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Cómo lograr el éxito organizacional y personal mediante el compromiso con una misión y unos valores compartidos


Enviado por   •  21 de Mayo de 2013  •  Resumen  •  4.353 Palabras (18 Páginas)  •  684 Visitas

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CÓMO LOGRAR EL ÉXITO ORGANIZACIONAL Y PERSONAL MEDIANTE EL COMPROMISO CON UNA MISIÓN Y UNOS VALORES COMPARTIDOS

DESCUBRIMIENTO

Tom Yeomans, se dirigió por un corto trecho sin pavimentar que lo llevó a una pequeña arboleda en una colina desde donde se denominaba una vuelta de un ancho río, en donde se detuvo a meditar sobre su vida. Era un hombre exitoso, tenía una hermosa casa, una esposa y unos hijos de quienes cualquier persona podría estar orgullosa.

Antes de cumplir cuarenta años había llegado a ser presidente de una importante compañía manufacturera, muy rentable, líder en su línea y respetada en la comunidad; como resultado de un incesante esfuerzo de años, toda su vida había sido una cuestión de fijarse metas y alcanzarlas. Ya había llegado a un punto que muchas llamarían el “pináculo de éxito”, y sin embargo se sentía extrañamente vacío, privado de las cosas que presentía que hacían a un hombre realmente rico, sin embargo no era feliz.

Tomó un guijarro y lo lanzó al agua. Viendo propagarse las ondas, sus pensamientos volvieron atrás, a la época en que él y Barry Lofting fundaron la compañía L&Y Manufacturing, próspera fábrica de muebles. Habían sido amigos desde la escuela secundaria y habían trabajado día y noche para hacer de L&Y una empresa líder en su industria.

Además, se habían divertido haciéndolo. Su éxito se debía en parte a sus diferencias. A Tom le gustaban las jugadas audaces y gozaba con los ardides peligrosos. Barry rebosaba de inteligencia que se mostraba en su natural talento para establecer confianza y buenas relaciones con clientes y empleados. La desavenencia surgió cuando Tom, sin consultar con Barry, vendió la compañía a un comprador extranjero. Barry nunca se lo perdonó.

Después de la separación, Tom abandonó la idea de fundar otra compañía y en cambio aprovechó su experiencia y sus conexiones para entrar como vicepresidente regional a RimCo, empresa en desarrollo, fabricante de partes para automóvil. Los años siguientes fueron para él de dura competencia y lucha por el poder, a medida que fue ascendiendo por la escala corporativa de RimCo. Ahora, habiendo llegado al más alto peldaño como presidente, Tom empezaba a preguntarse a qué había renunciado. Largas horas de trabajo, juntas y reuniones hasta por la noche y viajes frecuentes la habían impedido ser un verdadero miembro de su familia. Leslie se quejaba de que los niños se estaban criando sin él.

En los últimos seis meses en el trabajo se le había empezado a hundir el piso que los sustentaba. Parecía que todo se estaba desbaratando. La compañía había perdido dos cuentas muy importantes que le había quitado un competidor; las quejas de los clientes iban en aumento; los accionistas estaban inquietos por la pérdida de participación de mercado y la moral de los empleados estaba por los suelos. Algunos de los mejores empleados de la compañía se habían retirado.

El sol se hundía en el horizonte cuando Tom Yeomans subió otra vez en su automóvil y encendió el motor. Y cuando llegó a su casa hizo cosas que jamás había hecho con sus hijos y con su esposa.

En la reunión de su club, lo invitaron a hacer la presentación del orador; para lo cual invitó a su esposa Leslie quien l acompañó muy gustosa.

LOS ACTOS DE LA VIDA

Tom presentó al orador Jack Cunningham, y a poco tiempo de haber iniciado la charla, Jack dijo: ‘En todos mis viajes he encontrado muchas personas que en lo externo parecían haber triunfado en la vida, pero que en su interior no eran felices o no se sentía realizadas. En apariencia tenían todo lo que se puede apetecer, pero en el fondo sentían un vacío. Este sentimiento puede ser muy penoso, pero en realidad es un toque de atención’.

Cunningham habló de los tres actos de la vida: realizar, conectar e integrar.

Realizar, es un acto natural del ser humano. Tal vez seamos nosotros la única especie que puede fijarse metas más allá de la supervivencia diaria, de modo que es muy natural que queramos realizar, que queramos ser algo. El primer acto es ser para hacer.

Conectar, tiene que ver con las relaciones, o estar con otros para ser. Durante el primer acto las relaciones se pueden mantener a fuego lento. A veces se necesita una crisis personal, como dificultades financieras, problemas en la carrera profesional de uno, o una enfermedad, para que4 el individuo comprenda que lo que realmente vale en la vida son las personas. El segundo acto consiste en experimentar lo que ofrece a diario el menú de la vida, invertir en su propia vida y en la vida de los demás y compartir su tiempo y sus capacidades en compañía de los amigos, miembros de la familia y otras personas.

Integrar, o cambiar para ser, significa combinar los dos primeros actos. Significa definir o redefinir uno sus propósitos y valores y luego utilizarlos en la acción diaria en formas que sean verdaderamente significativas para uno y para las personas, los principios y los compromisos que más estime.

Cunningham hizo una pausa y sonrió. “en este turbulento decenio muchas cosas que antes eran sencillas en los negocios se han vuelto confusas. Las compañías se afanan por seguir un montón se sugerencias que parecen razonables para sobrevivir y al mismo tiempo ganar una ventaja competitiva en el mercado global. Se han propuesto b tantos nuevos enfoques que con razón se les dice “el aroma del mes”. Y sin embargo, pese al tiempo y al esfuerzo que se les destina, pocos parecen ofrecer un método que asegure el éxito y llene las expectativas de todos los diversos grupos interesados”

Mencionó que en tiempos de cambio constante es fácil pensar que hasta las leyes que gobiernan la decencia humana y la buena conducta han cambiado, pero no han cambiado.

Una organización que pueda hacer pie firme en todas sus relaciones de negocios claves cuando tantas otras están resbalando y patinando, es sin duda una compañía afortunada y responde a la aplicación de El viaje de las 500 afortunadas.

Mostró un dibujo con cuatro columnas que formaban la palabra JEFE.

La primera columna, marcada “J”, representa a los clientes. Lo primero que hace destacar a una compañía es la calidad de servicio que presta a sus clientes. Hay que tratarlos en forma tal que se vuelvan fanáticos de su servicio.

La letra “E”, significa empleados. La segunda cosa que hace destacar a una compañía de las 500 afortunadas es la calidad de vida d que gozan sus empleados. En cuanto los empleados de una compañía de las 500 afortunadas son tratados como su recurso más precioso, tanto más se comprometen a alcanzar sus metas, a diferencia de los de otras organizaciones que sienten que se les trata como material gastable.

La tercera columna, marcada

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