Alegoría De La Caverna De Platón
Enviado por ValeeGamba • 2 de Octubre de 2013 • 2.662 Palabras (11 Páginas) • 578 Visitas
Alegoría de la Caverna de Platon
Sus primero años
Platón nació en Atenas, (o en Egina) probablemente el año 428 o el 427 a. c. de familia perteneciente a la aristocracia ateniense1, que se reclamaba descendiente de Solón por línea directa. Su verdadero nombre era Aristocles, aunque al parecer fue llamado Platón por la anchura de sus espaldas, según recoge Diógenes Laercio en su "Vida de los filósofos ilustres’’. Los padres de Platón fueron Aristón y Perictione, que tuvieron otros dos hijos, Adimanto y Glaucón, que aparecerán ambos como interlocutores de Sócrates en la República, y una hija, Potone.
A la muerte de su padre, siendo niño Platón, su madre contrajo nuevas nupcias con Pirilampo, dejando la educación de Platón a su cargo, por lo que se supone que Platón pudo haber recibido una enseñanza propia de las tradiciones democráticas del régimen de Pericles, ya que el mismo era amigo de Pirilampo.
Platón recibió la educación propia de un joven ateniense bien situado, necesaria para dedicarse de lleno a la vida política, como correspondía a alguien de su posición. Según Diógenes Laercio, escribió composiciones éticas, líricas y trágicas, que después quemó; pero esta noticia, aunque verosímil, no puede darse por segura. También fue discípulo de Cratilo, algo que tampoco parece poder ser confirmado. La vocación política de Platón está constatada por sus propias declaraciones, en la conocida carta VII; pero su realización se vio frustrada por la participación de dos parientes suyos, Cármides y Crítias, en la tiranía impuesta por Esparta luego de la guerra del Peloponeso, conocida como la de los Treinta Tiranos, y que ejerció una represión violenta y encarnizada contra los lideres de la democracia. Sin embargo, el interés político no le abandono nunca, y se vio reflejado en una de sus obras cumbre, la República.
La Influencia Socrática
A los veinte años empezó su trato con Sócrates y hasta el 399, año en que murió, se considero discípulo de este. Platón quedo admirado ante Sócrates, y fue este quien lo hizo dedicarse a la filosofía. A pesar de la indudable originalidad de Platón, no es difícil encontrar en su pensamiento la huella de ideas y problemas ya tratados por Sócrates.
Ante la muerte de este, Sócrates dedico varios años de su vida a viajar.
Los primeros viajes
En el año 399, tras la muerte de Sócrates, Platón abandona Atenas y se instala en Megara, donde residía el filósofo Euclides que había fundado una escuela socrática en dicha ciudad. Posteriormente parece que realizó viajes por Egipto y estuvo en Cirene, (viajes difíciles de contrastar, no habiéndose referido Platón nunca a dichos viajes, por lo que también es probable que luego de una breve estancia en Megara regresara a Atenas ) yendo posteriormente a Italia en donde encontraría a Arquitas de Tarento, quien dirigía una sociedad pitagórica, y con quien trabó amistad.
Invitado a la corte de Dionisio I, en Siracusa, se hizo amigo de Dión, que era cuñado de Dionisio, y con quien decidió poner en marcha ciertas ideas políticas sobre el buen gobierno que requerían la colaboración de Dionisio. Al parecer, las condiciones de la corte no eran las mejores para emprender tales proyectos, ejerciendo Dionisio como tirano de Siracusa; irritado por la franqueza de Platón, según la tradición, le retuvo prisionero o lo hizo vender como esclavo en Egina, entonces enemiga de Atenas, siendo rescatado finalmente por un conciudadano que lo devolvió libre a Atenas.
La Academia
Una vez en Atenas, en el año 388-387, fundó la Academia, nombre que recibió por hallarse cerca del santuario dedicado al héroe Academos.
Consistía en una especie de "Universidad" en la que se estudiaban todo tipo de ciencias, como las matemáticas (de la importancia que concedía Platón a los estudios matemáticos da cuenta la leyenda que rezaba en el frontispicio de la Academia: "que nadie entre aquí que no sepa matemáticas"), la astronomía, o la física, además de los otros saberes filosóficos y, al parecer, con una organización similar a la de las escuelas pitagóricas, lo que pudo comportar un cierto carácter secreto, de algunas de las doctrinas allí enseñadas. La Academia continuará ininterrumpidamente su actividad a lo largo de los siglos, pasando por distintas fases ideológicas, hasta que Justiniano decrete su cierre en el año 529 de nuestra era.
Últimos viajes
En el año 369 emprende un segundo viaje a Siracusa, invitado por Dión, esta vez a la corte de Dionisio II, hijo de Dionisio I, con el objetivo de hacerse cargo de su educación; pero los resultados no fueron mejores que con su padre; tras algunas dificultades (al parecer estaba en situación de semi-prisión) consigue abandonar Siracusa y regresar a Atenas. También Dión tuvo que refugiarse en Atenas habiéndose enemistado con Dionisio I, donde continuará la amistad con Platón. Unos años después, en el 361, y a petición de Dionisio II, vuelve a realizar un tercer viaje a Siracusa, fracasando igual que en las ocasiones anteriores, y regresando a Atenas en el año 360 donde continuó sus actividades en la Academia, siendo ganado progresivamente por la decepción y el pesimismo, lo que se refleja en sus últimas obras, hasta su muerte en el año 348-347.
Alegoría de la Caverna
La Alegoría es un recurso didáctico que utiliza Platón para explicar sus ideas. Está realizada en forma de diálogo, el mismo se da entre Sócrates y Glaucón. Este texto explica la teoría de conocimiento para Platón, los grados de conocimiento y de realidad. Se encuentra enmarcado dentro de uno de sus mas famosos libros ‘’La República’’
Esta da lugar a la libre interpretación: La de Platón (lo que dice directamente en la Alegoría); la de los críticos (gente que se ha dedicado a estudiar a Platón) y la personal (lo que cada uno puede llegar a interpretar).
La Alegoría la podemos dividir en tres partes:
I. La descripción de la caverna y de la situación de los prisioneros.
II. Liberación de uno de los prisioneros de la caverna.
III. Regreso del prisionero a la caverna.
La descripción de la caverna y de la situación de los prisioneros.
Nos pide Platón imaginar que nosotros somos como unos prisioneros que habitan una caverna subterránea. Estos prisioneros desde niños están encadenados e inmóviles de tal modo que sólo pueden mirar y ver el fondo de la caverna. Detrás de ellos y en un plano más elevado hay un fuego que los ilumina; entre el fuego y los prisioneros hay un camino más alto al borde del cual se encuentra una pared
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