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Apología del invividuo. Por Agustín Laje


Enviado por   •  19 de Mayo de 2013  •  Reseña  •  1.264 Palabras (6 Páginas)  •  299 Visitas

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Apología del invividuo. Por Agustín Laje (*)

Haciéndonos eco de las expresiones fúnebres clásicas en controvertidos filósofos como Michel Foucault o Friedrich Nietzsche, el presente ensayo podría ser introducido a partir de la siguiente sentencia no menos lúgubre que la de aquellos: “el individuo está muriendo”.

Va de suyo que no nos estamos refiriendo a una muerte física sino moral; no se trata de una muerte producida por una balacera de plomo, sino por un bombardeo sistemático de incisivas ideas; no se trata de una muerte instantánea, sino gradual (de ahí que digamos que “está muriendo” y no que “ha muerto”); y por último, no se trata de una muerte específica sino universal: nadie escapa a ella.

Pero si el individuo efectivamente está muriendo: ¿Qué lo está matando? ¿Cómo se está produciendo su muerte? ¿Qué puede salvarlo (si es que algo puede hacerlo)? Reflexionar en torno a estas preguntas echará luz sobre una nueva forma de dominación que aquí llamaremos “colectivización de las consciencias”, cuya naturaleza y efectos trataremos más adelante.

Nuestro trabajo puede dividirse, a la postre, en los siguientes desarrollos temáticos: una sintética propuesta acerca del significado que deberíamos atribuirle a la idea de “individualismo”, que destierre mitos y falacias muy difundidas sobre él; una reformulación de la clásica idea colectivista de sociedad en tanto que estructura prioritaria y con primacía frente al individuo; consideraciones insoslayables sobre la relación individuo-sociedad; una aproximación a la “colectivización de la consciencia” como forma de dominación; y finalmente una conclusión que arroje pistas sobre cómo devolverle al individuo su existencia plena.

La libertad, como queda claro, es la cuestión que subyace a todos estos temas. Ella es la protagonista tácita de todo lo que a continuación sigue. En efecto, una apología del individuo y su derecho a existir como tal es necesariamente una apología de la libertad en su sentido más puro.

Verdades y falacias sobre el individualismo

Pocas ideas han sido tan deformadas y vapuleadas como la del individualismo, incluso en el seno mismo de ciertos sectores liberales. Lograr hacer del colectivismo un sistema moral hegemónico requería, precisamente, la anulación de su alternativa lógica a través de un gradual proceso de mutilación de significados. ¿Qué entiende acaso, la mayor parte de la gente, por “individualismo”? Probablemente entienda que se trata más de una actitud que de un cuerpo teórico complejo; y probablemente asocie esta presunta actitud a cuestiones vinculadas a una suerte de egoísmo rapaz y caníbal, insensible a “lo social” y desatendido de los demás.

Esto no es nuevo. El propio Friedrich Hayek se mostró arrepentido de haber usado la palabra “individualismo” para vincularla con los ideales de libertad en los que creía, sobre todo después de haber constatado cómo la gente tendía a malinterpretar su significado profundo.

Pero el individualismo debería ser entendido como algo significativamente distinto a todo lo que generalmente se piensa (¿o se ha hecho pensar?) sobre él. Ante todo, el individualismo correctamente comprendido[1] es una corriente filosófica que encuentra sus pilares fundamentales en el respeto irrestricto por la vida humana en cada ejemplar. Esto es, en verdad, una derivación del previo reconocimiento de que cada hombre es un ser único, inigualable e irrepetible, dueño exclusivo −y por lo tanto también responsable− de su propia existencia terrenal.

Estimo que lo anterior constituye el axioma básico de una verdadera visión individualista.[2] De allí que tal visión otorgue idéntica importancia a cada ser humano en su forma individual y rechace, por consiguiente, doctrinas fundadas en el sacrificio de algunos por el beneficio de otros sostenidas por el criterio de laprimacía grupal. En efecto, el común denominador de estas doctrinas (llámense fascismo, nazismo o marxismo) es su origen anclado en visiones colectivistas que relegan al individuo a un segundo plano y ponen al grupo en el centro

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