TRAGEDIA GRIEGA: UNA INDIVIDUALIDAD HEROICA, UNA COLISION TRAGICA
Enviado por maverick751 • 22 de Junio de 2017 • Ensayo • 2.615 Palabras (11 Páginas) • 309 Visitas
TRAGEDIA GRIEGA: UNA INDIVIDUALIDAD HEROICA, UNA COLISION TRAGICA
(Por: Jesús Esteiner Alonso, Universidad Diego Portales, 2015. El Sentido de la Tragedia, Jesus.Alonso@mail.udp.cl)
Gracias a la tragedia griega, y en especial, a Edipo Rey intentaremos analizar su vinculación con la estética hegeliana, casi que con un modelo reconstructivo y por qué no sistemático. Hegel con una mirada agudizada destaca la perfección que los griegos lograron en la conciencia del ser de lo trágico a partir de obras de Esquilo y Sófocles. En el mundo heroico de los griegos, las potencias éticas universales —aún no fijadas para sí como leyes del Estado ni como deberes morales— se presentan o como el vigor de los dioses que se contraponen en su propia actividad o como el vivo contenido de la individualidad humana.
Nuestra hipótesis se expone en tratar de sentenciar la siguiente afirmación que implica a Edipo Rey: “Ni desde el punto de vista de las intenciones ni desde el de su saber Edipo puede ser culpable”. El desarrollo está orientado a un concepto que nace y se basa en la estética hegeliana, tema de los efectos no intencionales de la acción y las consecuencias no deseadas respecto a tales resultados obtenidos.
Sobre dicha hipótesis puede llegar a determinarse, que la conciencia individual de Edipo, su verdadera voluntad de verdad, y sus consecuencias no deseadas pueden parecer el resultado tal vez de la ironía del destino. El contraste se da a su vez en otro plano, entre el azar y el misterio. Yocasta siente que el mundo está regido por el azar.
Cuenta el mito, que Edipo topa con un hombre extraño para él y, en el curso de un enfrentamiento, le da muerte. En los tiempos de esta reyerta la muerte de este hombre no hubiera sido un crimen; además, él se había comportado violentamente con Edipo. Ese hombre, sin embargo, era su propio padre y al darle muerte sin saberlo se convierte en parricida. Edipo desposa a una reina pero esa reina era su madre. Sin saberlo ha realizado un matrimonio incestuoso. Aunque ello no estuvo en sus intenciones, Edipo se convierte en parricida e incestuoso y todo esto según su propio juicio. De hecho, al enterarse de que su esposa era su madre, Edipo se saca los ojos y se destierra al monte Colonos. Lo que Edipo quería era precisamente evitar esto, pero en el camino de evitarlo se convierte en parricida e incestuoso. Él se destierra de Corinto para no asesinar a quien creía era su padre (Polibio), y en el camino de su destierro mata a un hombre que es su padre. En este camino, además, derrota a la Esfinge y recibe en premio el reino de Tebas y con él a su madre, aunque él no supiera que Yocasta era su madre.
El contenido de la acción trágica, en cuanto a los fines que conciben los individuos, no es decidido puramente por éstos sino proporcionado por lo que Hegel también llama las potencias sustanciales que se presentan en la voluntad humana como legítimas para sí mismas: la familia, la vida estatal, el soberano, en suma, todo lo que, fomentándolo, interviene en el interés real de las relaciones entre los seres humanos. Éstos, en el contenido y fin de su acción no se muestran escindidos de alguna de las potencias que conforman su mundo; en la autoconciencia del héroe trágico aparece, concibiéndose para sí, una potencia ética constitutiva de su propio mundo.
Hegel argumenta analíticamente que una acción no se produce en medio de la nada. Ella se realiza en una determinada situación y dicha situación, a su vez, supone determinadas circunstancias universales del mundo. Estos tres conceptos y en este orden jerárquico — circunstancia universal del mundo, también descrita anteriormente como potencias sustanciales, o también potencias éticas universales, la situación y acción— constituyen el armazón terminológico más general con que Hegel enfrenta la «determinidad del ideal de lo bello artístico». En relación a dicha estructura podemos determinar cómo el Edipo se inserta en la argumentación Hegeliana respecto de las circunstancias universales del mundo y, con posterioridad, cómo sucede esto mismo en relación a la situación.
Efectivamente, la cuestión planteada a la estética aquí es cómo la «idea de lo bello artístico», en tanto algo universal e interno, se exterioriza en la acción artística y, con ello, se constituye como obra de arte. En el marco de esta argumentación, la tragedia griega en general y la obra de Sófocles en particular asumirá para Hegel, como intentaremos mostrar, una figura eminente en tanto exteriorización del ideal de lo bello artístico.
En consecuencia, encontramos rápidamente una extremada y estrecha relación entre la Estética planteada por Hegel y su encuentro de lo bello en la obra de Edipo. Hegel considera a Edipo un individuo heroico. “Los héroes –dice Hegel-, son individuos que, a partir de la autonomía de su carácter y de su arbitrio, asumen y consuman el todo de una acción, y en los que esto aparece por tanto como designio individual cuando ejecutan lo que es justo y ético”. Hegel rescata esta relación entre el sujeto héroe y sus acciones que alcanzan a todos los resultados de esta, independientemente de si dichos resultados eran o no los esperados desde el punto de vista de las intenciones del sujeto actuante, por consiguiente, podríamos en compañía de Hegel llegar a predecir que: “Edipo podría ser no culpable desde el punto de vista de las intenciones.”
Hegel sostendrá en sus lecciones sobre Filosofía del arte: “[En la tragedia], lo ético es la base, y se desarrolla hasta llegar a una escisión.” (Hegel, 2006: 533) La obra trágica describe el desarrollo de los personajes que van poco a poco interiorizando el destino que se les opone, hasta el desvelamiento total (momento que, por ejemplo, en las tragedias Antígona y Edipo Rey de Sófocles, acontece con la participación del adivino Tiresias en la obra), cuando la interiorización de su destino se hace máxima. Ese es el momento ético de la obra, cuando las posiciones contrapuestas son asumidas por los protagonistas y obran desde ellas como un saber. Antes de éste son inocentes, pues desconocen la culpa que contenían sus acciones al encontrarse bajo un manto de inconsciencia. Los caracteres heroicos consideran lo que han hecho por culpa suya.” (Hegel, 2006: 537)
Hegel sostiene que el conflicto es trágico si chocan dos derechos morales contradictorios y de validez semejante. El conflicto se da entonces entre la intención y el resultado de la acción. La individualidad heroica de Edipo se representa en esa inteligencia inquisitiva, la manera de abordar y averiguar dicha verdad aunque genere un intenso dolor, todo esto acompañado de un dominio y control que finalmente escapa a su voluntad con los resultados. “Los héroes trágicos —dice Hegel— son tan culpables como inocentes”. Por consiguiente, y según los resultados de la acción, “Edipo ahora puede ser –culpable- como inocente.”.
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