Criminologia, Educacion Y Derechos
Enviado por andresfer984 • 22 de Julio de 2013 • 1.591 Palabras (7 Páginas) • 513 Visitas
ENSAYO: CRIMINOLOGIA, EDUCACION Y DERECHO
INTRODUCION:
En nuestro país desde algunos años a esta parte, existe una “crisis de inseguridad” tal vez exacerbada, en alguna medida por algunos medios de comunicación, sobretodo canales de noticias de cable, que repiten una y otra vez, el mismo hecho delictivo y la vez hacen un proceso de selección que consiste en crear una mayor presión para que sean resueltos determinados tipos de delitos y otros no.
A raíz de este clima general de insatisfacción, se escuchan diversas opiniones acerca de que el Gobierno debiera aplicar una política de mayor “mano dura” o las llamadas de “tolerancia cero”, sobre los delincuentes, las cuáles se intensifican en años electorales.
En este documento trataré de desarrollar, los siguientes puntos:
• Qué factores inciden en el nivel de violencia y delincuencia;
• Que influencia tiene la Educación en general en los problemas de inseguridad;
• Que fenómenos están presentes atrás del pedido de políticas de “tolerancia cero” y sobre qué tipo de delitos;
• Si realmente es necesario contar con nuevas leyes tal vez más severas.
DESARROLLO:
Las desigualdades sociales parecen ser, las que influyen en los hechos de violencia que se producen, ya que nuestra sociedad no genera condiciones de desarrollo igualitarias para todos, y nuestra democracia es aún de baja intensidad, según (Shuster 2009) en la Argentina del Siglo XXI, sigue habiendo “ciudadanos sin derecho, que al nacer cuentan ya con más probabilidades de ir a la cárcel que a la Universidad” debido a una democracia inacabada en proceso de construcción, que deja a grandes sectores de la población en situación de gran vulnerabilidad social y personal. Sobre todo en los más jóvenes, incluso de acuerdo a los datos del Sistema nacional de Estadística Penitenciaria (SNEEP) un 43% de la población privada de su libertad, tiene entre 25 y 34 años y el 69% es menor de 35 años, lo que nos indica la vulnerabilidad de los jóvenes de nuestro país.
Sin embargo las investigaciones actuales no confirman una correlación directa entre violencia y pobreza estructural, como gran parte de nuestra sociedad cree, siguiendo a (Briceño-León y Pérez Perdomo, 2000) “Los países más pobres de América Latina (Haití, Bolivia y Perú) no tienen entre ellos las mayores tasas de violencia medida a través de crímenes como los homicidios. Se comprueba que la mayor violencia se encuentra en los estados o provincias más ricas de los países de América Latina donde conviven las desigualdades, y no en las más pobres con mayores necesidades básicas insatisfechas”.
Bajo ningún punto de vista se afirma que la delincuencia sea resorte exclusivo de la pobreza o de los excluidos.
La criminalidad no es resorte exclusivo de los pobres o excluidos, pero son los delitos cometidos por ellos los que en mayor medida llegan a los tribunales y los únicos que reciben tratamiento legislativo en los últimos tiempos.
Según (Bernardo Kliksberg 2007) la ecuación parece fácil: a mayor inversión educativa y en políticas sociales, menores son los índices de criminalidad. “Hay una correlación estadística absoluta entre más educación y menos delincuencia. Cuanta más escolaridad y trabajo decente haya, menor será el nivel de inseguridad en la sociedad.” En momentos en que el debate sobre la inseguridad está en las tapas de los diarios y a los principales títulos de los noticieros, sus palabras clarifican el panorama.
Desglosando más detalladamente las relaciones que encontró Bernardo Kliksberg:
• Existe correlación entre el ascenso de los hechos delictivos y la desocupación, especialmente la juvenil.
• Existen relaciones entre el deterioro del núcleo familiar y las situaciones delictivas.
• Existe una correlación significativa entre educación y tasas de criminalidad. El delito disminuye cuando más altos son los niveles educativos de la población.
Los datos que surgen del Sistema nacional de Estadística Penitenciaria (SNEEP), parecen corroborar lo que afirma Bernardo Kliksberg, ya que sólo un 5% de la población privada de la libertad terminó la secundaria y un 70% tiene el nivel primario completo como máximo nivel educativo alcanzado.
Lo que se plantea generalmente en las llamadas políticas de tolerancia cero son medidas de higiene social, destinadas a los sectores más vulnerables, pero si el Estado pretende disminuir los índices de la delincuencia violenta –robos con armas en los que resultan heridos u homicidios, secuestros extorsivos, etc.- no solamente debe considerar las causas de la exclusión
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