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Enfermedad Loa Loa


Enviado por   •  1 de Septiembre de 2011  •  Monografía  •  1.678 Palabras (7 Páginas)  •  815 Visitas

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Loa loa

El L. loa causa una enfermedad llamada loasis, en la cual los gusanos adultos migran a través del tejido subcutáneo y pueden observarse como pequeñas elevaciones serpiginosas en las partes delgadas de la piel o por debajo del revestimiento conjuntival de los ojos. Estas lesiones cutáneas de angioedema migratorio se conocen como tumefacciones de Calabar y sirven para como una manifestación diagnóstica. Debido al aumento de los viajes por todo el mundo, se aconseja que la infección de L. loa sea considerada en el diagnóstico diferencial de los pacientes que presentan angioedema migratorio, vasculitis, urticariana o eosinofilia.

El término “gusano de ojos” deriva de la tendencia de este microorganismo a infiltrarse por debajo del epitelio conjuntival. Se han revisto 56 casos de filariasis intraocular humana. En 10 casos, las filarias removidas fueron identificadas como L. loa. Sin embargo, en otros casos, se detectaron filarias de W. bancrofti, especies de Dipetalonema y especies de Dirofilaria. Diversos informes vinculan a L. loa con infecciones agudas y crónicas de la mama, que en general, se presentan como masas nodulares, con calcificaciones focales, simulando un carcoma.

Artrópodo vector

Moscas tabánidas (Chrysops dimidiata): la forma infecciosa es igual que en el caso de W. bancrofti (la larva en tercer estadio en la probóscide del mosquito es la forma infecciosa para el ser humano).

Sitio de infección

Los gusanos adultos migran a través del tejido subcutáneo y pueden ser visualizados en particular por debajo del delgado epitelio conjuntival ocular (por este motivo el L. loa es conocida como el gusano de los ojos). Pueden haber tumefacciones tipo calabaza en otras partes de la piel, lo cual constituye un indicio diagnóstico útil.

Formas diagnósticas

Microfilarias: tienen un aspecto similar a las de W. bancrofti y B. malavi, excepto porque la columna de núcleos se extiende totalmente hasta la punta de la sección de la cola. Tienen una vaina. Las microfilarias son liberadas por los gusanos adultos con un horario diurno.

Características

Los adultos son nematodos blanquecinos, filiformes, de cutícula gruesa, no estriada, con prominencias pequeñas de distribución irregular en la región central y en el extremo cefálico, cerca de la boca, presentar un anillo conformado por seis papilas pequeñas. Las hembras miden de 5 a 7 cm de longitud por 0,5 mm de diámetro, y presentan en la zona caudal un par de papilas terminales, mientras que los machos miden de 3 a 4 cm de largo por 0,3 a 0,4 mm de ancho y exhiben en la zona caudal, que está incurvada ventralmente, cinco pares de papilas pedunculadas grandes, tres pares de papilas sésiles pequeñas y dos espículas desiguales. Los adultos alcanzan la madurez a los tres meses de haber penetrado en nuestro organismo, y viven libres en el tejido conjuntivo subcutáneo de 4 a 17 años. Las hembras grávidas, a los 6-12 meses de la infestación, emiten microfilarias que circulan por la sangre periférica con periodicidad diurna. Las microfilarias tienen una movilidad característica, serpenteante, miden de 230 a 300 µm de largo por 5 a 7 µm de ancho y presentan vaina, espacio cefálico grande, tan largo como ancho, y núcleos caudales terminales no deformantes.

Ciclo de vida

El ciclo vital de L. loa es similar al de las filarias de la elefantiasis, excepto que el insecto que trasmite la enfermedad es el tábano de género Chrysops, también llamado mosca del ciervo o del mango. Las microfilarias circulan por la sangre periférica con periodicidad diurna, y son ingeridas por el tábano. En él se desarrolla y transforma alcanzando la forma infectiva 10 o 12 días después, y siendo transmitida al hombre por la dolorosa picadura. La larva infectiva queda en la superficie de la piel, penetrando a través de la herida de la picadura quedando instalada en los tejidos subcutáneos. Aproximadamente de 6 a 12 meses después del contagio comienza la producción de microfilarias que puede persistir más de 17 años.

Sintomatología

La loasis es una filariosis cutaneodérmica, comúnmente bien soportada y paucisintomática, aunque en algunos casos pueden aparecer complicaciones que ensombrecen el pronóstico del proceso. Clínicamente, tras un periodo de incubación mudo, de unos tres meses de duración, aparecen signos y síntomas, que podemos agrupar en manifestaciones clásicas y complicaciones de la loasis. Las manifestaciones clásicas, se producen como consecuencia de la migración subcutánea de los vermes adultos y de fenómenos inmunoalérgicos:

• Prurito: se localiza preferentemente en las extremidades superiores, tórax, espalda y cara, y es un elemento de orientación diagnóstica en aquellas zonas exentas de oncocercosis.

• Edema de Calabar: es el signo más común de la loasis, aunque no es patognomónico de ella, ya que puede aparecer en otras filariosis, como en la parasitación por M. perstans. Clínicamente, se caracteriza por la aparición, preferentemente en extremidades superiores o en la cara, de dolor, prurito o urticaria locales, y el desarrollo, unas horas más tarde, en la misma zona anatómica, de un angiodema migratorio y transitorio, no eritematoso, de unos 10 cm de diámetro que persiste de 2 a 4 días, aunque este período puede prolongarse. Las recurrencias son frecuentes en la misma zona corporal, pero pueden producirse en cualquier otra.

• Reptación subcutánea de los adultos: se caracteriza por la aparición de hormigueo desagradable o prurito localizados y de un cordón subcutáneo, serpenteante, palpable, móvil, que se desplaza a razón de un centímetro por minuto.

• Migración subconjuntival de los adultos: se produce como consecuencia de la reptación subcutánea de

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