Biografias
Enviado por Yolo123 • 25 de Agosto de 2013 • 414 Palabras (2 Páginas) • 182 Visitas
John locke
no cree en la existencia del innatismo y el determinismo, considerando el conocimiento de origen sensorial,
por lo que rechaza la idea absoluta en favor de la probabilística matemática.
Emmanuel Kant
no niega la existencia de Dios, ni un orden moral, ni la realidad pensable de un mundo físico.
Lo que niega —salvo en lo moral— es que la razón humana pueda trascender y llegar a esos entes en sí mismos:
sean el «mundo», «Dios» o el «alma». Además Kant constituyó la idea de que el mundo, el Sol y todos los
planetas son complementarios unos con otros.
Denis Diderot
Adam Smith
empieza por la exploración de todas las conductas humanas, en las cuales el egoísmo no parece desempeñar
un papel determinante, como aseguraba Hobbes. Sin embargo sí confiere razón a los postulados de Thomas Hobbes
en que la primera tendencia del ser humano es la del amor hacia sí mismo. De ahí que se vea obligado a controlar
y dominar su egoísmo, elemento fundamental para que la vida en comunidad no se convierta en una guerra de todos
contra todos.
Montesquieu
Su pensamiento debe ser enmarcado dentro del espíritu crítico de la Ilustración francesa, patente en
rasgos como la tolerancia religiosa, la aspiración de libertad y su concepto de la felicidad en el sentido cívico,
si bien se desmarcará de otros autores de la época por su búsqueda de un conocimiento más concreto y empírico
en oposición a la abstracción y método deductivo dominantes.
Voltaire
la labor del hombre es tomar en su mano su propio destino, mejorar su condición, garantizar, embellecer su vida
con la ciencia, la industria, las artes y por una buena política de las sociedades. Así la vida no sería posible
sin una convención donde cada uno encuentra su parte. A pesar de que se expresan por leyes particulares en cada país,
la justicia, que asegura esta convención, es universal.
Rousseau
la naturaleza es buena, la sociedad es mala, esto a su vez, trae una serie de oposiciones: pertenece a la naturaleza
todo aquello que no es artificial, sino auténtico: el sentimiento, la espontaneidad, la sinceridad, la vida rural,
los pueblos primitivos, los salvajes, y el niño, que no está corrompido por la sociedad, por otro lado, le pertenecen a
la sociedad, las convenciones, la moda, la hipocresía, la elegancia, la amabilidad, las instituciones y todo aquello
con lo que un individuo intenta controlar sus propios impulsos por consideración hacía los demás. Afirmando que mediante
esto, el individuo renuncia a sus derechos a favor de la comun
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