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Bioeconomia Y Geoconomia


Enviado por   •  1 de Mayo de 2013  •  2.193 Palabras (9 Páginas)  •  394 Visitas

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Bioeconomía

Definición

La bioeconomía o Economía Biológica (a su vez del griego bio—vida, economía de "casa" con el sentido de “patrimonio”, y nemo "administrar”.

Se refiere a los sistemas de producción que privilegian procesos biofísicos o bioquímicos, ciencias de la vida y tecnologías genéricas relacionadas. El impacto del sector ya es visible en la agricultura, la pesca, las biorefinerías, la bioenergía, la biotecnología industrial y las nuevas formas de uso de la tierra y el mar.

Antecedentes

La bioeconomía es el nuevo paradigma de la ciencia económica. Ha surgido como consecuencia de la alerta ecológica de los años setenta, que descubrió al proceso económico como una extensión de la evolución biológica. La termodinámica y la biología son sus fundamentos. Su finalidad : integrar las actividades económicas en los sistemas naturales porque las leyes de la macroeconomía no se reducen a las de la microeconomía, el interés general es mucho más que la suma de las partes, los mecanismos naturales no tienen nada que ver con las leyes del mercado y porque existen bienes comunes, como el aire y el agua, cuyos problemas trascienden la lógica de las naciones y de los mercados. De esta forma, la economía se sitúa más allá de sí misma y alumbra un nuevo modelo de desarrollo, llamado bioeconómico, que concilia los intereses públicos, privados y solidarios con el interés general. Por “René Passet”.

La bioeconomía no debe ser entendida como una aproximación económica a lo viviente, sino como una aproximación « viviente » a la economía. La economía es una actividad de transformación calculada del mundo que tiene como finalidad satisfacer, de la mejor forma y con el mínimo de medios audazmente combinados, las necesidades humanas. La economía interviene en tres niveles : transformación y cálculo (lo económico estrictamente hablando), el nivel humano, que es para el que se efectúa la transformación, y el nivel natural, que es el que se transforma y el que engloba materialmente a los anteriores.

Estos tres niveles son interdependientes y la reproducción del económico implica al de las sociedades humanas y al de la naturaleza. Sin embargo, la evolución del pensamiento dominante, desde el siglo XVIII, se efectúa a rebufo de esta interdependencia : de la reproducción subordinada al Orden Natural (Physiocrates, siglo XVIII), se pliega sucesivamente a la lógica del capital (Ricardo XIX°s.), después al equilibrio de mercado planteado como finalidad (Walras, finales del S.XIX), antes de reducir los tres niveles a la única lógica de la economía (Economía generalizada Becker, 1977), es decir, de su subsistema financiero (neoliberales contemporáneos).

Son los heterodoxos los que plantean la apertura de este esquema. Apertura en primer lugar a lo humano, cuando en el siglo XIX aparecen las desastrosas consecuencias sociales del sistema liberal. Los socialistas humanistas (Sismondi, Proudhon, más tarde Jaurès...), señalan que la economía se inscribe en el nivel humano y que la fuerza de trabajo no debe ser considerada independientemente de la persona. En la segunda mitad del siglo XIX, Marx y Engels analizan las contradicciones que conducen a un sistema que sacrifica a los hombres y se autodestruye para engendrar otra sociedad diferente.

La economía, más allá de sí misma

La economía, por fin, se sitúa más allá de sí misma. Del movimiento de « destrucción creativa » que mueve al universo, han surgido sucesivamente la vida, el pensamiento y, con la cultura humana, la necesidad de comprensión y de sentido. Sólo lo que trasciende puede dar sentido. Los valores forman en cierta forma un cuarto nivel que engloba a los otros tres. A través de estos niveles, el presente contiene su propio desarrollo.

La misma destrucción creadora lleva el movimiento económico (Schumpeter,1951). La ley de la vida no es pues el equilibrio, sino la evolución. Ésta se desarrolla mediante saltos cualitativos que provocan algo muy diferente a un encadenamiento mecánico de causas y efectos : la ciencia de los « fenómenos caóticos » muestra cómo, en determinados « puntos críticos », una influencia mínima e imprevisible puede hacer bascular a la evolución hacia uno de los mútiples futuros posibles que se le proponen.

Así, Schumpeter rompe la eterna repetición del « circuito » para la innovación que se diluye a poco que encuentre un medio favorable para su propagación (…) El hombre de la bioeconomía no es un objeto pasivo de la historia, sino un sujeto activo susceptible de influenciar su proceso.

Economía e irreversibilidad

Desde el punto crítico y de la pluralidad de futuros posibles resulta la « irreversibilidad » del tiempo: el retorno de la arena en el reloj sólo es posible en los sistemas mecanicistas en los que cada instante procede del pasado y determina un único futuro posible.

Los adeptos del « decrecimiento » se inscriben a contracorriente de este decrecimiento y de esta irreversibilidad. Su mensaje no es claro : por un lado, quieren decir « economía de medios », particularmente energéticos y materiales, eliminación de despilfarros acompañado de decrecimientos selectivos de algunas producciones, pero por otro lo único que hacen es apropiarse, cambiando el sentido de sus palabras, de una revisión del crecimiento por el crecimiento que no esperaban.

Por un lado, estos adeptos contemplan un verdadero decrecimiento de los productos finales, pero olvidan a las naciones menos desarrolladas, cuyo desarrollo pasa todavía por el camino material. Mientras, los más moderados nos proponen un decrecimiento sostenible del 2% anual durante 40 años, ignorando que eso representa un descenso total del 55% de los consumos finales en ese período.

Otro modelo bioeconómico

Es, de hecho, la superación que se inscribe en la lógica de la vida, a la vez por la intensificación de la investigación y por la puesta en marcha de otro modelo de desarrollo : ese modelo bioeconómico que armoniza lógicas diversas, sólo podría ser plural : conciliaría la existencia de los sectores público, privado y la economía solidaria, con la supremacía del interés general.

En el momento en que una mutación, que desplaza a las fuerzas motrices de la economía hacia la información y lo inmaterial (Jacques Robin, 1989), transforma los mecanismos reguladores y las fuerzas motrices de la evolución, el repliegue sobre los medios es sin duda lo más seguro para los que se conformen con ello. Pero pasará al lado de la historia. El pensamiento debe proceder también por mutación : la bioeconomía no es una rama

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