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Derecho Y Filosofia


Enviado por   •  15 de Abril de 2014  •  1.792 Palabras (8 Páginas)  •  214 Visitas

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INDICE

DEDICATORIA 1

AGRADECIMIENTOS 2

INDICE 3

CAPITULO I. 5

1.- INTRODUCCIÓN AL DERECHO ROMANO. 5

1.1.- CONCEPTO DEL DERECHO ROMANO. 5

1.2.- FUENTES DEL DERECHO ROMANO. 6

1.3.- IMPORTANCIA DEL DERECHO ROMANO EN LA CIENCIA JURÍDICA. 7

1.4.- CONCEPTOS FUNDAMENTALES DEL DERECHO ROMANO. 8

a) IUS - FAS 8

b) IUSTITIA 9

c) IURISPRUDENTIA 9

d) AEQUITAS 10

e) IUS PUBLICUM – IUS PRIVATUM 10

f) IUS CIVILE – IUS GENTIUM 10

g) IUS NATURALE 10

CAPITULO II. 11

1. PERIODIZACIÓN DEL DERECHO ROMANO. 11

1.1.- PERIODIZACIÓN HISTÓRICO – JURÍDICOS 12

A. Etapa del Derecho Romano arcaico. 12

B.- Etapa del derecho romano preclásico. 12

C.- Etapa del derecho romano clásico. 12

D.- Etapa del derecho romano postclásico. 13

1.2.- PERIODIZACIÓN HISTÓRICO – POLÍTICO 13

A.- La monarquía (753-509 a.C.) 13

B.- La República (509-31 a.C) 14

C.- El Imperio (31 a.C- 476 d.C) 15

CONCLUSIONES. 16

BIBLIOGRAFIA: 17

Globalización

Etimología

Ciertos autores consideran más adecuado en español el término mundialización, galicismo derivado de la palabra francesa mondialisation, en lugar de globalización, anglicismo procedente del inglés globalization, puesto que en español «global» no equivale a «mundial», como sí ocurre en inglés.

Sin embargo, el Diccionario de la Real Academia Española registra la entrada «globalización», entendida como la «tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales» (DRAE 2006, 23ª edición), mientras que la entrada «mundialización» no está en el Diccionario, aunque están planeando incluirla.

Historia

Barco británico cargado de mercancías cruza del Mar Caribe al Océano Pacífico a través del Canal de Panamá. La intensificación del comercio mundial ha llevado al gobierno panameño a lanzar proyectos de ampliación del Canal.

La historia de las sociedades, especialmente las europeas, a partir de la travesía de Cristóbal Colón en 1492 muestra que la gran mayoría ha tenido sólidas vocaciones expansivas. Esto dio lugar a una serie de imperios. Durante ese periodo, la teoría política y económica que regía las relaciones tanto entre los imperios como los de las metropolis hacia las colonias era el mercantilismo, que presupone la competición por una cantidad finita de riqueza, lo que "obligaba" a un control estricto del comercio. Esto ocasionó tensiones entre las potencias coloniales, de donde nació la necesidad de buscar arreglos entre ellas. Así, por ejemplo, en 1494, en el primer tratado global de la historia, España y Portugal se reparten el mundo a ser conquistado, dividiéndolo de acuerdo al Tratado de Tordesillas.

Posteriormente, movimientos independentistas causan el fin de ese primer período colonial de la Edad Moderna. La lección aprendida por Gran Bretaña tras la pérdida de sus colonias en Norteamérica fue que el comercio internacional puede aportar prosperidad, incluso en ausencia de dominio colonial. El mercantilismo fue remplazado por el capitalismo y sus nuevas teorías: el laissez-faire económico y el liberalismo político y social de Adam Smith y sus sucesores (véase las luchas del manchesterianismo plebeyo contra el proteccionionismo aristocrático). Esa nueva visión contribuyó durante los años cuarenta y cincuenta del siglo XIX a la extensión del modelo de la División internacional del trabajo, asignando a Europa la producción de bienes manufacturados y a los países no europeos la producción de materias primas, guiándose por la teoría de la ventaja comparativa desarrollada por David Ricardo, generando así una inmensa acumulación de capital que dio impulso al sistema capitalista industrial.

En el área del comercio internacional, el proteccionismo mercantilista es reemplazado por el libre comercio. Karl Marx y Friedrich Engels describen en 1848 este período, que algunos estudiosos han denominado como la primera ola de mundialización:

La burguesía, al explotar el mercado mundial, da a la producción y al consumo de todos los países un sello cosmopolita. Entre los lamentos de los reaccionarios destruye los cimientos nacionales de la industria. Las viejas industrias nacionales se vienen a tierra, arrolladas por otras nuevas, cuya instauración es problema vital para todas las naciones civilizadas; por industrias que ya no transforman como antes las materias primas del país, sino las traídas de los climas más lejanos y cuyos productos encuentran salida no sólo dentro de las fronteras, sino en todas las partes del mundo. Brotan necesidades nuevas que ya no bastan a satisfacer, como en otro tiempo, los frutos del país, sino que reclaman para su satisfacción los productos de tierras remotas. Ya no reina aquel mercado local y nacional que se bastaba así mismo y donde no entraba nada de fuera; ahora, la red del comercio es universal y en ella entran, unidas por vínculos de interdependencia, todas las naciones. Y lo que acontece con la producción material, acontece también con la del espíritu. Los productos espirituales de las diferentes naciones vienen a formar un acervo común. Las limitaciones y peculiaridades del carácter nacional van pasando a segundo plano, y las literaturas locales y nacionales confluyen todas en una literatura universal.

La burguesía, con el rápido perfeccionamiento de todos los medios de producción, con las facilidades increíbles de su red de comunicaciones, lleva la civilización hasta a las naciones más salvajes. El bajo precio de sus mercancías es la artillería pesada con la que derrumba todas las murallas de la China, con la que obliga a capitular a las tribus bárbaras más ariscas en su odio contra el extranjero. Obliga a todas las naciones a abrazar el régimen de producción de la burguesía o perecer;

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