Analisis Del Film "La Ola"
Enviado por sebalama • 26 de Julio de 2011 • 2.045 Palabras (9 Páginas) • 1.799 Visitas
En la concepción de Aparatos Ideológicos del Estado de Althusser se conjugan la necesidad de superar el concepto de Estado de Marx y las concepciones freudianas y lacanianas del psiquismo, inconsciente, yo, individuo, sujeto, imaginario.
La noción que introduce Althusser para completar el concepto de Estado y que se ejerce a través de lo que él denomina “aparatos”, es la de Ideología que actúa sobre la base de determinadas concepciones psíquicas.
Los escritos de Althusser sobre “Ideología y Aparatos Ideológicos del Estado”, manifiestan el interés de este pensador por completar, enriquecer o superar la concepción marxista del Estado, entendido como una “máquina” de represión que le permite a las clases dominantes asegurar su dominación sobre la clase obrera para someterla a la explotación capitalista. Esta presentación sigue siendo en parte descriptiva, dice Althusser, y es por eso que es indispensable sumar algo a esta definición clásica de Estado como aparato de Estado. No sólo se debe tener en cuenta la distinción de poder de Estado (objetivo de la lucha de clases) y aparato de Estado, sino también la existencia de otra realidad que se manifiesta junto al aparato (represivo) de Estado que son los Aparatos Ideológicos del Estado. Aquellos funcionan predominantemente con la violencia, mientras que éstos, lo hacen con la ideología que en algunos casos también puede ejercer una violencia, pero de carácter simbólico. Si es la clase dominante quien tiene el poder del Estado y dispone del aparato represivo, es esa misma clase la que forma parte, de manera activa, de los Aparatos Ideológicos del Estado: “…ninguna clase puede tener en sus manos el poder de Estado en forma duradera sin ejercer al mismo tiempo su hegemonía sobre y en los Aparatos Ideológicos de Estado” (Louis Althusser, “Aparatos Ideológicos de Estado”, 1970).
Los A.I.E “funcionan con la ideología” afirma el autor por lo que es necesario dedicar algunas palabras a este concepto. En primer lugar Althusser comienza criticando lo que la teoría marxista ha dicho al respecto, sobre todo lo que se expone en la Ideología Alemana. De esta teoría de la ideología dice que “no es marxista” por tratarse de una teoría positivista-historicista, rechazando de esta manera, tanto la concepción marxista tradicional de la ideología según ésta es igual a la conciencia falsa, como una concepción clásica de la ideología que la concibe como conjunto de ideas. En oposición a esto, Althusser propone un conjunto de tesis.
“La ideología no tiene historia” enuncia el autor y plantea, por una parte, que “las ideologías tienen una historia propia” y por otra, afirma que “la ideología en general no tiene historia” es decir, es eterna. A lo que se refiere la primera parte (“las ideologías tienen una historia propia”) es el hecho de que la ideología, aun determinada siempre en última instancia por la lucha de clases, tiene una cierta autonomía relativa, es decir, que su explicación y comprensión no se agota con la referencia al mundo de la política o de las relaciones sociales de producción.
La otra cara de la tesis “la ideología en general no tiene historia”, designa que es omnihistórica, que la estructura y los mecanismos de su funcionamiento son siempre los mismos y están y estarán siempre presentes en todas las formas ideológicas. Esta “ideología en general” o teoría abstracta de las ideologías no tiene historia precisamente porque está presente siempre en la historia, porque el recuento de su historia, sería la repetición de los mismo elementos que cada vez entran a funcionar para producir efectos siempre iguales.
Otra tesis que enuncia es la que dice “La ideología representa la relación imaginaria de los individuos con sus condiciones reales de existencia”. El autor afirma que los hombres, en la ideología, no se representan las condiciones de existencias reales, su mundo real, sino que lo que se representan es su “relación” con esas condiciones materiales. Dicha relación es de naturaleza imaginaria y sostiene toda deformación imaginaria que puede observarse en la ideología. Lo imaginario es una cualidad “esencial” de la ideología y la deformación imaginaria no tiene que ver con la ilusión engendrada ni por las “mentiras” de los poderosos ni por las relaciones de producción alienantes. La deformación imaginaria, dice Althusser, está soportada por la naturaleza imaginaria de la misma relación.
La noción de ideología propuesta por el autor se diferencia de la concepción marxista (ideología como conciencia falsa) principalmente en un aspecto, la ideología para Althusser cumple funciones tales como: acompañar a todas las prácticas sociales de todas las clases o grupos sociales en todos los modos de producción (“La ideología tiene existencia material”) así como constituir a los individuos en sujetos, mediante el mecanismo de “interpelación”, ligándolos con sus prácticas (“La ideología interpela a los individuos como sujetos”). De esta manera, incorporando conceptos provenientes de la teoría psicoanalítica, logra explicar y ampliar el concepto de ideología de la teoría marxista. La ideología interpela a los individuos como sujetos enuncia Althusser, y esa interpelación se logra porque hay toda una conformación psíquica que lo facilita. También las “relaciones imaginarias” que mantienen los individuos con las condiciones reales de existencia se enmarcan en el plano de lo psicológico.
El registro de lo imaginario permite que se realicen las identificaciones, las relaciones imaginarias de los individuos con sus condiciones materiales de existencia. La posición del sujeto, el lugar que ocupa en la estructura de las condiciones materiales, le es asignada por la ideología, que lo liga a sus prácticas en virtud de la necesaria proyección de su “yo” en la imagen especular, en el ideal del yo. El sujeto se identifica con esas prácticas y adquiere así, su unidad como sujeto ideológico. La interpelación es el proceso de identificación del individuo con la imagen que la ideología le presenta de aquello que él quisiera ser y que todavía no es y, al mismo tiempo, de aquello que la ideología “quiere” que el individuo sea. La interpelación ideológica es la presentación de una imagen deseada al individuo con la cual éste se identifica. La identificación del yo con cualquier imagen
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