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Aura O Las Violetas


Enviado por   •  26 de Agosto de 2014  •  2.604 Palabras (11 Páginas)  •  246 Visitas

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PRÓLOGO

LA ÚLTIMA PRUEBA

JESÚS ES TENTADO EN EL DESIERTO

Jesús está en el desierto bajo un sol impiadoso.

Muchos demonios lo acosan, pero no pueden penetrar su campo de energía, hasta

que llega la Sombra oscura de todas las sombras.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Todo se va oscureciendo, el Sol se oculta, solo imágenes negras habitan el

desierto, la única luz emana de la figura de Jesús.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

La Sombra le dice a la Luz:

Fúndete en Mí.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Jesús está agotado de resistir la dureza del desierto y los ataques de los demonios.

A su alrededor solo se ven sombras, la Sombra lo llena todo.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Al percibir la duda de Jesús la Sombra lo acosa:

Fúndete en Mí.

No hay más que yo.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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La Sombra seduce, se vuelve acogedora, le quita el calor del desierto, lo refresca,

lo invita al sueño, le promete que no habrá injusticias, que la mente no será

torturada por mil demonios, que no habrá muerte, le pide que se duerma en su

regazo.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Jesús comienza a orar.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

La Sombra le promete una vida tranquila, cumplir sus deseos, sus buenos deseos,

le promete que con el poder que le otorgará podrá ayudar a la gente.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Jesús reacciona y ante su Luz la Sombra debe retirarse.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

JESÚS

Mi único deseo era acercar almas al Padre y alejarlas de la oscuridad.

La Sombra solo me pedía lo que le pide y obtiene de todos los hombres,

olvidarme de mí mismo, de mi alma y entregarme al sueño sin sueño de las

tinieblas en un estado permanente de fantasía y ensoñación.

Yo no fui tentado porque no tenía ningún deseo material ni espiritual, pero

sepan que el momento más fuerte de la tentación, el que más deben temer los

discípulos que llegan a esta instancia, es el deseo de realizar la espiritualidad, de

hacer el bien, pero el bien no puede hacerse ni conocerse en la Tierra, no pueden

hacerlo ni conocerlo los hombres, el bien es cosa del Padre.

El único deseo que puede tenerse es el deseo del Padre, y uso la palabra

deseo o anhelo para que ustedes, mis interlocutores, puedan comprenderlo, pero en

realidad se trata de un estado de una sutileza que no puede compararse con ningún

deseo terrenal experimentado por el hombre.

Es por eso que la energía no debe dispersarse en ningún deseo, anhelo o

capricho, sino concentrarse y conectarse con El Padre. La energía así concentrada

y conectada puede atravesar las tinieblas en que están sumidos y dormidos los

hombres caídos en la tentación. Sólo así podrán volver al estado anterior a la caída.

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Jesús muestra con su Luz los reinos del Padre y concluye:

Este mensaje será leído a los hombres, y cada uno lo entenderá según su

capacidad y comprensión.

Muchos despertarán.

Amén.

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I

LA ÚLTIMA ESPERA

Y LA PRESENCIA DE YUKTESWAR

La visión muestra una playa de arena blanca junto al mar azul. Atrás se puede

observar el paisaje de las ruinas griegas. Nikos Kazantzakis está absorto, sentado

en una piedra. Se le acerca el maestro Yukteswar.

YUKTESWAR

¿Cómo te encuentras?

NIKOS

Llevo sentado en esta playa, en esta piedra, mirando este mar cientos de

miles de años.

Estoy aquí desde antes que estas ruinas que están a mis espaldas fuesen

majestuosas construcciones.

He visto su apogeo y su caída.

YUKTESWAR

Tú has comprendido muchas cosas, has compredido que la última tentación

era convertirse en un hombre común y abandonar la espiritualidad, era renunciar a

si mismo, a la propia esencia.

¿Qué estás esperando en esta playa desde hace tantos miles de años,

sintiendo esa flagelante angustia?

NIKOS

Estoy esperando mi última tentación, estoy esperando que el demonio me

ofrezca convertirme en un demonio.

YUKTESWAR

¿Para qué quieres ese ofrecimiento?

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NIKOS

Para resistir la tentación y poder elegir el camino de la santidad.

YUKTESWAR

(Riéndose)

Hijo, esa elección ya la has hecho.

El maestro lo toma del brazo y lo acompaña hasta el mar donde surge la figura de

Jesús que lo envuelve en Luz.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Nikos sale del mar y en la playa lo espera Yukteswar que a modo de recibimiento

le pregunta:

¿Y… ? ¿Qué te pareció?

NIKOS

No tengo registro de haber sentido nunca lo que sentí allí.

YUKTESWAR

Esto te pertenece como también te pertenece el lugar junto al Padre.

Solo debes dejar que el alma llegue a Él, y olvidarte de ser quien crees que

eres para convertirte en quien realmente eres.

NIKOS

Entiendo lo que me dices, ¿pero si no me enfrento a los demonios, cómo

sabré que no quiero ser como ellos?

YUKTESWAR

¿Sabes las veces que te has enfrentado con los demonios? Observa bien lo

que te voy a mostrar y trata de recordar.

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El maestro le proyecta en la pantalla astral escenas de su vida, aquellas en que

cayó en pactos y fue tomado por las posesiones. Un escalofrío recorre su columna

vertebral y es presa de una gran agitación.

NIKOS

Basta, ya no quiero ver más.

YUKTESWAR

No lo rechaces con la mente, sino busca comprender que siendo un alma del

Padre estuviste tentado y caíste en la tentación.

Por eso debes olvidarte de quien fuiste, debes olvidar que caíste en cada una

de esas tentaciones.

Desentierra la intuición y reconoce tu verdadera esencia.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Nikos en la orilla del mar está sumergido en una gran tormenta de viento. Su

visión está cegada y solo escucha una voz que le dice:

...

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