Dios Existe

El carácter analógico del conocimiento de Dios

La analogía es el término intermedio entre la univocidad y la equivocidad. La atribución o la predicación de algo en varias cosas; la univocidad es la significación de todas las cosas por ejemplo caballo lo atribuimos al univoco de animal pero en animal aparte de caballo también entran bueyes, patos, perros etc. Cuando se atribuye una razón universal se llama equivocidad por ejemplo con la palabra “gato” que hace referencia a un animal pero también hace referencia al gato hidráulico como objeto mecánico.

La analogía implica pues una semejanza, la analogía es un modo de atribución intermedio entre la univocidad y la equivocidad. La analogía en el conocimiento de Dios es posterior a la analogía y el conocimiento del ser, es decir el conocimiento que tenemos de Dios es análogo porque existe una analogía entre Dios y las criaturas.

Existe una semejanza entre Dios y las criaturas al mismo tiempo que hay una desemejanza, semejanza por que participamos en una parte de la perfección de nuestro creador y desemejanza porque no tenemos las virtudes y capacidades de Dios en plenitud. La semejanza entre Dios y el hombre se puede decir que entre Dios y la criatura existe un ser participado con esto se dice según la analogía que existe una semejanza y una desemejanza.

Se dice que una cosa posee semejanza en cualidad y forma aunque entre Dios y el hombre existe la semejanza desemejanza porque las cualidades y formas no se parecen del todo y en plenitud. La analogía en el ser corresponde derivadamente al conocimiento de Dios y se dice que nada puede predicarse de Dios y de las creaturas de modo unívoco es por tanto que Dios y los otros seres no se pueden predicar unívocamente.

Pero tampoco se cae en equivocidad por la semejanza que hay entre efecto y causa, así que lo que se afirma de Dios y de las creaturas se dice análogamente porque comparte un poco de estas dos ya que se da una semejanza en proporción uno del otro y se da en la participación del Ser y del ser del ente. Por tanto la analogía implica semejanza y desemejanza o viceversa pero nunca se insistirá lo suficiente en que mientras la semejanza real verdadera de la creatura de Dios es finita, la desemejanza es infinita o mejor dicho entre Dios y las creaturas es mayor la desemejanza que la semejanza.

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