Consideraciones epistemologicas de la administracion

Consideraciones Epistemológicas de la Carrera Profesional de Administración de Empresas

Entendiendo a la epistemología como la reflexión sobre los fundamentos y métodos del conocimiento, por lo que la epistemología invita a reflexionar sobre los aspectos relacionados de acuerdo con las características y necesidades sobre el saber y el quehacer de la administración de empresas. En ese sentido Bernal (2010, p. 114) las denomina epistemologías construidas de acuerdo con las características y necesidades de cada ciencia o campo del conocimiento. Según Hitt (2006, p. 5) sostiene que el cambio, la tecnología y la globalización son, y es imposible negarlo, tres de los retos más importantes que afectarán de manera significativa a los administradores del futuro cercano, que forman un “triángulo de hierro”, integrado por influencias excepcionalmente fuertes sobre los gerentes y la administración.

 Entonces que conducta se espera que tengan los administradores ante estos desafíos, Henry Mintzberg, postuló que las actividades del administrador se encuentran entre la reflexión (pensar) y la acción (actuar). Cuando los gerentes están reflexionando, piensan, ponderan y consideran. Cuando actúan, hacen algo, se desempeñan, participan. En ese sentido Drucker (1974, p. 13) indicaba “el gerente es el elemento dinámico y vivificante de todo negocio. Sin su capacidad ejecutiva los ‘recursos de la producción’ siguen siendo recursos y no se convierten nunca en producción. Asimismo, postulaba que” en un sistema económico de competencia, sobre todo, la calidad y el desempeño de los gerentes determinan el éxito de un negocio, y más aún su supervivencia, porque constituyen la

única ventaja que puede tener una empresa (…) (en el sistema que opera). Al considerar lo planteado, los siguientes son los principales retos epistemológicos de acuerdo con García y Mondaza (2002) que debe enfrentar la administración contemporánea:

• El problema que se observa en la formación de administradores es que se les prepara realmente como técnicos y no, así como profesionales, no se les forma para renovar, ampliar y profundizar el conocimiento administrativo, ni para generar innovaciones respecto a su campo de estudio.
• En la formación del administrador se omite lo relativo al conocimiento científico metodológico aspecto fundamental en las profesiones en general.
• La literatura en administración es obra de otros especialistas, tales como ingenieros, psicólogos, economistas, sociólogos, etc., y no así de administradores.
• La problemática de las definiciones afecta fuertemente las concepciones de lo que es un administrador:
• Los administradores padecen más confusiones respecto de qué es la administración, que otras personas.
• Las expectativas de los estudiosos de la administración tienden a ser equivocadas
• Las expectativas de los empleadores acerca de los profesionales no son satisfechas.
• Los profesionales de la administración descuidan temas cuyo conocimiento les compete.
• Los planes de estudio de las diversas instituciones son tan diferentes que sólo coinciden en el nombre.
• Existe precario desarrollo y pobre prestigio de la profesión.
• El problema de la definición del administrador es de carácter epistemológico; es decir, no tiene que ver con el problema de cómo administrar, o con la explicación del fenómeno de la administración.
• Tiene que ver con su formación profesional, con la generación de nuevos conocimientos, con la validación y actualización de los existentes, con necesidades de investigación, docencia y desarrollo del conocimiento administrativo.

Estos desafíos exigen solidez en la formación del administrador y para ello se debe contar con un cimiento epistemológico claro, por lo que sus campos del saber deben buscar responder con posturas epistemológicas axiológicas humanísticas y de enfoque general, tanto de la sociedad y de las organizaciones como de las personas, frente a los distintos retos del nuevo orden mundial. La administración se debe ocupar el encargo de reconocer con altura a tales retos y a los demás que le demande el entono, con la firme convicción de contribuir a hacer de la sociedad y de la actividad empresarial un escenario de justicia y convivencia solidaria, donde el ser humano pueda enumerar integralmente sus potencialidades, y las propias organizaciones logren sus objetivos de manera competitiva y sostenible.

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