Cuerpo físico, Emocional, Mental Y Espiritual
Enviado por franco2911 • 28 de Septiembre de 2014 • 5.924 Palabras (24 Páginas) • 486 Visitas
El ser humano siempre tiende a visualizar y esa capacidad
genera una entidad física relacionada directamente
con la materia y la forma en la que percibe. Es
la parte más antigua y rudimentaria de la mente humana.
Desde hace millones de años hemos generado
este conocimiento de la realidad física y material en
torno a nosotros. Para todo individuo, lo único que
realmente existe son sus parámetros descriptivos, visuales
y sensoriales, regidos directamente por el propio
cuerpo (cinco sentidos), por ser el campo de
experimentación que le pertenece.
Cada ser humano tiene diferentes capacidades de
percepción, pero en algo estamos todos de acuerdo: la
existencia de la materia, que es tan real y válida para el
hombre, se ha ubicado como el tema principal de estudio
de la ciencia universal. Desde el momento en
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que el ser humano toma conciencia de la realidad, la
búsqueda de conocimiento se integra a esa conciencia,
y da al hombre un grado de certidumbre y validez
sobre todo aquello que se encuentra alrededor.
Posiblemente lo único que posee el ser humano
es el cuerpo físico o material, ese cuerpo le da un lugar,
un espacio y lo relaciona directamente con la materia.
El ser humano se aferra a él, pues desde su
lógica es lo que lo conforma, lo que le da la existencia.
Este cuerpo físico lo conocemos toda nuestra vida,
compartimos con él todos los momentos de conciencia
e inconsciencia, por ello resulta más fácil creer en
lo que se puede sentir, oler, paladear, escuchar y, sobre
todas las cosas, ver.
Lo anterior explica por qué vivimos atrapados
dentro de nuestro letargo mental, inmersos en el
mundo que nos sorprende día a día. Estamos atados a
nuestras sensaciones, no a las percepciones mayores
del pensamiento. El pensamiento podría agudizar y
aumentar nuestras percepciones para generar el campo
extrasensorial, porque de hecho el hombre radica
dentro de su propio pensamiento, mismo que delimita
la frontera de su percepción física y conjuga emociones
buenas y malas. Vivimos a través de nuestro
cuerpo y de todo lo que nos rodea: la forma en que
sentimos y recordamos está delimitada por él, pero no
vamos más allá del campo físico.
Tenemos emociones sobre lo que palpamos y vemos,
no emociones surgidas por un tipo de percep-
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ción superior a los sentidos. Nos quedamos en el
plano físico, en lo que podemos controlar y manipular;
no generamos la existencia de un objeto físico mediante
el pensamiento ni decimos que el pensamiento
que existe en la mente es real. Con esto me refiero a
que el ser mental sólo existe a través de la acción y la
reacción en el nivel físico: la actividad mental no existe
si no es expresada. El ser mental todavía no se desarrolla
lo suficiente; aunque existimos a través de él, lo
validamos al concretar nuestras ideas y pensamientos.
Es difícil desprenderse del cuerpo físico ya que
para pensar se requiere la parte mental. El ser mental
existe en el proceso de abstracción, que nos cuesta
tanto realizar, porque depende de la percepción del
medio ambiente y de los pensamientos que origina.
Pero en su parte más primitiva, los sentidos captan las
formas físicas y cualidades materiales de todos los objetos,
de los seres vivos estáticos (pasivos) y de los seres
dinámicos o activos que juntos conforman nuestro
universo de entendimiento. Al ubicarlos en nuestro
entorno, les otorgamos existencia material para el entendimiento
y el pensamiento. Eso implica que coexistan
en un mismo tiempo y espacio, que se
manifiesta como una parte material de mi ser, de mi
cuerpo físico.
Es la primera parte para llegar a la conciencia pura,
ligada por mi pensamiento, que represento como
razón o raciocinio. Dicho desde otro parámetro: ¿qué
es el cuerpo físico? Es todo lo que está cien por ciento
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ligado a mí. Y lo digo de esta forma, porque todo lo
que puedo palpar y tocar de manera natural y muy
rudimentaria, por medio de los sentidos, es parte del
cuerpo físico, también es el cuerpo externo que se manifiesta
a mi alrededor, el entorno que gira conmigo:
todo lo que veo, toco, siento, las personas que amo y
quiero. Desprenderse de ellas causa un gran dolor,
desprenderse de las cosas es dejar de creer en ellas y,
de alguna manera, en uno mismo. Por eso da miedo
morir, dejar de vivir lo que ya se conoce, morir es la
parte desconocida. Pero no necesariamente tiene que
ser así, si entiendo lo que es mi cuerpo físico y las capacidades
que tiene, cómo crece y se fortalece; y cómo
puedo transformarlo y cuidarlo, entonces descubriré
que mi cuerpo simplemente es una herramienta para
llegar a algo más, comprenderé lo que significa la experiencia
de vida a través de él.
Al ser consciente de que el cuerpo es una parte
inseparable de mí, percibiré que hay algo que le da
vitalidad y fuerza, y que aunque exista aquí, puede
trascender a otro plano. ¿A qué plano? A cualquiera;
el plano propio del pensamiento y del raciocinio simplemente
es uno mayor que me ayuda a entender que
yo controlo mi cuerpo, que es la materia de la que
estoy formado y que esa es la misma materia con la
que creo muchas cosas y de la cual se desprende mi
energía. Para entenderlo es necesario ir poco a poco a
través de un camino metódico, un camino de amor,
una senda de nobleza, sencillez y humildad.
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No puedo ser una persona excelsa si soy mediocre
o tibio, un ser incongruente con sus sentimientos,
que no expresa sus sensaciones, no da su amor, y siente
y además expresa: rabia, coraje y odio. Todo esto
pertenece al cuerpo físico y saberlo manejar es darle
coherencia, un lugar portentoso y conceptual. ¿Por
qué digo conceptual? Es mi forma de verlo y entenderlo,
porque así lo manejo. El cuerpo tiene muchas
limitaciones, pero también demasiadas capacidades no
explotadas. Por cada parte de mi cuerpo mutilada, es
decir, por cada parte que sienta que no corresponde a
una capacidad, tengo una limitación; pero
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