Análisis Las Batallas en el Desierto

Análisis Las batallas en el desierto

Que desdicha la de este chico. ¡Tonto Jim!, ¿por qué tuviste que aparecer en la vida de Carlitos?

Desde siempre se ha visto (y vivido en carne propia) que cuando un niño se enamora o siente algo por alguna persona adulta, este no va y se lo cuenta, siempre lo mantiene en secreto y no le cuenta a nadie, cuando lees este libro de “Las Batallas en el Desierto” te das cuenta de porque nunca se revela los sentimientos hacia alguien mayor, todos tienden a exagerarlo todo, los chismes crecen y cuando no se sabe algo de la historia se lo inventan para poder completarla.

Carlitos parece un niño normal, a pesar de lo que dicen los resultados del “loquero”, parece que vive en una familia de clase media o media-alta, rodeado de una familia un tanto malinchista y con algunos problemillas en los miembros que la integran, no tan diferente de lo que es una familia normal; Carlitos tenia buenos valores, le disgustaba la crueldad con la gente y respetaba a los árboles, hacia cosas de niños, como treparse a los árboles o mirar películas y holgazanear, todo estaba yendo bien, hasta que se topó con esa mujer y decidió cometer el error de confesar el amor que sentía hacia ella.

Carlitos no es el único que aparece en el libro, y aunque no se menciona mucho de los padres te puedes dar cuenta de cómo eran y que hacían; el padre de Carlitos parece que quiere a sus hijos, a pesar de que tiene otra familia en “secreto”; un día a Carlitos le dio una buena lección cuando se palio con uno de sus compañeros, Carlitos lo llamo indio solo por ser pobre y su papá dijo -nadie tiene la culpa de estar en la miseria, y antes de juzgar mal a alguien debía pensar si tuvo las mismas oportunidades que tu-, de esa conversación puedes ver por qué tiene esos valores.

La madre de Carlitos es una señora un poco creída, decía que su familia era una de las mejores familias de Guadalajara y que un escándalo como el que paso con Carlitos jamás hubiera pasado en su familia, con “hombres honrados y trabajadores. Mujeres devotas, esposas abnegadas, madres ejemplares. Hijos obedientes y respetuosos”; decía que todo era culpa de la avaricia del padre, que él no tenía dinero para sus hijos pero para “otros” asuntos sí; la madre resulta ser fastidiosa la mayor parte del tiempo, quejándose ¡de todo!, - Lugar infame, Sodoma y Gomorra en espera de la lluvia de fuego, infierno donde suceden monstruosidades que nunca se verían en Guadalajara-  era su opinión de la Ciudad de México; esta señora a pesar de saber que su esposo tenía otra familia no decía nada, y solo por el hecho de que es tan orgullosa que no hace escandalo para que no se enteren los demás, que van a pensar de ella si su familia es la “mejor”.

El hermano, Héctor, “El industrial enjuto, calvo, solemne y elegante, tan serio, tan devoto, tan respetable, tan digno en su papel de hombre de empresa al servicio de las transnacionales. Caballero católico, padre de once hijos, gran señor de la extrema derecha mexicana”; muy buena persona a comparación de lo que era en su juventud; él era la razón del despido de muchas sirvientas, aficionado a las lecturas picantes, participante en varias guerrillas de pandillas, consumidor ocasional de drogas. ¿Cómo es que alguien así termino siendo tan bueno al crecer?, creo que no es tan complicado de entender, comenzó a hacer cosas muy alocadas a temprana edad, vivió una juventud llena de excesos, tantos que dejaron de provocarle la misma chispa que en un principio, lo que lo convirtió en un hombre enfocado en sus deberes.

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