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ANALISIS DE EXPLOSION


Enviado por   •  15 de Octubre de 2012  •  1.627 Palabras (7 Páginas)  •  655 Visitas

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EXPLOSION

Análisis del primer cuarteto

¡Si la vida es amor, bendita sea!

Quiero más vida para amar! Hoy siento

que no valen mil años de la idea

lo que un minuto azul de sentimiento.

El poema comienza con los signos de exclamación que ya demuestran esa explosión de sentimientos.

El yo lírico ha descubierto que si el sentido de estar vivo es el amor, pues entonces bienvenida la vida para ellas y para todos los que puedan sentir el amor.

Su afirmación es absolutamente subversiva y revolucionaria para su época. La expresión “bendita sea” proviene del lenguaje religioso, y significa alabar, engrandecer, ensalzar. Cambia la palabra “Dios” por “vida”, y adjunta el “bendita sea”, como si todo el discurso religioso que le han enseñado hasta el momento contradijera lo que hoy siente, como si ese discurso la hubiera obligado a estar pasiva, sintiendo el amor como una idea lejana e inalcanzable físicamente, y no le hubieran explicado, ni le hubieran dado permiso para descubrir esta otra forma de sentir.

Es esta nueva forma de sentir la que la lleva a afirmar “quiero más vida para amar”, el sentimiento nuevo es tan poderoso que haberlo descubierto también revela la angustia de la muerte. No está pensando como le enseñaron en su época a desear la vida después de la muerte, quiere la vida que acá se siente, que acá se vive, que acá se ama.

A través del encabalgamiento - cuando un verso continúa en el siguiente- el yo deja aislado y reforzado el marco temporal: “hoy siento”, y esto es subjetivo, por lo tanto no es cuestionable, es personal, de esta manera qué discurso religioso puede atreverse a desmentir lo que el yo siente.

Los últimos dos versos del cuarteto oponen las dos ideas, la que le han planteado y la que ha descubierto. Esta oposición se vuelve violenta por la fuerza de la forma, la antítesis:

“que no valen mil años de la idea

lo que un minuto azul de sentimiento.

“mil años” contra “un minuto”, “la idea” contra “el sentimiento”. Haber perdido mil años soñando con el amor no vale nada cuando uno se encuentra verdaderamente con el sentimiento.

Todo pierde sentido. Si le dieran al yo lírico mil años de vida, pero sólo le permitieran la idea del amor, lo cambiaría, sin dudar, por un solo minuto del sentimiento real, verdadero, aunque eso sólo fuera lo que le quedara de vida.

La palabra “azul” resulta emblemática en el texto. Recordemos que Delmira está influida por el modernismo, y el nicaragüense Ruben Darío ha publicado su libro “Azul” que ha marcado a los poetas de América y España. El color azul luego de esa publicación se ha convertido en símbolo de escritura apasionada, de pasión rebelde y real, también mezclada con la melancolía, de un mundo que los excluye por querer sentir, y expresar como bandera sus sentimientos, en un mundo materialista y enloquecido por los nuevos inventos tecnológicos, y perdido en el principio del consumismo.

Segundo cuarteto

Mi corazón moría triste y lento...

Hoy abre en luz como una flor febea.

¡La vida brota como un mar violento

donde la mano del amor golpea!

El segundo cuarteto comienza con la personificación del corazón, o tal vez una metonimia de él. Lo importante es que representa lo más íntimo y más vital del ser humano, y por lo tanto donde se encuentran, para ese yo lírico, sus sentimientos, que mueren de una tristeza lenta.

Esto es lo que ha provocado la idea, una agonía constante e inacabable, hasta este “Hoy”. Para mostrar esta agonía, el yo lírico usa los puntos suspensivos, porque si no hubiera aparecido este “Hoy”, esta nueva forma de sentir, de vivir, de amar, lo único que le hubiera quedado es más agonía, que en el tiempo se prolonga, y también lo hace en el verso, dejando lo que sigue en un futuro, de manera incierta. Pero aparece ese “Hoy”, ese presente que rompe con la agonía y vuelve al yo lírico a un centro, que parte de esta nueva revelación. Otra vez aparece la antítesis entre la muerte del corazón, y la apertura a la luz. Este nuevo sentir la invita a renacer, a volver a nacer, a volver a una nueva vida.

La comparación: “hoy abre en luz como una flor febea”, refiriéndose al corazón, deja entrever la antítesis de la oscuridad de la muerte con la nueva luz que ahora se abre.

La imagen “flor febea” muestra la belleza con que el yo visualiza su corazón, frágil, pero hermoso, con un nuevo perfume, con la delicadeza de sus pétalos, y también con lo efímero, pero ¿qué importa si al menos logra abrirse y sentir lo que tanto le fue negado? La palabra “febea” refuerza la imagen de luz. Febo es el dios de la luz en la cultura griega, y uno de los rasgos de estilo del modernismo es utilizar palabras referidas a culturas antiguas.

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