SINTESIS DE MICHEL VILLEY

UNIVERSIDAD LIBRE SECCIONAL CUCUTA

SINTESIS DE MICHEL VILLEY

INTEGRANTES

CAMILO SANJUAN PALACIOS
FABIÁN ORTEGA PACHECO
JUAN DAVID PEREZ

5GS

MICHEL VILLEY

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Michel Villey fue un gran filósofo y jurista francés el cual nacio el 4 de abril de 1914 en Caen, murió el 24 de julio de 1988, graduado de la universidad de Pierre Villey, fue profesor asociado en derecho. Creo el centro de filosofía del derecho con Henri Batiffol y la revista “Filosofía Archivos de la ley”. Antiguo Profesor de derecho y de filosofía del derecho en la universidad de Paris II. Villey es autor de una de las críticas a los derechos humanos más significativos la cual tiene lugar en el siglo XX, uno de los más grandes del derecho internacional de los derechos humanos.

Villey se encontraba en el nacimiento de la contracultura en la década de los 60 a los 70. Cuando dio lugar a conocer una filosofía del derecho que es una reivindicación de Aristoteles en relación con la justicia y por la recuperación del concepto de derecho en la Roma antigua. En este sentido la finalidad especifica del derecho no es otra que la justicia la cual se deriva de una adjudicación a lo que significa la decisión de un tercero que asigna a cada una de las partes de un proceso lo que le corresponde. Nadie posee un derecho sino por intermedio de una decisión de un tercero imparcial.

Es, especialmente, en su (Le droit et les droits de l’homme), publicado en 1983, que Villey expone claramente su pensamiento en derechos humanos. Pero el tema aparece de nuevo en su (Definitions et fins du droit) publicado en 1986. Villey denuncia la religion de los derechos humanos con sus potentes asociaciones, sus prestigiosas instituciones internacionales, su clero de iglesias cristianas y su culto. Haciéndose eco de las críticas de Burke, Bentham y Marx, Villey declara ilusorios, irrealizables,contradictorios e ideológicos estos pretendidos derechos. Recordando las afirmaciones de Burke sobre los ataques a la propiedad, las violaciones al derecho a un debido proceso y las decapitaciones en la época de los revolucionarios franceses, Villey constata que los derechos humanos no son siempre para todos. Esto es cierto tanto para los derechos –libertad como para los derechos -crédito. « Suponed » – nos iinvita el autor- que tomamos en serio el derecho de todo el mundo a la salud y que hacemos atribuir por medio de la seguridad social un trasplante de corazón a todo cardíaco. En tal caso, sería necesario recortar los derechos humanos de cada uno al mínimo vital,  a la huelga y a la cultura, comenzando por la libertad. Así mismo, según el autor, es difícil conciliar el derecho a la vida con el derecho a la interrupción del embarazo, el derecho al pudor con la libertad sexual, el derecho al matrimonio con el derecho al divorcio, para no mencionar sino algunos ejemplos. Sobre este particular, en su Droit et les droits de l’homme, Villey afirma que cada uno de estos pretendidos derechos humanos es la negación de otros derechos humanos.

Villey critica a Marx sobre el pseudo-universalismo de los derechos humanos. Estos están constituidos de libertades formalmente iguales para todos pero de hecho están reservadas a ciertas categorías de personas. El autor comparte con Marx que la proclamación del carácter sagrado de la propiedad y el derecho de contratar libremente fue un medio de precipitar al más grande número en la pobreza y la dependencia respecto de los capitalistas. Villey ve en el desfase entre la proclamación formal de libertades iguales para todos y la imposibilidad real para todos de disfrutar de ellas, una parte de impostura de la cual se aprovechan los políticos. Irreales,contradictorios, inconsistentes, los derechos humanos son, sin embargo, invocados en causas nobles, ya sea para la lucha contra el hambre,  contra la tortura, y en general para mejorar la suerte de personas y de poblaciones sometidas a tratamientos inhumanos o degradantes. Villey es muy consciente que la empresa de desmitificación de los derechos humanos no lo convierte en alguien popular. Sin embargo, él se lanza en la deconstrucción del discurso de los derechos humanos con la ayuda de la historia de la filosofía del derecho y del derecho romano, del cual es un buen conocedor. De este modo, Villey pone en cuestión las acepciones modernas del concepto de derecho. Este ha sido reducido por el positivismo a simples formulas legislativas y a órdenes surgidas de la costumbre y la jurisprudencia. La justicia allí está ausente o, al menos, ella no es forzosamente su objetivo. A su vez, los iusnaturalistas identifican el derecho con preceptos morales surgidos de la razón con pretensión universal. En uno y en otro caso, la justicia no es el producto de una adjudicación, de una decisión.

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