Cangriano
Enviado por Kabukigirl • 11 de Julio de 2013 • 11.499 Palabras (46 Páginas) • 249 Visitas
SEGUNDA PARTE: LA METAPOLITICA JAURETCHEANA
Capítulo 2
LA EPISTEMOLOGIA JAURETCHEANA
A pesar de la extraordinaria riqueza de su contenido y de la originalidad y el atractivo de su forma, la obra de Arturo Jauretche hoy es repudiada en los medios académicos. Emilio de Ipola, renombrado profesor de la Universidad de Buenos Aires e investigador del Conicet, confiesa sin pudor que "no he leído, por ejemplo, a los autores del nacionalismo y sólo muy poco a los de FORJA, quizá con la sospecha de que iba a ser escaso lo que de esa tradición podría extraer. A un autor de esa línea que sí conozco y no soporto es a Jauretche" (1). Dejemos por ahora de lado la confusión que manifiesta De Ipola entre "los autores del nacionalismo" y el pensamiento de Jauretche y FORJA, circunstancia que podría explicarse por una ignorancia más que sorprendente tratándose de un individuo que presume de científico social. Lo cierto es que De Ipola no es una excepción y que resulta frecuente que los profesores e intelectuales académicos califiquen desdeñosamente a Jauretche diciendo que se trata de un olvidable "político peronista".
En realidad, sería un reduccionismo calificar a Jauretche como político. Max Weber, el padre de la sociología académica, señaló que "quien hace política aspira al poder"(2). Basta recordar que Jauretche resolvió disolver la agrupación que presidía −FORJA− en el instante mismo en que las condiciones aparecían como más propicias para su acción, para advertir el equívoco que encierra el calificativo. Por otra parte, aunque Jauretche enarboló anticipadamente las banderas que más tarde el peronismo haría suyas, y a pesar de que durante veinte años defendió en libros y folletos al justicialismo en tanto encarnación del frente nacional, sus relaciones con el propio Perón nunca fueron buenas y recién se afilió al Partido Justicialista en 1972.
Pero si Jauretche no puede ser calificado como político ni en el sentido vulgar del término ni en el sentido que le da la sociología académica, tampoco sería del todo correcto catalogarlo como historiador, economista o científico social. Nunca dispuso de una cátedra en la universidad y jamás perteneció a comunidad científica alguna. Más aún, no sólo no escribió desde ninguno de los aparatos ideológicos instituidos, sino que apuntó directamente contra ellos y contra sus administradores.
La obra de Jauretche no puede ser encasillada en los marcos de una disciplina particular. Aunque incursionó en la sociología, la politología, la economía, la psicología social, la crítica de la cultura y la historiografía, no se especializó en ninguna de ellas. Si hubiese que encuadrar a Jauretche en un área del conocimiento, podría decirse que su labor fue metapolítica. En el final de su vida, el propio Jauretche ensayó una definición de su labor: "No soy un político en el sentido aceptado del término (...). Mi tarea, aprendida junto a mi maestro Raúl Scalabrini Ortiz, es la de trabajar en la formación de estados de conciencia y confieso que sólo he utilizado la política como trampolín para esa empresa" (3). A esto se refiere René Orsi cuando dice que "Jauretche fue un político esencial" cuyas cualidades como poeta, tribuno, predicador, conferenciante, pensador, publicista, hombre de letras y soldado combatiente, fueron "herramientas utilizadas en el servicio nacional que prestó hasta que lo sorprendió la muerte" (4).
Ciencia y Metaciencia
Generalmente se llama metaciencia al estudio que toma a la ciencia como objeto y se pregunta desde un nivel superior sobre sus principios, fundamentos, estructuras, condiciones de validez, etc. (5). Si el objeto de estudio de las ciencias sociales es la realidad empírica en sus diferentes dimensiones, el objeto de las disciplinas metacientíficas está constituido por las ciencias mismas.
Definir como metapolítica la labor jauretcheana significa decir que el objeto de ella es la política en sus diversas manifestaciones. Pero en este punto se impone una aclaración. Para las corrientes positivistas, la realidad − la realidad política en este caso − se reduce a hechos atómicos, identificables y observables que se inmovilizan en el presente. Una concepción dialéctica, en cambio, concibe a la realidad como una totalidad inscripta en un devenir donde presente, pasado y futuro se articulan. Tal era la concepción de Jauretche: "para una política realista, la realidad está constituida de ayer y de mañana; de fines y de medios, de antecedentes y de consecuentes, de causas y de concausas"(6).
Es esta realidad multidimensional la que Jauretche entiende como realidad política. Una realidad que abarca no sólo los episodios singulares registrados por el cronista−historiador o por el taxoinomista−científico, sino que se extiende hacia los sistemas conceptuales pergeñados para percibirlos y conferirles significado, poniéndolos simultáneamente en entredicho. La realidad política abordada por la metapolítica jauretcheana abarca, entonces, todos aquellos discursos sociales, económicos, históricos e ideológicos que la constituyen al mismo tiempo que pretenden explicarla. Si se considera que esos discursos operan como conocimiento científico de la realidad social, Jauretche elabora un discurso metacientífico sobre ellos. Si esos discursos, en tanto conllevan una carga ideológica, pueden ser calificados de liberales, marxistas, nacionalistas, etc., el discurso jauretcheano quiere escapar del etiquetamiento situándose en un plano diferente. De allí que haya puntualizado, para escándalo de los
De Ipola y cía., que "lo que FORJA aportará a la formación de las ideas argentinas no es, como he señalado ya, una ideología o una doctrina. Es esencialmente un modo, una manera, un método para encarar nuestros problemas"(7). Por la vía de la reflexión metapolítica, Jauretche buscaba eludir el etiquetamiento ideológico que acompaña a la ciencia social. No lo hacía para empantanarse en la pretendida asepsia ideológica del cientificismo positivista, puesto que Jauretche tenía en claro que su tarea no era la del científico social: "documentar la falsificación de la historia (...) es la tarea que han cumplido los historiadores revisionistas. Lo mío es señalar las finalidades que persiguió esta falsificación..." (8).
Metaciencia y Paradigma
Thomas Kuhn, un físico y filósofo de la ciencia norteamericano que a partir de los años setenta acaparó la atención de los estudiosos, explicó que la "ciencia normal", es decir la actividad habitual de los científicos a lo largo de la historia, se desenvuelve bajo la guía de un "paradigma".
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