Alegoria De Caverna De Platon
Enviado por williamc_504 • 22 de Marzo de 2015 • 832 Palabras (4 Páginas) • 201 Visitas
Cuanta sabiduría derrochaban aquellos hombres de la antigüedad -más allá de compartir o no sus ideas-, veintiséis siglos atrás, en comparación con el hombre de hoy.
Basta recordar la clasificación que hacían respecto de la mera opinión (doxa) que, como bien lo enseñaba el difunto García Morente, es el saber que tenemos sin haberlo buscado y, el conocimiento fundado (episteme o ciencia) que es el saber que tenemos porque sí lo hemos buscado. Y aquí es preciso observar un rasgo sustancial, la episteme por apelar al término griego requiere indefectiblemente de un mínimo de esfuerzo, del ejercicio de la búsqueda para alcanzar ese saber racional y reflexivo.
En cambio la doxa u opinión es la simple visión de las cosas tal cual las vemos u oímos sin apelar al ejercicio reflexivo; es decir, sin procurar indagar más allá de lo aparente. Mantenerse en el terreno de la Doxa, no es otra cosa que adherir a aquella corriente filosófica que se conoce como realismo ingenuo. Esto es, suponer que la realidad la captamos tal cual es; obviamente, si así fuese, no tendríamos necesidad de la ciencia, de la investigación, de la búsqueda, de la episteme. Sin embargo, no son pocos los seres que, a lo largo de la historia de la humanidad, confiaron y confían ciegamente en la opinión, asignándole a ésta una entidad de la que intrínsicamente carece. Es suficiente rememorar -continuando con los griegos- aquél mito platónico denominado La alegoría de la caverna para constatar que aquellos prisioneros de la caverna inmovilizados por sus cadenas y obligados, sin poder verse uno a otro, a contemplar un muro de sombras terminaron creyendo que la realidad era eso que veían; es decir, las sombras. Y vaya a que punto que, cuando uno de esos prisioneros pudo soltarse de las cadenas y tomar, de ese modo, contacto con el exterior sus ojos no solo se vieron afectados por una sensación de dolor, sino que se resistían a ver lo que, precisamente, estaban viendo: “la concreta realidad”. Hasta que, después de un esfuerzo mental, comprendió que ese, y no otro, era el mundo real; claro que luego regresó a la caverna y procuro comentarles a sus compañeros de prisión que lo real se hallaba fuera de ella. Pero como era de esperar, estos intentaron matarlo porque suponían que estaba faltando a la verdad. Pues, tantos años contemplando “las sombras” que terminaron incorporando en sus mentes que esa resultaba ser la única realidad.
Ésta alegoría platónica no podemos dejar de relacionarla con la actualidad mundial; pues, solo que hoy los prisioneros de antaño son los “ciudadanos del momento” y el muro de sombras es el espacio mediático existente. Es dable reconocer, que algunos prisioneros “han escapado de la caverna” pero un significativo y mayoritario número ” de almas” aun sigue visualizando la realidad desde un muro o una pantalla de TV. Otros ignoran la alegoría y algunos de ellos dicen no creer,
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