejor. Pero tampoco del placer que busca procurar, del que hace el objeto preferente de su acción, conoce la causa ni la naturaleza (500e-501a) ni los placeres que son beneficiosos o perjudiciales.  

La retórica como adulación es planteada por Sócrates a través de la comparación entre la salud del alma y la salud del cuerpo, exponiendo las partes que se encargan de una y de otra que por orden de aparición en el texto, son la culinaria, la retorica, la cosmética y la sofística (463b). La adulación tiene un modo de actuar astuto debido a que se disfraza de cada una de las artes que vigilan lo mejor para el cuerpo y el alma y finge ser aquello de lo que se ha disfrazado con el fin de que sea juzgada como valiosa(464c-d). La división de las técnicas relativas al cuerpo y el alma   en legislación y justicia, gimnasia y medicina, se encuentra duplicado con una división paralela y opuesta. Lo importante es señalar como la retorica actúa como simulacro de la política que cuida del alma mediante la legislación y la justicia, su carácter procede del camuflaje que asume para hacerse pasar como un arte verdadero, confundiendo por ejemplo el simulacro de la legislación es la  sofistica, y de la justicia, la retórica, ambas encargadas del cuidado del alma y por otra parte están la culinaria y cosmestica que remplazan a la medicina y la cosmética respectivamente.  Cuando estos simulacros se convierten en prácticas que desvían a los usuarios de los fines generales de la vida humana, como si fueran conocimientos verdaderos que sí poseen por ejemplo el medico y el maestro de gimnasia.

Entonces es importante resaltar la diferencia planteada entre apariencia y conocimiento, y esto da paso al problema de la salud en el Gorgias, pues estas practicas adulatorias como la retórica no procuran un buen estado del alma en el sujeto y como la retórica es el simulacro de la justicia, la cual esta encargada del mantenimiento del buen estado del alma es importante detenernos a entender la enfermedad del alma .

La enfermedad del alma

la enfermedad del cuerpo y por lo tanto con ella la del alma es objeto de recurrente mención en el texto del Gorgias, donde la medicina es propuesta como modelo de practica técnica y actividad a la que se le compara con la del filósofo. Podemos decir que la enfermedad consisten en la alteración de la medida entre la proporción causada por algún elemento que violente el orden regular y natural. La enfermedad es considerada en el 477b junto con la debilidad y la deformidad como un mal en la disposición del cuerpo y es equiparada a la pobreza como un mal concerniente a las riquezas. En el 505a se dice que el hombre que vive en el cuerpo mísero estado es un hombre que vive miserablemente, afirmación  que nos plantea la importancia del cuerpo en el orden general de la vida buena, reconociendo la interacción de este con el alma, la cual debe plantearse de forma armónica. El estado de la enfermedad es contrario al de la salud: un hombre no puede estar sano y enfermo al mismo tiempo 496ª, principio que se ejemplifica con la enfermedad de los ojos llamada oftalmía la cual sirve en el contexto de la conversación para identificar la enfermedad con el mal (496c). En el 512a se hace la distinción entre enfermedades graves y leves, curables e incurables; de las últimas se dice que el hombre que sufre de ellas es un desgraciado al que más le vale morir que vivir en ese estado, mientras que las curables son tratables mediante el régimen adecuado (499c), que requieren de disciplina y control (504e), pues a veces no es agradable tomar la medicina recetada por el médico y son pocos los que quieren sufrir esa molestia (476c)   , al contrario, hay muchos enfermos que prefieren no tomarla ni confiarse al medico (456b). Así al cuerpo enfermo y el mal estado no le es agradable tomar muchos alimentos pues es claro, según el recto juicio que aquello no le conviene (504e), sino que procura de aquellos placeres buenos que le brindan la salud o la fuerza necesaria para la excelencia de su condición (499d).Perno no siempre los enfermos entiendes bien esta necesidad de tratamiento y en muchas ocasiones, son semejantes a niños caprichosos que buscan la satisfacción inmediata de sus deseos (521e). En general, que la enfermedad es un mal que arruina la vida, que puede tener diversos grados de intensidad y que, en el caso de ser curable requiere un régimen de vida y tratamiento.    

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