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Analisis de Democracia


Enviado por   •  19 de Noviembre de 2015  •  Informe  •  3.750 Palabras (15 Páginas)  •  151 Visitas

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Democracia

La palabra "democracia" proviene de los vocablos griegos Demos, pueblo y Kratos, autoridad o gobierno.

Frente al " poder divino" que decían encarnar y ejercer los monarcas de tiempos pasados, o a la "predestinación" que invocan ciertas doctrinas a favor de las "minorías selectas", la democracia propugna el concepto de la "soberanía popular", es decir, el derecho del pueblo a gobernarse por sí mismo, entendiéndose por "pueblo" todos los ciudadanos de un país; esto con el fin de aglutinar el interés de todos. Pero, como no se puede concebir la unanimidad absoluta en las decisiones adoptadas, lo que priva es la decisión de la mayoría. Al respecto, Thomas Jefferson dice "El primer principio del republicanismo (democracia) es la Lex Majories Partís (ley de la mayoría) que es ley fundamental de toda sociedad de individuos con iguales derechos. En este sentido, considera la voluntad de la colectividad, expresada aunque sea por mayoría de un solo voto y esto es tan sagrado como si fuera unánime. El principio que establece esta ley es la primera de las lecciones que debe aprenderse en un sistema democrático. Sin embargo, es la última que se aprende completamente. Cuando se abandona esta ley no queda otra que la de la fuerza, que concluye, inevitablemente, en el despotismo militar.

El hecho de adoptarse la decisión de la mayoría no significa que se prescinda de la minoría porque ésta ejercita, también, la parte que le corresponde en la soberanía popular, al desempeñar las funciones de crítica y control que incumben a la oposición, quien disfruta, además, del derecho expectativo de convertirse, eventualmente, en mayoría. Casi todos los sistemas electorales confieren a la minoría un margen específico de representación en los parlamentos u otros cuerpos colegiados.

La democracia presupone la igualdad de los hombres y su derecho igualitario tanto a ejercer la-soberanía popular como a alcanzar los fines que, de acuerdo con los conceptos esenciales de la filosofía liberal, tiene el hombre. Esos derechos están claramente enunciados en el lema de "Libertad, Igualdad y Fraternidad" de la Revolución Francesa, como en la siguiente frase de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de Norteamérica... Todos los hombres nacen iguales; que a todos les confiere su Creador ciertos derechos inalienables entre los cuales están la vida, la libertad y la consecución de la felicidad...

El profesor Sabine dice lo que sigue, en relación con la amplitud y el espíritu armónico que deben caracterizar al régimen democrático liberal: "El programa liberal y sus procedimientos, tales como el sufragio, la representación, la organización de partidos y su acceso al gobierno, surgen naturalmente y, al mismo tiempo, dependen de la concepción de una sociedad libre que ha logrado encontrar una relación eficaz entre el bienestar colectivo y una multiplicidad de interese privados, de grupo y de clase." Esto significa que, así como es inadmisible la existencia de privilegios individuales, tampoco se concibe el predominio de intereses de grupos o clases a expensas del bienestar colectivo. Estos conceptos que concretan el sentido de la ideología democrática liberal, tienen sus antecedentes en las más remotas formas del pensamiento político occidental.

Más que un programa de gobierno, la democracia es una filosofía política que se caracteriza por su elasticidad, por su flexibilidad. En efecto, no prescribe determinada forma orgánica de gobierno y se la puede practicar dentro de regímenes político-administrativos tan diferentes entre sí como el republicano presidencialista de los Estados Unidos (donde no hay primer ministro y es atribución del presidente designar a los miembros del gabinete) o el parlamento de Francia (donde el jefe de gobierno es el Primer Ministro que forma el Gabinete o cae con él en virtud de la aprobación o la censura del parlamento) o el" colegiado" del Uruguay (donde el presidente era, por turno, uno de los nueve miembros del Consejo Nacional) o las monarquías británica, sueca, holandesa y noruega, para citar únicamente algunos ejemplos notables.

