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En España se emite demasiada publicidad, y desde Europa nos lo recuerdan. Y es que ayer jueves el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha condenado a España por no actuar ante las flagrantes violaciones de las normativas europeas sobre la regulación de la publicidad en las televisiones. Es decir: los famosos doce minutos de publicidad por hora natural de día que se extienden a diecisiete con los anuncios de autopromoción y que, como muchos ya suponíamos, las cadenas se los pasan por donde quieren.

Hay un par de puntos interesantes que se ven en la sentencia, ya que hay muchas cosas sobre esta normativa que no parecían estar demasiado claro. Como por ejemplo el hecho de que ese límite de doce minutos no se limitan al corte publicitario en sí, sino que incluye la multitud de “consejos comerciales” dentro de la emisión del programa. Recordemos que hoy en día es imposible ver un programa de televisión sin tragarte al presentador/colaborador de turno vendiéndote los cosméticos, la cerveza o el coche de turno.

Así pues el Tribunal Europeo declara que dentro de este límite se encuentran todo tipo de mensaje televisado remunerado (o con pago similar) promocionando una marca o empresa pública o privada incluyendo (y aquí va el segundo punto que quería destacar) los patrocinios. Los patrocinios parecían entrar en un terreno límite, pero según el Tribunal también entrarían, por lo que deberían ser regulados al igual que el resto de publicidad.

Personalmente, aunque la condena es más bien simbólica (se condena en costas), a mí me parece estupenda como toque de atención al gobierno (así, en general, como institución) para que ponga más atención a lo que se emita en las cadenas de televisión y empiece a tener mano dura con las cadenas de televisión que no hacen caso a las leyes. Si ven que las televisiones no cumplen con la normativa habría que actuar. El problema vendría con la solución: ¿tolerancia cero? ¿sanciones más duras que una pequeña multa que las cadenas están más que encantadas de pagar?

La verdad es que, más en el país en el que estamos, seria difícil comenzar a regular este tema de una manera más dura ¿hasta donde estaría el ejercicio de la ley y la intromisión del Estado/Europa en empresas privadas como los grandes conglomerados televisivos? Sé que no es un asunto con solución fácil y desde luego, aunque tengamos esta sentencia como base, dudo mucho que la situación de la publicidad en España cambie de hoy para mañana, pero creo sinceramente, que tanta publicidad sobra.

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