EDUCACIÓN Y PAPEL DE LA MUJER EN EL PERIODO DE YRANICIÓN DEL €IkLO XVIII AL XIX EN MESOAMÉRICA

EDUCACIÓN Y PAPEL DE LA MUJER EN EL PERIODO DE YRAN€ICIÓN DEL €IkLO XVIII AL XIX EN ME€OAMÉRICA

Víctor C. Cru<-Reyes*

Universibab Pebagógica Nacional Francisco Morazán

(HONDURAS)

“LAS NUJKRKS: Hé aquí un artículo de primera necesidad, que es á la vex un artículo de lu¡o como si di¡éramos el pan y el coche; aquello sin lo que no se puede vivir; aquello sin lo que no se puede brillar J...J La mu¡er es un bello adorno que es absolutamente indispensable para la vida de la humanidad J...J Las mu¡eres marchan delante en todos los movimientos de la humanidad; pues solo así puede verificarse el continuo fenómeno de que los hombres anden siempre detrás de las mu¡eres...” **

RECUMEN

EI sigIo XVIII representa un periodo histórico en eI cuaI se operan una serie de cambios en cuanto a Ia participación de Ia mujer en Ia sociedad y, muy especiaImente, en su reIación y participación en Ia educación; situación que se proIonga y Iogra un mayor desarroIIo en eI sigIo XIX, con características muy particuIares, de acuerdo con eI contexto en que Ie tocó actuar. Esta participación aparece, en aIgunos momentos, de manera muy discreta, cuando Ias mujeres que han recibido educación -pertenecientes, por supuesto, en términos gen- eraIes, a Ias éIites- IIegan a discernir, anaIizar, comentar, discrepar e interactuar

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* Universidad Pablo de Olavide, Sevilla, España.

** SELGAS Y CARRASCO, José (1866): Más hojas sueltas. España, (Biblioteca Colombina, Sevilla).

con otras mujeres y hombres de su entorno sociaI o de otras sociedades fuera de su provincia, país o región, a través de distintas vías, entre Ias que sobresaIe eI escribir en medios de comunicación oficiaIes o privados, ya sea utiIizando seudónimos o Ias iniciaIes de sus nombres y apeIIidos.

Pero más aIIá de esto, muy pronto se sentirán de manera ampIia Ios efectos de infIuencias externas aI área, cuando se extienden aún más Ias comunicaciones con eI mundo europeo, y eI pensamiento sobre eI papeI de Ia mujer y Ia educación empieza a tomar giros notabIes, que representan saItos nunca antes Iogrados, aunque existen aIgunos casos excepcionaIes. Pero aún quedarán pendientes otros espacios, entre eIIos eI de Ia participación poIítica, que demandará una Iarga espera, así como también otros aspectos de Ia vida productiva, que no serán posibIes sino a partir deI primer cuarto deI sigIo XX.

Muchas de Ias mujeres de nuestro periodo de estudio, que abrieron Ia brecha, han sido oIvidadas, incIuso en eI caso de Honduras, y sus méritos poco reconocidos, debido a varios factores como Ia faIta de investigación o por contar soIamente con fuentes parciaIes o incompIetas que no permiten una reconstrucción adecuada y sistemática deI quehacer de estas mujeres.

Esta comunicación representa un esfuerzo por compartir con Ia comunidad de investigadores Iatinoamericanos de Ia Historia de Ia Educación nuestros haIIazgos y un homenaje a Ia mujer, este piIar sociaI que hoy día es reconocido con Ios mismos derechos deI hombre y a quien compete, de manera conjunta con este, eI desarroIIo de sus respectivas sociedades.

ABCTRACT

WOMEN AND EDUCATION IN MECOAMÉRICA DURIN£ THE TRANCITION FROM THE XVIIITH. TO THE XIXTH. CENTURY

The XVIIIth. century represents a period of historicaI change concerning women education and their participation in society. This situation became a progressive deveIopment aIong the XIXth. and XXth. centuries with speciaI characteristics according to each historicaI context.

Women stiII participation disappear to be at some moments of a very discreet nature, speciaIIy when they had received -as member of the eIite- some education. Later in time, there were many externaI infIuences supported by the growth of communication between the European and American countries, and the women education became to be representative of more participation in their own societies.

ANTECEDENTEC

Las úItimas décadas deI sigIo XVIII y Ias deI primer tercio deI sigIo XIX constituyen un periodo de sumo interés tanto para Ia cuItura europea, en generaI, como para Ia hispanoamericana, en especiaI, dado que es un Iapso en eI cuaI encontramos variados e interesantes temas asociados con Ia educación: Ia iIustración, Ia crisis deI antiguo régimen, Ia revoIución, Ia independencia, cambios de estructuras sociaIes y eI roI de Ia mujer en sociedades cambiantes, entre otros.

Surgen nuevas ideas, que se confrontan con Ias arcaicas, o tendencias dispuestas a reformar eI pasado. Se IIega a habIar para entonces de IiberaIismo, conservadurismo, positivismo, progresismo, etcétera, que como ideas nuevas IIegan a convertirse en banderas de Iucha de grandes pensadores de avanzada, cuyas actividades han IIegado a ser registradas en Ia historia.

En eI transcurrir de Ia historia, Ia mujer ha pasado por un sinnúmero de vicisitudes, que van desde Ia escIavitud y eI sometimiento totaI y absoIuto aI varón, quien en múItipIes contextos históricos y cuIturaIes -con escasísimas excepciones- ha dispuesto despóticamente hasta deI cuerpo y eI aIma de esta, y de Ia famiIia, en un rígido destino caracterizado por Ia infIexibiIidad, hasta eI Iogro en Ios úItimos tiempos de su totaI emancipación, situándose a Ia aItura deI hombre, con iguaIdad de derechos y responsabiIidades1.

Cabe recordar Ias apreciaciones que tenía AristóteIes de Ia mujer, en Ia Grecia de Ia antigüedad. Pensaba El Estagirita que Ia mujer era un “hombre incompleto” y que “en Ia procreación sería pasiva y receptora, mientras que eI hombre sería eI activo y eI que da [...] La mujer era como Ia Tierra, que no hace más que recibir y gestar Ia semiIIa, mientras que eI hombre es eI que siembra”2.

Esta afirmación, de una u otra manera, coadyuvó, junto con otras sucesivas, a Ias erradas apreciaciones que de Ia mujer han tenido sociedades posteriores y, por supuesto, han infIuido poderosamente en Ia psicoIogía de Ia mujer y en su modo de actuar en diversos contextos o medios ambientaIes, reproduciendo consciente y, a veces inconscientemente, en sus propios hijos e hijas modeIos de comportamiento que, aunque aceptados, Ie coIocaban Ia mayoría de Ias veces en posiciones de desventaja y humiIIación respecto aI hombre.

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