CRITERIOS PARA EL JUICIO MORAL DE LAS ACCIONES
Enviado por Brenda Fauro • 25 de Enero de 2018 • Síntesis • 393 Palabras (2 Páginas) • 164 Visitas
CRITERIOS PARA EL JUICIO MORAL DE LAS ACCIONES
Las acciones humanas poseen a la vez aspectos positivos y negativos, lo que genera problemas a la hora de hacer un juicio moral.
Para resolver las dificultades con las que suele encontrarse el juicio moral debemos comenzar por las situaciones más sencillas para ir pasando a las más complejas.
Las acciones voluntarias son intencionales, implican relaciones de amor u odio hacia un objeto y esa relación está guiada por la razón. Por eso, el valor moral de los actos humanos depende de la conformidad del objeto (bienestar, felicidad). Este principio es aplicado a todos los actos de la voluntad, tanto los que no están permitidos como los que dicta la ley.
Las dificultades comienzan cuando teniendo que juzgar una conducta compleja, nos encontramos con que sus componentes tienen un significado moral opuesto. Para resolver este tipo de problemas se habla de objeto, fin y circunstancias. En el objeto de la acción se distingue la intención y la elección, el fin se refiere a lo querido, a la voluntad y las circunstancias tienen que ver con todo lo relacionado a la acción (por ej.: carácter de la persona, gravedad de la acción, lugar de la acción, medio empleado, etc.)
Entonces, cabe preguntarnos ¿qué sucede cuando la intención y la elección tienen un significado opuesto? En este caso caben dos consideraciones: se puede atender al origen de la acción o a la acción concluida. Igualmente el resultado es el mismo, porque para que toda acción compleja sea considerada buena todos sus componentes han de ser buenos, de lo contrario no estamos hablando de una buena acción. En resumen podemos decir que la intención es lo que manifiesta más directamente los propósitos que inspiran nuestra conducta.
Las pasiones junto con el juicio guían el accionar de las personas. Desde la filosofía el tema sobre las pasiones siempre fue del ámbito de la discusión. Hay quienes la creen incompatibles con la virtud y quienes creen que se necesita de ellas para ser virtuoso.
Las pasiones humanas son buenas o malas según que su objeto y su modo de actuarse sea conforme o no a la recta razón. No nos podemos desprender de las pasiones porque estas forman parte de nuestra naturaleza sensible. Entonces es tarea de la educación moral no extinguir las pasiones, sino moderarlas dirigiéndolas hacia el bien para que actúen de la forma debida.
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