Tampoco, y esto es igualmente importante, determina formas concretas de organización económica. Es así como sigue en vigencia la democracia en Gran Bretaña, a través de las transiciones ocurridas en aquel país (alternativamente entre los regímenes socialista y conservador) como rige en Suecia que es, a un tiempo, monarquía y Estado socialista.

Existen también las formas de las "democracias populares" que se manifestaron en el antiguo bloque soviético como expresión "de un régimen político y social en que las masas populares de trabajadores tienen acceso, realmente libre y directo, al control del gobierno". Además, en la teoría de las "democracias populares", se exalta el concepto de que "la igualdad en los órdenes jurídicos y político no tiene valor práctico si no está fundada en la igualdad económica".

En medio de tal flexibilidad, hay ciertos requisitos que, cuando se cumplen, dan sello de autenticidad a un régimen democrático y que, junto con factores de orden educativo y moral que se mencionarán después, constituyen los instrumentos políticos y jurídicos imprescindibles para el funcionamiento de una verdadera democracia.

El sufragio o voto popular a través del cual se expresa la voluntad del pueblo. Al emitir su voto, cada ciudadano pone en juego, voluntariamente, la parte que le toca de la soberanía popular. Así designa como sus representantes a aquellos que actuarán por él en el gobierno. No siendo posible, dadas las dimensiones de las naciones modernas, hacer que el pueblo delibere y actúe directamente en asambleas públicas como las de Atenas, se utiliza el sistema "representativo" o de "delegación de poder". Mediante este sistema los gobernantes (legisladores o ejecutivos) ejercen el poder en representación de sus electores, es decir, por mandato del pueblo. Por eso, también el pueblo, al cabo de un término señalado y si no cumplen sus promesas, puede retirarles la representación y elegir a otros ciudadanos que los reemplace. Los requisitos esenciales del voto son la libertad y el secreto para eliminar toda posibilidad de coacción o corrupción.

Un estatuto constitucional y un  cuerpo fundamental de leyes, que establece y limita los derechos y atribuciones del individuo y del Estado, así como las relaciones del uno con el otro.  De esta manera, se regulan los comportamientos de los individuos  al evitar el exceso  de libertad  de los ciudadanos  y el abuso de autoridad de  los gobernantes.

La división de poderes dentro del Estado. Un Estado centralizado tendería naturalmente al autoritarismo despótico. Es clásica (desde Grecia hasta nuestros días) la división de poderes en a) legislativo (el parlamento constituido por los representantes directos del pueblo), que formula las leyes; b) ejecutivo (el Presidente o Primer Ministro y su gabinete, así como las diferentes ramas de administración pública) que hace cumplir las leyes; c) judicial que administra la justicia para castigar la infracción de las leyes. En la Constitución existen normas fijas e inviolables, en virtud de las cuales los tres poderes cumplen sus respectivas funciones y se controlan entre sí. Normas que, además permiten un constante, activo y estrecho contacto entre el gobierno y el pueblo. Ese contacto es lo que el entonces candidato por primera vez a la presidencia de los Estados Unidos, Adlai Stevenson, llamó apropiadamente en 1952: "El diálogo permanente entre gobernantes y gobernados." d) La adopción y vigencia de principios fundamentales (establecidos en la Constitución y en las leyes secundarias) destinados a garantizar la vida, la igualdad y las formas capitales de libertad de los ciudadanos: libertad de pensamiento, de culto, de expresión, de petición, de reunión, de tránsito, etc. El ejercicio de esas libertades está condicionado solamente a los superiores intereses del orden social que son, la seguridad del Estado, la coexistencia pacífica y los derechos individuales. Los derechos de cada uno llegan, sin trabas, hasta el punto en que pudieran ser dañinos para los derechos de los demás y hasta allí llegan. El concepto de que esos derechos existen corno propios de la condición humana y que se deben respetar, constituye la esencia ético- política de la democracia.

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