Deontologia
Enviado por darkmicha • 6 de Diciembre de 2013 • 568 Palabras (3 Páginas) • 326 Visitas
En este texto, el autor comienza explicando por qué razón los jueces, en un principio histórico, no debían de motivar sus resoluciones y cómo cambió tal costumbre a la actualidad, en que es una obligación de los órganos jurisdiccionales de explicar cómo llegaron a su resolución.
En el texto, el autor nos da varios ejemplos que nos ponen a pensar si ciertas conductas son propias de un juzgador:
1. El caso del juez irascible, que insulta de manera iracunda y agresiva a los del equipo contrario de fútbol.
2. El caso del juez de vida sexual no estrictamente ortodoxa (La jueza y la bailanta; el juez homosexual; el juez adúltero y que se relaciona con prostitutas).
3. El caso del juez jugador y del juez que administra mal su patrimonio.
4. El caso del juez y las amistades peligrosas (amistades criminales o que pertenece a asociaciones racistas, antidemocráticas o inconstitucionales).
5. El caso del juez estrafalario.
Yo estoy convencido de la coherencia que debe existir entre la persona (en el ámbito privado) y su profesión. Tratándose de juzgadores me es mas claro aún. Pero la pregunta no se debe de limitar sólo a los juzgadores sino que, creo, puede extenderse a todos los operadores jurídicos.
De esta manera, ¿una mala persona podrá ser un buen jurista? Los juzgadores, en algunos casos, para conocer la verdad histórica de un conflicto sólo podemos basarnos en las pruebas que nos ofrecen las partes. Hay juicios, por ejemplo, en los que se ofrecen testigos o documentos falsos por una de las partes, las cuales no son desvirtuadas ni objetadas por su contraparte (ya sea por desidia, ignorancia o prevaricato), lo cual traerá un fallo injusto, al no haberse dictado con apego a la realidad.
Los abogados que presentan testigos o documentos falsos en un juicio, chicanean los expedientes, a sabiendas que sólo están retrasando la ejecución de un fallo legal, ¿podrán ser unos esquizofrénicos funcionales y ser buenas personas? ¿serán excelentes padres de familia, que inculquen a sus hijos altos valores morales y el respeto a las normas? ¿Pagarán puntual y cabalmente los impuestos derivados de sus honorarios? ¿Respetarán las normas de tránsito convencidos de su cumplimento (no por temor a una multa)?
Me parece que una mala persona no puede ser ni un buen juzgador, ni un buen jurista. Es aquí donde cobra importancia la deontología jurídica y tratándose de miembros de la judicatura, la ética judicial. El ejercicio jurídico profesional sin sujeción a normas éticas nos convierte en simples técnicos, o peor, mercenarios del derecho.
"... (Existe) una falsa dicotomía que pretende decir que una mala persona puede ser un buen juez, lo cual no existe. Las personas, los abogados en general y aquellos que se desempeñan en las labores
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