EL HOMBRE EN BUSCA DEL SENTIDO
Enviado por pequess • 21 de Agosto de 2014 • 392 Palabras (2 Páginas) • 199 Visitas
EL HOMBRE EN BUSCADEL SENTIDO
El libro trata de una experiencia de vida que sufre un hombre al ser llevado a los campos de concentración en la antigua Alemania nazi, relatando la crueldad de los soldados, y la vida tan dura que llevó en ese lapso de tiempo. Menciona la carencia de comida y las jornadas de trabajo pesadas que llevaban los que estaban sanos, porque los enfermos eran llevados a las cámaras de gas.
El hecho de la desnutrición que sufrían y que la ausencia total de sentimentalismo provocaba también que el deseo sexual fuera nulo pero a pesar del primitivismo físico y mental los prisioneros llevaban una profunda vida espiritual. Para aliviar el sufrimiento, los prisioneros crearon una serie de terapias en grupo basadas en humor. Parodiando todo aquello que estuviera en el campo por muy horrible que fuera.
Lo que más preocupaba a los prisioneros era si sobrevivirían en el campo de concentración. Porque si no se preguntaban aquello sus sufrimientos no tendrían sentido puesto que era una vida cuyo único fin era superarla.
Al paso del tiempo dejaron de sentir la esperanza de salir, puesto que ya no veían un futuro. Después de ser liberados, el prisionero, por extraño que parezca, no se sentía feliz. Habían perdido el sentimiento que llamamos felicidad, y lo tendrían que ir recuperando poco a poco.
Por el contrario, el cuerpo, que tenía menos abstenciones que la mente. Comía vorazmente cualquier cosa que le dieran y a cualquier hora. Era increíble la cantidad de comida que podían tragar. Otro aspecto era que tenían que hablar de lo que habían pasado, a veces durante horas y horas.
Por ultimo, y no por ello el menos importante, debo recalcar en esta tercera fase un sentimiento que podía llegar a hacer al -podemos llamarlo ya- ex-recluso, hacerlo sufrir mucho mas que cuando estaba interno. Este sentimiento era la desilusión. Desilusión que llevaba al prisionero a la casa con la que tanto había soñado y había descubierto que, aquello por lo que había mantenido la esperanza durante tanto tiempo, ya no estaba allí.
Sin embargo para todos los liberados llego el día en que todo el dolor y el sufrimiento tanto mental como físico habían llegado a su fin y no seria más que la más cruenta de las pesadillas. Ya no había nada que temer excepto -según Frankl- a Dios.
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