Contrato Social
Enviado por johary44 • 16 de Enero de 2014 • 2.062 Palabras (9 Páginas) • 212 Visitas
• El Contrato Social
• Libro Primero
Rousseau plantea aquí un problema de carácter jurídico: “el hombre ha nacido libre y, sin embargo, en todas partes se encuantra encadenado. ¿Cómo se ha operado esta transformación? Lo ignoro. ¿Qué puede convertirlo en legítimo? Creo poder resolver esta cuestión”. A partir de esta reflexión, trata de encontrar las condiciones de existencia legítimas de toda sociedad. Esto es posible, dice, a través de un contrato social, que debe cumplir una serie de características para ser válido:
-Tiene que ser un contrato en el que participen todos los hombres para que así pueda lograrse la igualdad.
-Los participantes en el contrato deben ceder todos sus derechos para evitar así disputas entre los intereses individuales y los de la comunidad.
-Sólo si estos derechos se entregan a la comunidad, el hombre llegará a ser realmente libre al no existir relaciones de dependencia hacia otros hombres.
Este contrato social crea un cuerpo político con características únicas, diferentes a las de los individuos, tiene vida y voluntad propia. Y es sólo este cuerpo político, dice Rousseau, el que puede garantizar la libertad de los individuos.
Sometiéndose a este contrato, el individuo del estado natural perdería su libertad natural y el “derecho” ilimitado que tiene de “apropiarse” de todo lo que esté a su alcance; pero, a cambio, ganaría la libertad civil y el derecho de propiedad sobre sus posesiones.
En definitiva, la propuesta de Rousseau implica que quienes se integren al contrato social habrán de renunciar a la libertad individual que supone el estado natural y, a cambio de ello, dispondrían de libertades colectivas. El contrato social, por tanto, crea una doble relación entre los individuos: por un lado son súbditos y, al mismo tiempo, son parte del soberano.
Este nuevo cuerpo político adopta varios nombres según las perspectivas empleadas para describirlo:
a) Desde la perspectiva de un ente colectivo con características propias:
-Estado, cuando lo contemplamos como un ente pasivo.
-Soberano, si lo describimos como un ente con capacidad para dictar leyes.
-Poder, considerado desde la relación con otros poderes.
b) Desde la perspectiva de la creación de un serie de contratos:
-Pueblo, como descripción del conjunto de ciudadanos que integran la comunidad.
-Ciudadanos, si definimos a quienes se integran en el contrato social como parte de la soberanía.
-Súbditos, si hemos de referirnos a ciudadanos que obedecen leyes.
• Libro Segundo
Es en esta parte de la obra donde Rousseau plantea su idea de la voluntad general, que pretende lo mejor para la comunidad. El autor entiende que es preciso obligar a los individuos a acatar la voluntad general, porque de esta forma se les estará haciendo libres.
Esta voluntad general debe cumplir los siguientes requisitos:
-No puede ser cedida ni es posible renunciar a ella
-No puede ser representada, porque desde el momento en que se consiente para que alguien la represente, se está renunciando a ella
-No es posible dividirla, ya que entonces se perdería.
-Expresa el bien público y sólo podrá hacerlo si los individuos participan en política como tales, no como grupos, asociaciones o partidos. Así se lograría igualdad al dar la misma importancia a todas las opiniones.
-Su acción y desarrollo es la ley, puesto que es de la voluntad general de donde deben partir las obligaciones y compromisos.
Para Rousseau lo importante es la deliberación, mediante la que es posible anular las diferencias y llegar así al bien común, objetivo hacia el que ha de dirigirse la acción de la voluntad general. Este bien común debe seguir dos principios:
-Principio de libertad común, aquirida al convertirse en miembro de la comunidad.
-Principio de igualdad, porque “no puede haber excesivas desigualdades entre los individuos”.
Mas allá de estos dos principios no es posible delimitar el bien común, ya que cada pueblo debe decidir por sí mismo lo que es bueno para ellos, su propio bien común. De aquí partiría su idea de nación.
Sin embargo no todos los pueblos serían aptos para incorporarse a este principio del bien común, sino que antes deberían reunir dos características importantes:
-Ser comunidades de pequeño tamaño, puesto que de esta forma sería más fácil la participación de todos. Además, cuanto menor sea la soberanía, mayor será el peso que cada individuo tenga en la totalidad.
-Ser consistentes -firmes en sus principios y formas de pensar- y sencillos, de costumbres austeras.
• Libro Tercero
Rousseau plantea una división del cuerpo político en dos ramas:
-Legislativa, que corresponde al pueblo por ser éste el que hace las leyes.
-Ejecutiva, delegada en uno o más individuos con la misión de cumplir con la voluntad general, que no pueden actuar bajo criterios de voluntad propia, sino que simplemente actúan de acuerdo a lo que marcan las leyes.
Lo importante es que se mantenga la independencia entre las funciones asignadas a cada una de estas dos ramas.
Para Rousseau la forma en que el soberano ejecuta la ley en los actos particulares es mediante el gobierno, del que describe tres tipos:
-Democrático: cuando el gobierno está en manos de muchos. Demasiado perfecto para convenir a los hombres.
-Aristocrático: cuando el gobierno está en manos de unos pocos. Muy aceptable pero sólo si la aristocracia es electiva y no hereditaria.
-Monárquico: cuando el gobierno depende de una sola persona. Preferible a todos los demás si el príncipe fuera como debe ser (“la voluntad del pueblo, la del príncipe, la fuerza pública del estado y la particular del gobierno, todas responde al mismo móvil, todos los resortes de la máquina están en una sola mano, todo marcha hacia el mismo fin”), pero es el que presenta mayor riesgo de qie la voluntad particular domine sobre la general ( “pero si no hay gobierno más vigoroso, no hay tampoco otro en el que la voluntad particular ejerza mayor imperio y domine con más facilidad las otras”).
El tipo de Gobierno puede depender también del tamaño del Estado: a mayor tamaño, menor democracia, entiende Rousseau. Personalmente, él prefiere los pequeños Estados con frecuentes plebiscitos.
De cualquier manera, no hay que olvidar, insiste el autor, que el gobierno sólo actúa por delegación, y que el soberano tiene en todo momento el derecho de moderar y de regular.
• Libro Cuarto
En este tramo final de la
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