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Santo Tómas de Aquino y su Impacto en la Economía


Enviado por   •  7 de Febrero de 2020  •  Ensayo  •  1.840 Palabras (8 Páginas)  •  521 Visitas

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Chrysta Aguilar[pic 1]

Carné 20180518

Teorías Éticas

Sección «C»

SANTO TOMÁS DE AQUINO Y SU IMPACTO EN LA ECONOMÍA         

        

Tomás de Aquino nació en el castillo de Roca Seca en el reino de Nápoles. A los 14 años fue enviado a la Universidad de Nápoles, donde empezó su admiración por la religiosidad sincera y la vitalidad de los frailes dominicos que conoció por casualidad en las calles; le impresionaron tanto las ideas de castidad y pobreza que los monjes de esa orden predicaban que llego a ser uno de ellos. Aunque llevaba una vida entregada a sus deberes Tomás escribió una amplia gama de textos en los cuales ofrece una visión cristianizada de la teoría de Aristóteles. En su obra Suma Teológica, en la Parte II-IIae - Cuestión 66 «El hurto y la rapiña» Aquino responde a las siguientes interrogantes: ¿Es natural al hombre la posesión de los bienes exteriores? ¿Es lícito que alguien posea una cosa como propia? El hurto, ¿es la sustracción secreta de la cosa ajena? El robo o rapiña, ¿es pecado específicamente diferente del hurto? ¿Todo hurto es pecado? ¿El hurto es pecado mortal? ¿Es lícito hurtar en caso de necesidad? ¿Toda rapiña es pecado mortal? La rapiña, ¿es pecado más grave que el hurto?

        Según el Diccionario de la Real Academia Española; el hurto y la rapiña consiste en tomar bienes ajenos, la diferencia entre ambos términos consiste en que el segundo se ejecuta con violencia. En esta ocasión en específico ha llamado mi atención la manera en que Aquino responde a la interrogante del artículo 7; «¿Es lícito hurtar en caso de necesidad?», puesto que este expone que cuando una persona se encuentra necesitada le es permitido satisfacer dicha necesidad con bienes ajenos. Pero cómo medimos si alguien está realmente pasando por necesidad a tal grado que llega a tomar las pertenencias de otros para salir de su miseria o por lo menos aliviarla, y hasta qué punto se puede recurrir a esta opción. No obstante, lo peor de esta idea son las consecuencias que puede tener en la sociedad, tanto económicas como morales, si por algún motivo se llevara a la práctica.

La economía es uno de los factores más importantes en la sociedad puesto que puede tener tanto un impacto positivo como negativo dependiendo de la manera en que se maneje. Como se describe en el libro The Economic Way of Thinking la economía que se desarrolla en el libre mercado se basa «en que todos los fenómenos sociales surgen de las acciones e interacciones de los individuos que eligen en respuesta a los beneficios y costos esperados para ellos mismos», esto lo podemos ver de una manera más amplia en el cuarto principio de la economía; los incentivos. Los cuales se definen en esta área como el estímulo que se ofrece a una persona, grupo o sector económico con el fin de mejorar la producción y los rendimientos. Al momento en que se mejora la productividad de la sociedad, se impulsa su desarrollo.  Pero que incentivos puede tener una persona para generar riqueza, si algún individuo que diga ser necesitado podrá llegar y tomar los bienes por los que esa persona ha trabajo. Cuando un individuo inicia a robar a otros que trabajan, se castiga a las personas que se han esforzado, por la necesidad en la que otros se encuentran; como si ellos hubiesen sido los causantes de su situación.

En cuanto las personas noten que les es licito tomar lo que no les pertenece con la excusa de que tienen necesidad, la cantidad de personas necesitadas comenzará a incrementarse puesto que es más cómodo obtener algo sin haber trabajado por ello que esforzarse, si al final del día se obtendrán los mismos resultados. Ya que generalmente trabajamos solo por el incentivo de poder obtener una recompensa, en su mayoría económica lo cual nos dará mayor poder de adquisición. Esta reacción es un claro ejemplo de la Premisa 1: «El hombre actúa para mejorar», explicada por Manuel F. Ayau en su libro El Proceso Económico, en la cual explica que las personas nunca estamos satisfechas y por ello siempre buscamos disminuir el nivel de insatisfacción. Pero qué pasaría si se llegase al punto en que todos los individuos optan por hurtar, es decir, que todos renuncien al trabajo. La respuesta es muy obvia, no habrá a quien robar y su instinto de supervivencia los obligara a buscar la manera de satisfacer sus necesidades si en caso fueran de vida o muerte, si no lo harán para reducir el grado de insatisfacción; por más necesidad que digan tener deberán trabajar. Visto desde un punto de vista económico; la sociedad dejará de producir y por lo tanto su desarrollo se detendrá, en el mejor de los casos, si no podría sufrir un retroceso económico y afectará la calidad de vida de los individuos.

        Todas las personas hasta cierto punto podemos considerarnos necesitadas, aunque es claro que al tipo de necesidad a la que se refería Santo Tomás era extrema, al grado de carecer de lo básico para llevar una vida digna. Pero por más abrumadora y desesperante que sea la situación no puede tomarse como excusa para quitarle a otros por lo que se han esforzado y solamente ellos puedan entender que sacrificios han hecho, en otras palabras, cual ha sido su costo de oportunidad. No importa el motivo, no dejará de ser un robo; incluso en la Biblia se describe «No hurtaras», como el séptimo mandamiento que Dios da a los hombres (Éxodo 20:15). Así como también se menciona «Si alguien no quiere trabajar, que tampoco coma» (2 Tesalonicenses 3:10). Todos somos capaces de trabajar, en distintas formas y ámbitos, pero podemos ejecutar un algún tipo de trabajo; y cuanto más no se disfrutará de un bien, sabiendo que se tiene bien merecido pues no se ha damnificado a nadie para obtenerlo. Además de no causar ningún daño se estará contribuyendo a un bien común, pues como Manuel F. Ayau desarrolla: «… la sociedad existe porque de la división del trabajo se derivan beneficios para todos…», (Conferencia: Dinero, Capsula No. 7). A lo que Ayau se refería era que; mediante el trabajo queramos o no, contribuimos a la economía pues al vivir en sociedad cada persona se especializa en el trabajo que menos se le dificulte (el que le represente menor costo de oportunidad) lo cual lo llevará a especializarse y formar parte de la división del trabajo. Lo que resulta ser beneficioso para la sociedad ya que su productividad va en aumento, y como ya se explico anteriormente, impulsará su desarrollo.

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