Deconstrucion
Enviado por chontadurito • 4 de Mayo de 2015 • 603 Palabras (3 Páginas) • 270 Visitas
Deconstrucción de la sociedad
Colombia, sociedad pasiva y de gente cansada de luchar contra un conflicto que se prolongó en el tiempo mucho más de lo que pudieron aguantar, y es que Para cualquier sociedad resulta sumamente costoso en múltiples dimensiones un conflicto armado, y cuando hablo de costoso no solo me refiero a las grandes sumas de dinero y número de muertos que deja la guerra cada día; si no al costo inmaterial o moral, en el que todos y cada uno de nosotros terminamos por aportar nuestro grano de arena, acostumbrándose a la violencia y dejando de lado valores tan importantes como la solidaridad para ser remplazados por el miedo y conformismo.
Vivimos en una sociedad de preguntas fuertes y respuestas débiles, la pregunta más fuerte a la cual se enfrenta la sociedad colombiana es, ¿Cuál el método que se debe utilizar para la resolución del conflicto armado?, y para esta pregunta surgen múltiples respuestas cada una más débil que la anterior; la primera fue una solución armamentista y bélica, la cual después de dejar 220 000 muertes, contando desde 1958 a 2013, se determinó que no era la salida o respuesta más acertada al interrogante planteado; aunque vale la destacar que durante el intervalo de tiempo señalado hubo presidentes como el doctor Gaviria, pastrana etc., que buscaron una solución concertada entre las partes (diálogos de paz), lo cual nunca llego a buen acuerdo y por el contrario terminaron por menoscabar más en la enorme herida creada por el conflicto.
Ese clima moral lleva, por ejemplo, a desfigurar conceptos como la tolerancia, y de muchas maneras. En lo que me atrevo a llamar desperdicio de las inteligencias, la interpretación inmoral de los conflictos lleva a sólo aceptar ideas afines e ignorar olímpicamente las contrarias; a generalizar para excluir (todos los actores del conflicto son de mala fe o enemigos que hay que eliminar), a no enfrentar causas disparadoras de violencia (como la desigualdad o el narcotráfico), a “caudillizar” el pensamiento (si no estoy de acuerdo con lo que piensan los José Obdulios se concluye que estoy a favor de los Timochenkos o viceversa).
Los extremos radicalizadores son nocivos y favorecen tanto el aspecto pasivo de la tolerancia (miedo a pronunciarse, pasar agachado, educar en la desesperanza y la fatalidad, mamagallismo), como un inaceptable activismo (soy tolerante porque tengo la verdad, por lo cual sólo respeto a quien acepta mi verdad y mi razón). Esos extremos son los que nos han llevado a alimentar el contexto del guerrerismo, que determina la necesidad de aniquilar, las minas antipersonas como justificación de lo “revolucionario” o la exaltación “patriótica” por la muerte de Cano sin preguntarnos siquiera si no hubiera sido mejor, en un Estado de Derecho, capturarlo vivo. A lo que hay que agregar,por supuesto, las lógicas comerciales de los medios oligopólicos, que
...