Bio Política En Foucault Y Hanna Arent
Enviado por HOMBREVIOLETA • 24 de Septiembre de 2013 • 3.778 Palabras (16 Páginas) • 476 Visitas
APROCIMACIÓN AL CONCEPTO DE BIOPOLÍTICA EN FOUCAULT
Michel Foucault precisa que el poder político sufrió una mutación, y desde la formación soberana en la cual el monarca disponía en la edad clásica de la suprema potestad para decidir si se hacía morir o se dejaba vivir a quien se consideraba un peligro para sus dominios (Foucault 2008:128), se pasa a un paradigma de orden público en el cual los gobernantes administran, ordenan y multiplican la vida de sus gobernados, “haciendo vivir” o arrojando a la muerte a quienes son considerados. Un peligro biológico para la especie (Foucault 2008:130)
Dentro de este esquema surgen dos formas específicas de ejercicio de este poder denominado “biopoder” que, lejos de ser incompatibles, constituyen “…dos polos de desarrollo enlazados por todo un haz intermedio de relaciones” (Foucault 2008:131). Es decir que de manera combinada, permiten abarcar un amplio espectro de situaciones de interacción sociopolítica, ya sea a nivel individual, grupal o macro-societal. En un primer momento, a partir del siglo XVII, y XVIII surgen técnicas de poder que se concentraban fundamentalmente en el cuerpo individual la “anatomopolítica del cuerpo humano”, que aspira a regular la corporalidad “una sociedad disciplinaría” en la cual la dominación social se construye a través de una red difusa de dispositivos y aparatos que producen y regulan las costumbres, los hábitos y las practicas productivas. A lo largo de la historia la intersección entre lo biológico y lo político se dio, hasta hace pocos siglos atrás, de manera desigual: pestes y enfermedades, así como adversas condiciones climáticas, provocaban graves crisis sociales y a la vez gubernamentales.
“(…) A mi juicio, un nuevo arte de gobernar que comenzó a formularse, a pensarse, a bosquejarse más o menos a mediados del siglo XVIII. Creo que ese nuevo arte de gobernar se caracteriza en esencia por la introducción de mecanismos a la vez interno, numerosos, complejos, pero cuya función –en este aspecto, si se quiere, se marca la diferencia con respecto a la razón de Estado- no consiste tanto en asegurar un aumento de la fuerza, la riqueza y el poder del Estado, crecimiento indefinido del Estado, como en limitar desde adentro el ejercicio del poder de gobernar”. (Foucault 1979:43) Hacia la segunda mitad del siglo XVII aparece la biopolítica. Esta es una tecnología de poder no disciplinaria, aunque no la excluye. En la medida en que se coloca en otra escala, puede integrarla, tiene otra área de acción y recurre a instrumentos diferentes. De manera tal que, más allá de los espacios de encierro, se establece en los espacios abiertos. A diferencia de la disciplina, que se dirige al cuerpo, esta nueva técnica de poder no disciplinario se aplica a la vida de los hombres, se destina a la especie. La biopolítica dice relación con previsiones, estimaciones estadísticas, medidas globales, para intervenir al interior de la población, constituyéndose en mecanismos de seguridad en torno de todo lo que haya de imprevisible en las poblaciones.
Serán controles regulatorios poblacionales tales como “…la demografía, la estimación de la relación entre recursos y habitantes, los cuadros de las riquezas y su circulación, de las vidas y su probable duración…” (Foucault 2008:132) los que permitirán, en tanto técnicas de poder, el acelerado desarrollo del capitalismo de la época de la Revolución Industrial así como el despliegue de una gran segregación y jerarquización social (Foucault 2008:133). Entonces, en base a un fenómeno primariamente biológico como la misma vida, se instituirán una miríada de regulaciones que tienen fines simultáneamente políticos, económicos y sociales. Como puede entenderse claramente la interrelación entre estos cuatro ámbitos (lo biológico, lo político, lo económico y lo social) es absoluta, y lo que puede ser utilizado en uno de ellos sirve también como instrumento de control en otro debido a que comparten un común “objeto” de aplicación: las poblaciones.
El término clave aquí es “población”. En efecto, situada en la “…encrucijada de los movimientos propios de la vida y de los efectos particulares de las instituciones” (Foucault 2008:28) expresa de forma única la interacción entre todas las esferas mencionadas ut supra y posibilita en consecuencia la formación simultánea de un área de estudio y otra de aplicación de políticas públicas hasta ese momento inexistentes y que actuarán en forma estrechamente relacionada: la demografía (ciencia de la población) y la economía política respectivamente (Foucault 2008:29,132). Las tendencias natalistas o antinatalistas de una nación ilustran, por ejemplo, como entre el Estado y los ciudadanos se cruzan vectores que buscan hacer del sexo de las parejas una “…conducta económica y política concertada” (Foucault 2008:29).
A mediados del siglo XVIII se hizo evidente que el mercado ya no era un lugar de jurisdicción o, más bien, ya no debía serlo. Y se dejó ver entonces, por una parte, como algo que obedecía y debía obedecer a mecanismos “naturales”, es decir, mecanismos espontáneos; aun cuando no fuera posible aprehenderlos en su complejidad, pero no obstante espontáneos, y a tal extremo que, si se procuraba modificarlos, sólo se lograba alterarlos y desnaturalizarlos. (Foucault 1979:48). Foucault sostiene que el centro de la nueva razón gubernamental, que se establece a mediados del siglo XVIII, va a girar en torno de cómo no gobernar demasiado. Nuevo arte de gobernar que no consiste tanto en asegurar un aumento de la fuerza, la riqueza y el crecimiento indefinido del Estado, sino que en limitar desde adentro el ejercicio de gobernar. Pero, ¿qué fue lo que hizo surgir esta delimitación del exceso de gobierno? Pues bien, el cálculo que permite al Estado autolimitarse será el “mercado”. (…) pero lo que se descubre en ese momento, tanto en la práctica gubernamental como en la reflexión dedicada a ella, es que los precios, en cuanto se ajustan a los mecanismos naturales del mercado, van a constituir un patrón de verdad que permitirá discernir en las prácticas gubernamentales las que son correctas y las que son erróneas. En otras palabras, el mecanismo natural del mercado y la formación de un precio natural van a permitir –cuando a partir de ellos, se observa lo que hace el gobierno, las medidas que toma, las reglas que impone- falsear y verificar la práctica gubernamental. (Foucault 1979:49). Será precisamente donde el principio Liberal del laissez-faire el “dejar hacer” surge como máxima esencial que todo gobierno debe respetar. Con todo, el análisis de la biopolítica, entonces, sólo puede realizarse cuando se ha comprendido el régimen gubernamental denominado liberalismo.
Es en este punto que Nacimiento
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