ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Desdoblamiento Astral


Enviado por   •  24 de Abril de 2014  •  9.775 Palabras (40 Páginas)  •  256 Visitas

Página 1 de 40

EL DESDOBLAMIENTO

“El hombre es un trío de Cuerpo, Alma y Espíritu. El Alma es el mediador entre el Espíritu y

el Cuerpo. Un Alma se tiene, un Espíritu se es”.

“El Intimo es el Altísimo dentro de nosotros; el Intimo es el Espíritu. El Testamento de la

Sabiduría dice: «Antes de que la falsa aurora viniera a esta Tierra, quienes habían sobrevivido al

huracán y a la tempestad, ensalzaron al Intimo, y a ellos aparecieron los heraldos de la aurora»”.

“Entre el hombre terrenal y el Intimo está el Alma. El Alma tiene un cuerpo ultrasensible y

material con el cual viaja a través del espacio. El cuerpo del Alma es el Cuerpo Astral; así, pues, el

cuerpo Astral tiene algo de humano y algo de divino”.

“El Cuerpo Astral tiene su ultrafisiología y su ultrapatología íntimamente relacionadas con el

sistema nervioso gran simpático y con nuestras glándulas de secreción interna. El Cuerpo Astral

está dotado de maravillosos sentidos con los cuales podemos investigar los grandes misterios de la

vida y de la muerte”.

“Dentro del Astral están la mente, la voluntad y la conciencia”.

“Nuestros discípulos deben aprender a salir en cuerpo Astral”.

Samael Aun Weor: “Misterios Mayores”.

Amigos míos, es necesario que ustedes comprendan la necesidad de aprender a salir del

cuerpo Físico a voluntad; quiero que entiendan que el Cuerpo Físico es una casa en la que no

tenemos por qué estar prisioneros.

Es indispensable entrar en la Región de los Muertos a voluntad, visitar las Regiones Celestes,

conocer otros mundos del espacio infinito.

Fuera del Cuerpo físico uno puede darse el lujo de invocar a los seres queridos que ya pasaron

por las puertas de la muerte. Estos concurrirán a nuestro llamado y podremos entonces platicar con

ellos personalmente.

Hay magos nigromantes que saben invocar a los fallecidos para hacerlos visibles y tangibles

en este Mundo Físico, pero nosotros preferimos penetrar en la región donde ellos viven, visitarlos,

conocer allá en qué estado se encuentran, etc., etc., etc.

Fuera del cuerpo Físico podemos invocar a los Angeles para conversar con ellos cara a cara,

personalmente.

Es bueno que ustedes entiendan que en el pasado nosotros tuvimos otros cuerpos, otras

existencias; y fuera del Cuerpo Físico podremos recordarlos, revivirlos con entera exactitud.

La clave para salir fuera de la forma densa, fuera de este cuerpo carnal, es muy sencilla:

Oiganme bien, escúchenme. En esos instantes de transición que existe entre la Vigilia y el Sueño,

uno puede escaparse del cuerpo de carne y hueso a voluntad.

Me viene en estos momentos a la memoria un caso muy especial. Alguna vez llegué a un pueblo

y busqué un hotel; empero todos los hoteles estaban llenos, no había hospitalidad para nadie; sin

embargo, conseguí un alojamiento en un salón de huéspedes.

Ahí habían muchas camas donde dormían muchos hospedados. Yo pagué por el último de

estos lechos que quedaban libres y en él me acosté a dormir.

Empero sucedió que, por ahí a la media noche, un hombre golpeó en aquella casa solicitando

también alojamiento. La dueña de aquel negocio lo llevó a nuestro salón, diciéndole: "No tengo

camas, vea, vea; todas están ocupadas". El pasajero protestó diciendo: "En ninguna parte hay

hospitalidad, me resolveré a dormir en este salón, aunque sea en el suelo; póngame usted en el piso

un petate, alfombra o estera y una almohada para mi cabeza porque estoy muy cansado".

La dueña de aquella casa de huéspedes, conmovida, accedió gustosa a lo que el hombre le

pidiera.

Yo me encontraba despierto viendo y oyendo todo aquello. El citado pasajero, acostándose en

el suelo, se propuso conciliar el sueño.

Observé detalles: mientras el hombre estaba en vigilia, se movía a uno y otro lado, como

queriendo acomodarse al duro piso.

De pronto dejó de moverse y entonces veo, con asombro, una nube grisácea ovoide que fue

saliendo de entre sus poros por todo el cuerpo.

Tal nubecilla flotó por unos instantes sobre aquel cansado cuerpo y por último, colocándose

en posición vertical, asumió la forma del peregrino. Me miró fijamente y luego salió de aquel salón

caminando normalmente.

He aquí, amigos míos, lo que sucede siempre en ese estado de transición existente entre Vigilia

y Sueño.

Tal peregrino se alejó de su forma densa; ustedes todos hacen lo mismo, pero en forma

inconsciente. No quiero decirles con esto que aquel caballero de marras hubiera realizado una

salida consciente; sin embargo, eso mismo se puede hacer a voluntad positiva y conscientemente.

Realmente, este es un proceso natural. Darse uno cuenta de sus propios procesos naturales

jamás puede ser perjudicial; realizar uno todas sus funciones conscientemente, en vez de hacerlo

en forma inconsciente e involuntaria, de ninguna manera es peligroso y, por ello, pongo cierto

énfasis en la necesidad de aprovechar el instante de transición entre la vigilia y el sueño para

abandonar el cuerpo de carne y entrar en la Región de los Misterios.

Hay gentes incrédulas que dicen: "¿Qué puede usted saber del Más allá? ¿Qué puede saber

sobre lo que hay de Tejas para arriba? ¿Acaso usted ha ido al otro mundo y ha vuelto?", etc., etc.,

etc.

Estimables amigos, con este procedimiento les aseguro que ustedes pueden ir al otro mundo

y volver; puedo jurarles a ustedes por lo que más quiero yo en la vida que yo voy al otro mundo cada

vez que quiero, y que ustedes también pueden ir; lo importante es que no tengan miedo.

Cuando yo quiero salir del Cuerpo Físico a voluntad, aprovecho el instante de estar dormitando,

el momento aquel en que uno no está ni dormido del todo, ni despierto del todo.

En ese preciso momento hago lo que hizo aquel peregrino de mi historia: me levanto

suavemente, como sintiéndome vaporoso, fluídico, gaseoso; después salgo del cuarto lo mismo

que aquel consabido pasajero de la casa de huéspedes y me dirijo a la calle.

El espacio es infinito, y volando puedo viajar a todos los lugares de la Tierra o del Infinito.

Ustedes pueden hacer lo mismo, mis caros amigos; todo es que se lo propongan.

Ante todo no debe uno identificarse con el cuerpo material. En el preciso momento de hacer

el experimento, deben pensar que

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (66 Kb)
Leer 39 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com