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Agentes Socializadores


Enviado por   •  29 de Mayo de 2013  •  2.047 Palabras (9 Páginas)  •  482 Visitas

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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION

EL TIGRE; EDO ANZOATEGUI

AGENTES SOCIALIZADORES QUE PROPICIAN LA CONDUCTA Y LA PERSONALIDAD DE LOS INDIVIDUOS

INTRODUCCIÓN

El proceso de socialización comienza con el primer agente socializador: la familia. Dentro del ámbito familiar la persona tiene su primer contacto con el mundo y para muchos especialistas de la conducta humana estos primeros años serán fundamentales para la formación de la personalidad y la visión del mundo. Este agente socializador lleva a cabo la socialización primaria: Es la primera por la que el individuo atraviesa en la niñez por medio de ella se convierte en miembro de la sociedad. Se da en los primeros años de vida y se remite al núcleo familiar. Se caracteriza por una fuerte carga afectiva. Depende de la capacidad de aprendizaje del niño, que varía a lo largo de su desarrollo psico-evolutivo. Una de las tareas evolutivas del adolescente tiene que ver con el establecimiento de relaciones amistosas con el grupo de sus iguales.

Algunos adolescentes que no logran, por múltiples circunstancias, encajar en los grupos entran a formar parte de grupos formales, supervisados por adultos, que poseen organización y actividades preestablecidas, más o menos rígidas: clubes deportivos o ecológicos, acción católica, juventudes políticas, grupos de acción vecinal, grupos de rescate.

LOS COMPAÑEROS

Como se recordará, una de las tareas evolutivas del adolescente tiene que ver con el establecimiento de relaciones amistosas con el grupo de sus iguales. Esta tarea no se inicia con la adolescencia, pero en ella adquiere peculiaridades especiales, porque el sujeto comienza a experimentar "seriamente" el ser adulto en un momento en que los cambios son características de su ser, y le plantean la necesidad de adaptarse.

La presencia de otros que están en sus mismas condiciones, sobre todo cuando las tensiones con los padres, profesores y demás adultos son altas, constituye un apoyo y ayuda de valor considerable. Con ellos aprende a relacionarse, a ejercer el liderazgo y a someterse, a establecer objetivos y metas, a obedecer normas, a adquirir habilidades sociales, a compartir experiencias y a descubrir nuevos horizontes.

El hecho de ser igual que sus compañeros, es decir, de estar embarcados todos en la misma empresa y abordando los mismos problemas: disgusto hacia los padres y adultos, sorpresa por los cambios, preocupación por el sexo, etc., tranquiliza al adolescente

GRUPOS FORMALES

Algunos adolescentes que no logran, por múltiples circunstancias, encajar en los grupos mencionados (barras y camarillas), entran a formar parte de grupos formales, supervisados por adultos, que poseen organización y actividades preestablecidas, más o menos rígidas: clubes deportivos o ecológicos, acción católica, juventudes políticas, grupos de acción vecinal, grupos de rescate.

Estos grupos formales representan un espacio "seguro" en el que los adolescentes pueden llevar a cabo tareas de tipo social que facilitan su desarrollo como personas responsables.

Por grupos formales nos referimos a los que definen la estructura de la organización, con asignaciones determinadas de trabajo que fijan tareas. En los grupos formales, el comportamiento de los individuos está estipulado y dirigido hacia las metas de la organización.

Según Shermenhorn y otros, (Schermenhom, Huny, Osborn, 2005) un grupo formal está oficialmente designado para servir a un propósito organizacional especifico. La organización crea un grupo de este tipo para que desempeñe una tarea específica, que normalmente implica el uso de recursos con el fin de crear un producto.

Los grupos formales pueden ser permanentes o temporales. Los grupos de trabajo permanente, o grupos de mando en la estructura vertical, aparecen en los organigramas como departamentos, divisiones o equipos, estos grupos se crean oficialmente con el fin de desempeñar una función específica continua. En contraste, los grupos de trabajo temporales son grupos de tarea creados específicamente para resolver un problema o desempeñar una tarea definida; se deshacen una vez que el propósito asignado se ha cumplido.

Las razones más importantes para que las personas formen grupos son:

Seguridad: Al unirse a un grupo los individuos reducen la inseguridad de "estar a solas". Se sienten más fuertes, tienen menos dudas personales y resisten mejor las amenazas cuando pertenecen a un grupo.

Estatus: Entrar en un grupo que los demás consideran importante confiere a los miembros reconocimiento y una posición.

Autoestima: Los grupos infunden en las personas sentimientos de valía; es decir, además de comunicar una posición a los foráneos, pertenecer a un grupo, también fomenta la sensación de valer a los propios integrantes.

Afiliación: Los grupos satisfacen necesidades sociales. A las personas les gusta el trato frecuente al que se prestan los grupos. Para muchas personas estos intercambios en el trabajo son el principal satisfactor de sus necesidades de afiliación.

Poder: La acción de un grupo consigue a menudo lo que no puede el individuo solo. Hay una fuerza en la suma.

Consecución de metas: Hay ocasiones en las que se requiere más de una persona para realizar una tarea: cuando hace falta reunir dotes, conocimientos o fuerza para terminar el trabajo. En tales casos, la administración recurre a un grupo formal.

LAS PANDILLAS

No pocos adolescentes no encajan ni en las camarillas, ni en las barras, ni en los grupos formales. Se incorporan a las pandillas que tienen características similares a las camarillas. Diferenciándose en que se orientan a una actividad abiertamente agresiva y transgresora de las normas sociales, llegando en casos extremos, aunque no infrecuentes, a la comisión de delitos.

Las pandillas aparecen en todos los niveles sociales, pero son más frecuentes en áreas de extrema pobreza y grave privación cultural. El deterioro económico de Venezuela en estos últimos años se ve reflejado en un aumento de las mismas en las barriadas de las grandes ciudades.

En ocasiones, la pertenencia a pandillas en lugares donde ni la policía se atreve a entrar, es de obligada necesidad para obtener protección e, incluso, para conservar la vida. Muchas veces el adolescente, para evitar formar parte de ellas y no cometer infracciones o delitos, ha de pagar una cuota o "peaje". Esta situación es común en muchas ciudades populosas del país.

Las pandillas

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