Tema- André Breton. Los vasos comunicantes.

Los vasos comunicantes

André Bretón

Ediciones Siruela

Madrid, 2005

Resuena Tichenbray en 1896 con el nacimiento de André Bretón, fuerte representante del surrelismo, afirmando el movimiento con sus dos manifiestos surrealistas, el primero expuesto en 1924 y el segundo escrito cinco años más tarde. Trabajó arduamente con Paul Éluard, René Crevel y Louis Aragon, principalmente, además de ganarse el cariño de Duchamp. Creador de obras históricas y sumamente reconocidas como Nadja (1928) y El amor loco (1937) inspirado en su esposa, además es el ingenioso autor de Los vasos comunicantes, en 1932.

"Los vasos comunicantes", que ahora nos ocupa, deben ser vistas como tres palabras bien ordenadas que van más allá del título de un libro, son más que un producto creativo. Es una combinación de ideas perfectamente conjugadas en una serie de palabras de dimensiones justas. Tales ideas alcanzan con sus seudópodos bien proporcionados temas como los sueños y la vigilia con su peculiar relación, jugando, yendo y viniendo entre lo racional, lo imaginario, lo ordinario y extraordinario, poniendo al lector del lado de un pensador de la psicología tan grande como Freud y su "Interpretación de los sueños", subiendo los niveles del pensamiento hasta un punto metafísico. Inspiración para otros magos del arte como Diego Rivera y la creación de su pintura homónima a este texto, dicha edición contiene menciones tremendamente exquisitas: Picasso, con su "Tocador", o Ernst y su "Mujer 100 cabezas"; agregando una vista pictórica de imágenes exquisitas como "El gran masturbador" de Dalí, "El vaticinador" de Chirico, entre otros, que acompañan las líneas de este autor,

Pequeñas secciones en el texto como "Las reflexiones incongruentes de mi padre" o "Nosferatu" ponen a trabajar el pensamiento maquinariamente hasta llegar a conclusiones inéditas utilizando hechos simples de la vida cotidiana u onírica. Además de confesar la aversión hacia las corbatas junto con una especial mención de Freud y sus teorías fálicas en "La elección de las corbatas", hace un breve pero relevante comentario de apenas once palabras en "La camisa roja".  

"Nunca podrá usted ver esta estrella como la veo yo. Usted no comprende: es como el corazón de una flor sin corazón", se cita Bretón en su propia obra, como una segunda afirmación, es una frase que le entra como anillo al dedo a la definición de este texto.

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