Concepción De Hombre Homero Y Hesiodo En Comparacion Con El Hombre Actual

Sola Otero Vania Lucrecia

Facultad de Filosofía

Universidad Autónoma de Querétaro

Concepción del hombre visto desde Homero y Hesíodo en comparación con el hombre actual

En el presente trabajo veremos la concepción del hombre visto desde Homero y Hesiodo, para poder comprender la visión del hombre de estos poetas será necesario analizar dos obras de Hesiodo estas son: la teogonía y los trabajos y los días y la obra titulada la Ilíada de Homero, tratando así de hacer una comparación con el hombre actual (recordando las limitantes que se tienen) desde mi punto de vista.

También mencionaremos brevemente cuál es el papel de la mujer en estos dos relatos, y cuál es la concepción de mujer en nuestros días.

Para lograr conocer la concepción del hombre de Hesíodo será necesario revisar dos obras, estas son: “lo trabajos y los días” y “la teogonía”. Ambas se complementan, en la primera nos habla del hombre integrado en el mundo y en la segunda se trata de la visión del mundo divinizado.

La teogonía es un poema en honor a Zeus, el padre de los dioses. En ella trata de dar una explicación “racional” del origen del mundo y el hombre.

En la visión hesiódica, el mundo, es un mundo divinizado, pero no descarta conceptos morales como el de la justicia, la prudencia o la moderación. Los Dioses inmortales detallados tienen gran influencia y poder en el mundo humano. Hesíodo relaciona la justicia de los dioses con la del hombre. Si los hombres se mantienen firmes y justos, la naturaleza será pródiga con ellos. El hombre es gobernado con un principio de responsabilidad e intención, también debe descubrir el camino correcto y mantenerse ahí.

Pasemos ahora a los trabajos y los días. En esta obra Hesíodo integra al hombre al mundo a través del mito del nacimiento de la primera mujer, Pandora, también llamada como "la calamidad". Comienza con Perses, hermano de Hesíodo cuando pretende entablar un juicio contra él para quitarle su herencia, y el poeta decide disuadirle advirtiéndole de la necesidad de trabajar como único medio legítimo para eludir la pobreza y el hambre.

Muestra las labores que debe efectuar el agricultor durante el año. A ella sigue un calendario relativo a la navegación y algunos consejos de administración familiar y conducta social y religiosa. El poeta canta las excelencias del trabajo como único medio de superación de las dificultades de la vida. Nos señala cómo ha de ser la actitud del hombre frente al hombre y frente a los dioses, dándole así un origen, un orden y una seguridad. En cierta manera Los trabajos y los días representa un "código natural de leyes" para los hombres. Nos presenta el trabajo como una necesidad. Dice que los hombres deben ser justos y de esta manera prosperaran las ciudades y Zeus los colmara de riquezas.

“Ha permitido a los peces, a los animales feroces y a las aves de rapiña devorarse entre sí, porque carecen de justicia; pero ha dado a los hombres la justicia, que es la mejor de las cosas. Si en el ágora quiere hablar con equidad alguno, Zeus, que mira a lo lejos, le colma de riquezas; pero si miente perjurando, es castigado irremediablemente: su posteridad se oscurece y acaba por extinguirse, en tanto que la posteridad del hombre justo se ilustra en el porvenir, cada vez más.”

Habla de la existencia de dos Érides (Discordia), la envidia que hace trabajar al hombre, y la inquina amarga.

“Si un hombre ocioso mira a un rico, se apresura a labrar, a plantar, a gobernar bien su casa. El vecino excita la emulación del vecino, que se apresura a enriquecerse, y esta envidia es buena para los hombres.”

Expresa la idea de que la maldad es fácil y muy dura la virtud y que el trabajo no es deshonroso, sino todo lo contrario: la inactividad es comparada a la actitud de los zánganos. La areté (valía o virtud) es así un bien que puede conseguirse, no una cualidad especial de la clase aristocrática (al contrario de lo que vemos en los textos homéricos).

Ahora bien, pasaremos a analizar la concepción de hombre de Homero, quien, en su obra titulada “La Ilíada”, nos muestra, a diferencia de Hesiodo, a un hombre guerrero, luchador, que tiene que conquistar y ganar.

Aquiles era un guerrero que era admirado por su gran destreza en el combate, su móvil era más que nada la egolatría, mientras que otros peleaban por honor y por conquistar nuevas tierras; en otras palabras, buscaban poder para obtener un mejor estatus.

Esta idea de conquistar más tierras para ganar más, fue retomado por las actuales transnacionales, pero ahora ya no mediante la guerra se tomarán nuevos terrenos, sino con mercancía, con el mercado globalizado, por medio de modelos de consumismo, de “tener más para valer más”. Además una forma actual de matar a la gente de un país, nación, etc., ya no es por medio de armas, sino por medio de enfermedades “incurables”, esas enfermedades que de la nada llegan a un lugar de manera rápida y se infestan por todos lados, sin una razón congruente.

Si seguimos analizando nos encontramos también con Helena, la mujer hermosa, ella juega un papel importante en la historia, ya que en ella se teje el prototipo de cómo debe ser una mujer.

Visto de este modo, siempre, en todos los tiempos, existen modelos “a seguir”, que la sociedad en general debe de seguir

Ahora bien, la mujer, tanto en los relatos de Homero y de

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