Columna de opinión La fachada moralista de un falso improfesionalismo

Asignatura: Legislación de medios

Tema: Columna de opinión

La fachada moralista de un falso improfesionalismo

La realidad Colombiana, y no solo nuestra sino de todo el mundo sigue en el constante rechazo femenino para los cargos importantes, o decisiones que envuelvan cambios drásticos para la sociedad, así se ve envuelta en el día a día la Jueza Vivian Polanía Franco, la cual ha sido expuesta debido a su versatilidad en cuanto a su estilo de vida, recibiendo así con esto constantes críticas y miradas de disgusto por parte del personal que la rodea sin entender que la vida personal y el trabajo no deben relacionarse a la hora de juzgar a otra persona.

Es evidente que su vestimenta y personalidad se encuentran fuera de lo que la sociedad actual considera “normal” sin entender el significado de lo que este expresa, pero es así como vive su vida, dando cumplimiento a los derechos fundamentales que hacen parte de ella (y de todos) porque ella ‘es así’. ¿Debe Vivian abstenerse de cumplir sus gustos personales, y de vida privada para no ser señalada por el dedo de la sociedad recubierto en ignorancia?

 Y a esta pregunta la respuesta más coherente para aquellos que hacen parte del dedo que juzga sería el ‘sí’, para mí sería ‘no’. Es justificable establecer que su espacio de trabajo debe ser respetado en coherencia con las normas que se encuentran establecidas en el sitio, por lo tanto, si Vivian sigue estas normas, ya está cumpliendo con el protocolo que se le requiere para ser digna del cargo en el que se encuentra, además de contar con la capacidad mental de tener claro el lugar y el rol administrativo que cumple, y así mismo de saber y decidir cómo quiere desempeñar su derecho de libertad de expresión y libre desarrollo de la personalidad, esto siempre y cuando no afecte a quienes la acompañan en el plantel laboral y a quienes reciben el duro castigo por parte de Vivian.

De esta forma es claro acatar que las circulares y quejas que se presenten en su contra no tienen el peso suficiente para hacerla caer de su posición, ya que tal como mencioné anteriormente, son derechos que hacen parte de ella y que se encuentran establecidos en la constitución, que a su vez son velados por la Corte Constitucional, y ninguna queja o circular puede superar estos entes. Entonces es nuevamente donde nos encontramos en el mismo hueco de ignorancia que parece no cerrarse nunca aunque el tiempo pase y las sociedades parezcan cambiar, ¿Es realmente falta de profesionalismo, o la imposibilidad de aceptar que una mujer tiene la misma capacidad mental y física de tener un cargo público hoy en día?

Desde una perspectiva subjetiva puedo acordar que la verdadera respuesta es la segunda opción. Vivian ha dado pruebas reales de su capacidad como jueza, y de su versatilidad a la hora de llevar la toga que la categoriza como alguien perteneciente al poder judicial sin necesidad de verse involucrada en situaciones de índole personal que puedan hacer tambalear su credibilidad laboral. Así que esto solo nos deja con pocas respuestas al por qué una mujer con todos los derechos y capacidades sigue siendo minimizada, más allá de la envidia, se encuentra también el machismo, las creencias religiosas y aquellos “moralistas” que esconden en jornadas de buenas obras la hipocresía de sus dobles vidas.

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