ENSAYO SOBRE LA ETICA EN LA ANTIGUA GRECIA

ALUMNO:

ERICK ALBERTHO CASTILLO PINO.

TEMA:

ENSAYO SOBRE LA ETICA EN LA ANTIGUA GRECIA.

LA ÉTICA EN LA ANTIGUA GRECIA.

Este tema aborda una serie de pensamientos y conceptos acerca de la ética desde diferentes puntos de vista de algunos pensadores en la antigua Grecia.

Los griegos no solo fueron los inventores de la democracia, matemáticas, el teatro y otras disciplinas; sino también fueron los creadores de la filosofía. La tradición de la ética griega busca comprensión racional de los principios de la conducta humana; la ética es la parte de la filosofía que reflexiona sobre el hecho moral, es decir lo que está bien o está mal, en nuestro día a día nos ajustamos a ciertos principios o normas que guían u orientan a nuestra conducta.

Este tema se enfoca en el concepto de la ética en la antigua Grecia, algunos filósofos griegos daban a entender y trataban de plantear que la ética tenía que buscarse al margen de la religión, algunos pensadores griegos que impulsaron las primeras ideas sobre la ética uno de ellos era Sócrates; este filosofo en sus “Diálogos” usa la reflexión como una actitud de búsqueda del verdadero bien, el conocimiento y la sabiduría son imprescindibles para una conducta y actitudes virtuosas; el auto-conocimiento es la base de la moral, ya que la verdad habita en cada uno; Sócrates también pensaba que la virtud era un bien absoluto. La virtud es la ciencia del bien. El hombre busca necesariamente su propio bien y como el bien es la virtud, basta conocer la virtud para practicarla necesariamente. Por tanto, el hombre virtuoso es el sabio. La virtud es la felicidad. Si la virtud es el bien supremo, cuando se tiene, se tiene la felicidad. El que conoce el bien lo practica y el que lo practica es feliz. El mal consiste en la ignorancia. Sócrates decía que ninguno peca voluntariamente. Por tanto, el mal es ignorancia.

En cambio la ética según Aristóteles tiene un fin que se resume en la búsqueda de la felicidad, para algunos la felicidad consiste en los placeres; para otros en las riquezas o en algo ya sea lo material. Pero el hombre sabio la busca en el ejercicio de la actividad que les es propia al hombre, es decir en la vida intelectiva.

La ética platónica abarca cuatro virtudes fundamentales que se derivan del análisis de las partes anímicas que presenta el ser humano (la racional, la irascible y la concupiscible). Así, al alma concupiscible le corresponde una moderación, una templanza inteligente, ya que todo aquel que se muestre templado en la búsqueda de la virtud obrará de forma buena y beneficiosa, de modo que la templanza y la sabiduría no son completamente dispares. En segundo lugar, al alma irascible le atañe una capacidad de sacrificio, una fortaleza de ánimo ante las adversidades, el coraje propio de los que van a la batalla, que no se apartan de la primera

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