Coeforas De Esquilo
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LAS COEFORAS
Esquilo
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Las Coéforas Esquilo
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PERSONAJES
Orestes
Pilades
Coro de esclavas
Electra
La nodriza de Orestes
Clitemnestra
Egisto
Un esclavo
El fondo de la escena representa el palacio de los Atridas, con tres puertas. Una de las
laterales conduce al gineceo. En el proscenio se levanta la tumba de Agamenón. Por la
izquierda entran Orestes y Pílades.
ORESTES. Hermes infernal, que defiendes los poderes paternos, sé para mí, te lo pido,
un salvador y un aliado. Pues llego a esta tierra y regreso...
Sobre lo alto de esta tumba invoco a mi padre: óyeme, escúchame...
He ofrecido un rizo de mis cabellos a Ínaco que me alimentó; y otro en señal de duelo...
Pues no lloré, padre, tu muerte estando presente, ni extendí la mano cuando sacaban
tu cadáver...
¿Qué cosa veo? ¿Qué cortejo de mujeres con negros velos es ese que avanza? ¿A
qué desgracia asignarlo? ¿Acaso un nuevo sufrimiento se cierne sobre el palacio? ¿O
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acierto suponiendo que llevan a mi padre las libaciones que apaciguan a los muertos?
No puede ser otra cosa, porque con ellas va, creo, Electra, mi hermana, que se
distingue por su llanto amargo. ;Oh Zeus! Concédeme vengar la muerte de mi padre y
sé de grado mi aliado. Pílades, alejémonos para que vea claramente qué es esa
procesión de mujeres.
CORO. Enviada de palacio he venido, trayendo libaciones, con agudos golpes de
manos. Sangrientas incisiones muestra mi mejilla por el surco reciente que ha abierto la
uña, pues mi corazón se alimenta continuamente de gemidos. Los crujientes jirones de
mis vestidos de lino han resonado, por causa de mis dolores, en el velo que cubre mi
pecho, y estoy abatida por tristes desgracias.
Clamoroso y espeluznante llega el Terror, como vidente de los sueños, en el corazón
de la noche, respirando venganza y sacudiendo el sueño; desde el fondo de la casa he
hecho resonar estridente un grito de espanto, cayendo pesadamente sobre las
habitaciones de las mujeres. Los intérpretes de sueños, que tienen a los dioses por
garantes, han proclamado que, bajo tierra, los muertos se quejan airadamente
...