ACTIVIDAD ETICA – ETICA MEDIEVAL
Enviado por caro marulanda • 30 de Mayo de 2019 • Informe • 791 Palabras (4 Páginas) • 275 Visitas
ACTIVIDAD ETICA – ETICA MEDIEVAL
- Palabras claves del texto
Escolástica, medieval, renacentista, humanistas, filósofos, paganos, religión, renacimiento, políticas, edades, metodología, iglesia, Dios, cristiana, padres.
- Autores mencionados en el texto y sus argumentos.
CLEMENTE DE ALEJANDRÍA (150-215): Mediante el ejercicio de la razón natural, algunos de los filósofos de la antigüedad habían llegado a conclusiones relativas al tipo de vida idóneo para los seres humanos que coincidían con partes de la doctrina moral cristiana.
PLATÓN Y ARISTÓTELES: Afirman que existe una facultad de juicio racional aplicada a elegir la forma correcta de actuar. La excelencia en el ejercicio de esta facultad constituye la virtud intelectual de la sabiduría práctica -phronesis (en latín prudentia)- y la conducta de acuerdo con sus determinaciones es la virtud moral.
ESCRITORES DE LA EDAD MEDIA: Denominaron syndéresis esta facultad innata de distinguir el bien del mal. El propio Jerónimo la define como «la chispa de la conciencia... por la que discernimos que hemos pecado», pero posteriormente llegó a ser habitual reservar el término «conciencia» (conscientia) para designar la capacidad de distinguir el bien del mal al nivel de las acciones particulares.
SANTO TOMÁS DE AQUINO (1224-74): Afirma que el primer principio del pensamiento sobre la conducta es que hay que hacer y perseguir el bien y evitar el mal. Esta regla de la syndéresis es (afirma) un principio de suyo evidente, de forma que cualquiera que lo comprenda debe admitir su verdad.
SAN JERÓNIMO Y DE SAN AGUSTÍN (354-430): La conciencia es una facultad innata que revela la ley moral de Dios inscrita en el alma de los hombres.
SAN AGUSTÍN: Dios dota a cada hombre de una conciencia con la cual puede conocer la ley moral. Sin embargo, este conocimiento no basta para la virtud, que exige además dirigir la voluntad hacia el bien. Para conseguir esta orientación benevolente, Dios ilumina el alma mediante una revelación de su propia bondad, y esto produce la virtud al cargarse el alma de amor por la perfección de Dios y esforzarse por su unión con él.
El amor atrae a un alma hacia Dios igual que el peso atrae un cuerpo hacia la tierra; pero, por supuesto, dado que Dios está (encima) de todas las cosas, la dirección de la atracción es hacia arriba y por lo tanto el movimiento de la gracia se convierte en una huida del alma lejos del mundo.
«Los hombres ven las normas morales escritas en el libro de la luz que se denomina Verdad, del que se copian todas las demás leyes» (De Trinitate, 14, 15, 21]). Aún para otros, la forma de descubrimiento es de este último orden, pero lo que se aprehende es simplemente la voluntad sin fundamento de Dios expresada en mandamientos de actuar o abstenerse de actuar, y no la orientación ofrecida de acuerdo con una ley de la naturaleza.
Sólo tienen mérito aquellas acciones que se adecuan a la ley moral de Dios si se realizan con el motivo apropiado, es decir, el amor de Dios v un deseo de perfeccionarse a fin de acercarse a él. En sus propias palabras: «Vivir bien no es más que amar a Dios con todo nuestro corazón, alma v mente»
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