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EDUCACION EN ESPARTA


Enviado por   •  19 de Octubre de 2013  •  1.784 Palabras (8 Páginas)  •  294 Visitas

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Educación espartana

Dos figuras, puede que un maestro y su discípulo en una vasija espartana. Staatliche Antikensammlungen, Múnich, Alemania.

La agogé o educación espartana (gr. ἀγωγή 'conducta, movimiento') fue junto al radical rechazo del individualismo y la militarización de toda la vida privada y colectiva, el rasgo más característico y definitorio de la sociedad lacedemonia.

Índice [ocultar]

1 Época arcaica

2 La agogé

3 Desde el nacimiento hasta los siete años

4 Desde los siete hasta los veinte años

5 Referencias

6 Bibliografía

7 Enlaces externos

Época arcaica[editar · editar código]

Desde los siglos VIII al VII a. C., la educación espartana se consagra al dominio de las armas. Los jóvenes espartanos no debían buscar ya, como en los siglos anteriores, su gloria personal (ideal homérico), sino la colectiva, la victoria de la ciudad. El poeta Tirteo plasma bien esta novedad ética: “es bello morir, en primera línea, como valiente que lucha por su patria”.

La educación arcaica conserva, no obstante, rasgos de la educación homérica: la lucha, el atletismo y los deportes hípicos mantienen una gran importancia. En los Juegos Olímpicos, desde el 720 al 576 a. C., de 81 ganadores conocidos, 46 son espartanos; en cuanto a la carrera a pie, conocemos 36 ganadores, de los cuales 21 son espartanos. Inmediatamente a continuación en importancia viene la música (en esta época Esparta es la capital musical de Grecia). Las diversas fiestas (Jacintias, Carneas o incluso las Gimnopedias) son apenas un pretexto para los concursos de danza de un alto nivel de refinamiento, que precisan de entrenamiento especializado.

La agogé[editar · editar código]

A partir del siglo VI (hacia el 550 a. C.), la educación cambia de naturaleza. Se convertirá en la agogé (aunque este nombre es en realidad de época helenística): un sistema educativo profundamente original en su época por sus características, ya que es:

Obligatorio: constituye un requisito indispensable para la plena ciudadanía. Para Jenofonte, aquellos que no han pasado por la agogé son ciudadanos de categoría inferior que no pueden acceder a las magistraturas ni a los cuerpos de élite o, según Plutarco, son directamente privados de sus derechos ciudadanos. Por el contrario, se puede dar el caso de no ciudadanos (presumiblemente ilotas) que, aceptados en el sistema educativo de la agogé, llegan a ser hombres libres: son los llamados mothakés (ver Ilota).

Colectivo: frente a la educación personalizada con un preceptor esclavo, al estilo de otras ciudades griegas, la agogé se estructura en etapas para grupos de niños de edad similar.

Organizado por el Estado: es el propio gobierno de la ciudad el que gestiona la educación pública como una de sus principales misiones, lo que merecerá la alabanza de Platón y Aristóteles. Además de contar con magistrados especializados, los éforos llevan a cabo personalmente una supervisión diaria.

A partir de este momento los ciudadanos se preparan para la vida militar ya desde la misma infancia. A los siete años se les aparta de sus familias y comienzan a vivir en barracones de estilo militar con los compañeros de su misma edad, sometidos a un entrenamiento que busca convertirlos en guerreros perfectos, preocupados sólo por el bien del Estado.

Aunque la agogé se atribuye a Licurgo, no se encuentra referencia histórica alguna a ella hasta el siglo IV a. C., en concreto en Jenofonte (República de los Lacedemonios ).

Desde el nacimiento hasta los siete años[editar · editar código]

Esparta implantó una estricta eugenesia destinada a lograr ciudadanos sanos y fuertes. De acuerdo con Plutarco (Vida de Licurgo) nada más al nacer, el bebe era examinado por una comisión de ancianos en la Lesjé (“Pórtico”, “Soportales”), para determinar si era hermoso y de constitución robusta. En caso contrario se le llevaba al Apóthetas, una zona barrancosa al pie del Taigeto, donde se le arrojaba o abandonaba en una cima. Se buscaba eliminar así toda boca improductiva. Si el niño, o niña, superaba la prueba, era confiado a su familia para que lo criase.

Durante la infancia se instruía especialmente a las nodrizas para que lo criaran sin pañales que constriñesen su crecimiento o debilitaran su resistencia al frío y al calor. Al niño se le enseñaba a evitar toda clase de melindres, caprichos o rabietas, y debía acostumbrarse a estar solo y a no temer a la oscuridad. Era también costumbre bañarlos con vino, pues existía la creencia (así lo afirma el mismo Aristóteles) de que provocaba convulsiones, haciendo que las naturalezas enfermizas sucumbieran enseguida y robusteciendo, en cambio, las sanas. Creencia posiblemente debida a que, en aquella época, el vino se enriquecía con drogas alucinógenas capaces de provocar la muerte por sobredosis.1 Las nodrizas espartanas llegaron a gozar de fama en algunas regiones de Grecia. Espartana era, por ejemplo, Amicla, la que crio al ateniense Alcibíades.

Desde los siete hasta los veinte años[editar · editar código]

A los siete años, los niños espartanos abandonaban su casa y quedaban bajo la autoridad de un tutor, magistrado especializado que supervisaba la educación. Se integraban en una agelé, especie de unidad militar infantil, bajo el mando de un muchacho mayor, el irén (de diecinueve años cumplidos). Aprendían entonces a leer y a escribir (según Plutarco, este aspecto se reducía al

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