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Enviado por mairaquevedo23 • 28 de Noviembre de 2012 • 380 Palabras (2 Páginas) • 388 Visitas
LA RIQUEZA DE UN POBRE.
SÓLO ES POBRE EL QUE SIEMPRE DESEA MÁS
(MARIANO AGUINO)
“No había en el pueblo quien no conociera a Peralta por sus muchas caridades: él asistía a los enfermos; él enterraba los muertos; se quitaba el pan de la boca y la ropa del cuerpo para dársela a los pobres; y por eso era que estaba en la pura inopia.”
Este tema habla de un señor llamado dizque Peralta que vivía en una casa vieja fea por el camino real en las afueras del pueblo donde vivía el rey, con su hermana, una vieja soltera y aburrida. A él lo conocían mucho en el pueblo por sus caridades con los mas necesitados, olvidándose de sus necesidades, por eso estaba en la inopia. Por lo cual su hermana lo criticaba mucho y le decía que se casara y tuviera hijos, a quien mantener, en vez de estar sosteniendo a esos vagabundos, que ni te lo agradecen, pero Peralta solo le decía que no necesitaba hijos, ni mujer ya que el tenia a su prójimo.
Un día de lluvia se arrimaron un muchacho joven y un viejito pidiendo posada y Peralta los deja entrar y se sintieron muy satisfechos. Entonces Peralta le dijo a su hermana que fuera a la cocina y mirara que podía darles estos señores, su hermana fue deprisa sabiendo que no había nada, y por sorpresa encontró gran cantidad de comida. Ella dijo esto es mi Dios que lo ha premiado por sus obras de caridad y les sirvió de comer y todos se acostaron.
Peralta se levanto a oscuras y no encontró a los huéspedes. En el lugar del joven se topo con una mochila llena de onzas del rey, asustado fue a decirle a su hermana y a decirle a todos, encontrándolos a todo sanos. Entonces salio a buscar a los huéspedes para entregarles el dinero. Al encontrarlos le dijeron que no eran solamente peregrinos que eran San Pedro y Jesús Nazareno. Ellos solo habían llegado a la tierra para probarlo y el había pasado la prueba por su honradez, premiándolo con la bolsa de monedas y concediéndole cinco peticiones. Peralta dijo sus peticiones y el Señor se las concedió, desapareciendo ellos al instante.
Peralta comenzó a cumplir sus cinco peticiones de acuerdo a sus necesidades, así:
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